Dos recuerdos prestados

Laura Marajofsky
#LaVidaEnPartes
Published in
4 min readMar 28, 2021

--

Capítulo III, entrega XIII. Apartado Dos recuerdos prestados.

Tengo una pésima memoria para los eventos trascendentes, pero puedo almacenar cientos de trivialidades como datos cinéfilos de todo tipo o incluso títulos exactos de notas que leí hace años, sus medios y fechas aproximadas de publicación. Candela, una amiga de la primaria con la que me reencontré años más tarde, me confesó una vez que uno de sus mejores recuerdos del colegio tenía que ver conmigo. Cuando me contó que ese recuerdo consistía en que yo había juntado a todos mis compañeros en la biblioteca una tarde y les había contado un cuento en voz alta, no le creí. En la primaria era demasiado vergonzosa como para ser el centro de algo, recién cuando comencé a estudiar teatro algunos años después pude dejar de lado gran parte de esa timidez. Por este motivo, tengo mis dudas sobre que el hecho haya sucedido realmente.

Algo que sí recuerdo, simplemente porque tengo testimonios de amigas de esa época, es cuando nuestras madres fueron a una clase abierta de lengua con nosotros. Fue en tercer grado. Se formó un grupo con mi mamá y la madre de otra compañera mía, y entre las cuatro tuvimos que inventar una historia, redactarla e ilustrarla. Nuestro cuento se llamó “Los trabajos de Fantasio” y estaba íntegramente escrita a mano por mi mamá. Su letra asomaba desde un grupo de cartulinas dobladas en forma de libro, amarilleadas por el tiempo, y unos dibujos muy simpáticos en crayones de colores. Fantasio, el protagonista, era un dragón idéntico al de la Historia sin fin, película que me tenía obsesionada de chica. El relato cuenta cómo Fantasio va volando de ciudad en ciudad contando historias y ayudando a los chicos a soñar. O algo así. El cuento está firmado por “Liliana Rugna, Naty Rugna, Julia Marajofsky y Lau Marajofsky”. También hay un mensaje adjuntado:

“Para los grandes escritores de 3 A, un gran cariño

María Mónica, Bibliotecaria.

1991”

Esta es la historia.

“El dragón Fantasio vivía en Fantasía; ayudaba a cumplir los deseos de todos los niños. Tenía una esposa dragona que siempre dormía, se llamaba Sueñito. Tenían dos hijitos que se llamaban Blanquito y Peludito. Siempre iban con su papá porque los dragones vuelan desde que nacen. Los dragones adultos conocen muy bien el uso del fuego. Los más pequeños en cambio solían equivocarse y muchas veces resultaban cosas quemadas.

Fotos del cuento en papel ilustrado por mi mamá.

Volaban todos los días hacia los pueblos vecinos de Fantasía escuchando los deseos de los pequeños habitantes. A uno de ellos, Iván, que siempre estaba triste pues había perdido a su mamá, le ayudó a recordarla creando hermosas imágenes y sueños. Así Iván logró sentirse acompañado y pudo ser feliz. Otra niña, Carolina, se burlaba de sus amigos que podían contar bonitas historias. A ella la llevó a Fantasía, mundo de los sueños. Desde entonces ella contó las historias más bonitas.

…Los días de Fantasio eran muy agotadores. No es tarea sencilla hacer soñar a los demás. A pesar de eso, al llegar a su casa, todavía tenía tiempo de jugar con Blanquito y Peludito, prendiendo el fuego para la cena, quemando hojitas y tirándole besitos calentitos a su mamá, sin quemarla.

Sueñito entonces se despertaba y se desperazaba, y con una sonrisa decía como todos los días: “¡Qué cansado estoy!”

Esta es la historia que le conté a mi papá a ver si se contagiaba de Fantasio… ¿y saben qué me dio? Un besito calentito sin quemarme”.

Fue elegido el mejor cuento de todos y hasta el día de hoy mi amiga Rocío me sigue diciendo que recuerda los dibujos de mi mamá y lo celosa que estaba de nuestro grupo. Al poco tiempo mi mamá enfermó. Decir que sabía perfectamente lo que iba a pasar, aunque a veces ella parecía saberlo todo, es mucho. Lo que no me quedan dudas es que era su forma de prepararme para cuando no estuviera.

Si querés leer la anterior entrega, andá acá.

Este es un fragmento de En todas partes libros. Esta entrada no incluye la intro o outro que a veces sumo en el newsletter. También tenés que saber que como es un work in progress, puede sufrir reescrituras.

Si querés hacer sentir mejor a alquien respecto de su familia, después de todo las cosas podrían ser peor (si no miráme a mí), podés reenviarle este newsletter, al que podés suscribirte acá.

También podés compartir alguna captura y @ en Instagram o contarme qué te pareció en Twitter.

--

--

Laura Marajofsky
#LaVidaEnPartes

Observadora y crítica vocacional. Redacción en La Nación y cía. Founder en Mapa de Barmaids & Afines. Consultora creativa. Inquieta profesional.