Nace un “Entorno Físico-Digital”

Juan Pablo Moraga Leigh
LEMONPOT

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Como comenté en la columna anterior (Se completa el “Entorno Digital”), la forma en la que van a coexistir el entorno físico actual con el entorno digital que se ha creado en los últimos 30 años dependerá del futuro de la inteligencia artificial, internet de las cosas (IoT) y la biotecnología.

El entorno digital actual entrega la posibilidad de transferir opiniones y conocimiento, de crear lazos afectivos y compartir experiencias y, por último, el poder intercambiar productos y servicios. Esto último es posible gracias a las tecnologías de registro distribuido como Blockchain.

Blockchain permite, a todo aquel que tenga acceso a la red, transar productos y servicios en nuestro entorno digital sin la necesidad de intermediarios.

Por otra parte, el Internet de las cosas (IoT), que hace referencia a la tendencia constante de conectar todo tipo de objetos físicos al Internet. Lo que implica que ahora las cosas también están conectadas a la red.

La combinación de sistemas de registro distribuido como Blockchain y el IoT deja la puerta abierta al desarrollo de nuevos negocios, ahora en un entorno físico-digital. Ya que, al estar las cosas conectadas a la red, todo lo que tenga un IP, puede ser arrendado o ser puesto a disposición como servicio y en el mundo físico.

Si a esto agregamos los grandes avances de los cuales estamos siendo testigos en Inteligencia artificial, que se basa en la combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano, esto se pone más interesante. El ejemplo más concreto lo podemos apreciar en los autos autónomos.

Los autos autónomos ya son una realidad y se espera que salgan al mercado este año, 2021. Pero cada uno de estos autos también tendría un IP, por lo que podría “vivir” en el entorno digital que hemos definido. En otras palabras, un auto autónomo no solo tendría autonomía para ir de un lugar a otro, sino que podría interactuar e intercambiar servicios con otros dispositivos conectados a la red.

Utilizando una caricatura, esta bien podría ser una interacción entre un Tesla S y un Volvo CX60 en unos pocos años más:

Tesla: Hola, necesito cambiarme de pista, ¿Me dejas pasar? Te pago 10 (tokens)

Volvo: Mi dueño esta un poco apurado, pero si pagas 15 adelante.

Tesla: Está bien, le preguntaré a otro…

Volvo: Te lo dejo en 12.

Tesla: ¡Genial! Muchas gracias.

Y así Tesla logró llegar antes a buscar a su dueño al trabajo y aprovechó de venderle un poco de energía al sistema en un “stripe center” cercano.

Si bien Blockchain tiene que solucionar algunos problemas de escalabilidad antes de soportar este volumen de transacciones. Ethereum 2.0, EOS y IOTA Tangle, entre otros proyectos, se están haciendo cargo de dar una solución y con bastante éxito.

La combinación de estas tres tecnologías: Blockchain, IoT e Inteligencia Artificial. Llevarán a crear una economía entre maquinas.

Hasta este punto, el entorno digital dejó de ser un mundo paralelo donde se aloja nuestro avatar que está feliz de la vida en Instagram mientras nos lamentamos de un mal día en nuestro entorno físico. Ahora ambos mundos se integran y las acciones generadas en uno tienen fuertes implicancias en el otro.

La guinda de la torta la trae la Biotecnología, con proyectos del tipo Neuralink, de propiedad de Elon Musk.

Este proyecto pretende implantar electrodos en cerebros de personas con problemas en sus funciones motora y sensorial o que padezcan algún trastorno neurológico.

Si bien las primeras aplicaciones están pensadas en personas con algún problema neurológico. El hecho de tener nuestros cerebros conectados a la nube nos pone en un escenario que hasta hoy era terreno de la ciencia ficción.

Con este ultimo paso, se terminarían con fusionar ambos mundos y pasaríamos a vivir en un entorno físico-digital.

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