El Libro de la Almohada versión Yo cosas que me pasan cerca de día de muertos

parte de una serie de cosas varias que me pasan.

Cuando se acercan los días en los que los muertos caminan por ahí más libremente, pasa que los veo más seguidos, a veces los veo y no como al hombre del otro día que tenía una botella de aceite en una mano, una bala en la espalda y la cara pegada al asfalto. A los muertos de cada día se me aparecen de repente, a veces en sueños a veces en sus figuras caminando por la calle y algunas veces hablan.

El primer muerto de este año fue mi tío fernando, no puedo creer que haya tenido la estupida idea de morirse y de dejarnos aquí, sin que viera las pantallas de lees, ni para animarme a hacer tonterías. A él no lo ví, mi hermana me lo apareció “vi a mi tío, iba caminando cerca de su casa, lo vi dar la vuelta a la esquina, llevaba su mariconera y caminaba como siempre” le dijo mi hermana a mi mamá en una llamada de tantas.

Al siguiente muerto que sentí este año fue a mi perro, despues de más de trece años y un ataque de diabetes la dejó triste y rota, cuando aparece por aquí quiere que le abran las puertas.

Después vi a mi abuela paterna, siempre he pensado que los abuelos deben procurar morirse cuando aún son perfectos a los ojos de sus nietos por que si no, nos dejan un sabor extraño en la boca, los recuerdos puros se manchan con las imperfecciones humanas.

después de eso los muertos se suceden rápidos, vienen en olores y sabores, sensaciones de la infancia y toques breves, algunos caminan por ahí y te dan los buenos días al llegar al mall.

• El olor de las flores de cempasuchil
• Las cartas que mi abuela les escribia a sus muertos
• las uñas de mi tia abuela que eran como garras
• un anciano que me da un puñado de pasitas con chocolate desde su cama
• un perrito que corre de una puerta a otra
• otro perrito más que comía chocoretas y bebía coca cola
• la oscuridad de principios de noviembre