Qué hacer en Iquique y San Pedro de Atacama

Pablo Flores
Mi viaje al Norte Grande chileno
5 min readJan 23, 2015

Excursiones, atracciones, paseos y distracciones en dos puntos clave del Norte Grande chileno. Parte de la serie sobre mi viaje al Norte Grande en enero de 2015.

Un servidor, observando los flamencos en la laguna Chaxa, junto al Salar de Atacama.

Las excursiones

San Pedro de Atacama e Iquique representan dos tipos de turismo bien diferentes. En San Pedro de Atacama hay poco y nada que hacer; la ciudad es extraña para la mayoría de los turistas, callecitas de tierra, arbustos y árboles del desierto, casas de adobe, tranquilidad, clima de pueblo. Pero fuera de un par de museos pequeños y algo de artesanías no se puede ver mucho más. Iquique, por otro lado, es una ciudad bastante grande y se puede pasear por ella y disfrutar la playa de forma totalmente gratuita y sin desplazarse más que unas cuadras.

En San Pedro de Atacama hay que contratar excursiones que nos lleven en vehículos con guía hacia diferentes lugares, algunos a dos o tres horas de viaje de la ciudad. Estas excursiones largas suelen ser caras, en general rondando los veinte mil pesos chilenos por persona (unos treinta y cinco dólares), más entradas a reservas naturales que pueden costar dos o tres mil pesos más… y si bien algunos casos incluyen desayuno o almuerzo, generalmente hay que llevar agua y comida para el camino.

No voy a hacer una lista de excursiones deseables, porque yo sólo hice algunas y porque todo eso está ampliamente contado en sitios web turísticos especializados. Me limito a recomendar sobre la importancia de contar con tiempo. Por gastar menos y “aprovechar” los días al máximo es posible arruinarse las vacaciones. El desierto de Atacama es un ambiente hostil y además, si uno viene de Argentina, es probable que llegue muy cansado. Qué quiero remarcar:

  • La mayor parte de la gente no debería tener problemas con la altura en San Pedro. Casi nadie se apuna (o le da el soroche) a 2500 metros sobre el nivel del mar. Pero hay quien sí, y además el sol potente y el aire extremadamente seco pueden ser matadores. Es recomendable tomarse un día libre para acostumbrarse.
  • Si vas a hacer una excursión a más de cuatro mil metros de altura, el día libre de habituación en San Pedro es imprescindible. A ese nivel hay sólo la mitad del oxígeno que a nivel del mar, y el oxígeno es lo que nos permite quemar nutrientes y darle energía a nuestro cuerpo, o sea que uno respira lo mismo y sólo recibe la mitad de la energía.

Iquique es, como dije, otro asunto. Se trata de una ciudad relativamente grande, con un área metropolitana de casi un cuarto de millón de habitantes; tiene una linda costanera, con dos playas de arena bastante limpia y además libres y gratuitas (no concesionadas); tiene un centro, una gran plaza principal, un paseo peatonal largo (la calle Baquedano), un mall (shopping para los argentinos), supermercados, la famosa ZOFRI (Zona Franca), museos, etc. Se pueden pasar, por lo tanto, varios días en Iquique recorriéndola a pie o tumbados en la playa sin más, sin pagar un solo peso en excursiones.

Paseo Baquedano, centro de Iquique, temprano por la mañana.

Naturalmente hay cosas para hacer fuera de la ciudad; la principal, por la cual vienen muchos a Iquique, es la visita a las oficinas salitreras. Las oficinas eran pequeños pueblos montados en torno a la minería del caliche, un mineral que al procesarse producía salitre (nitrato sódico) y otros productos, utilizados como fertilizantes (la historia es mucho más complicada de lo que puedo tratar aquí). De las oficinas no queda mucho en pie; desde Iquique se visitan habitualmente dos: Santa Laura y Humberstone. No están muy altas (unos mil y pico de metros sobre el nivel del mar) pero sí en medio del desierto, de manera que se aplican todas las precauciones ya nombradas. En Iquique se ofrece la visita como parte de otras excursiones más largas, o bien por su cuenta. En ambos casos no se trata de paseos baratos. Las salitreras valen mucho la pena y nadie debería irse sin verlas.

La playa

En Iquique hay dos playas principales: Playa Cavancha, que es más pequeña y popular para los bañistas, y Playa Brava, que es bastante más larga y más popular entre los surfers debido a su oleaje. Esto no quiere decir que Cavancha sea pequeña, fea o sin olas, o que uno no pueda ir a tomar sol y bañarse en Playa Brava, por supuesto. Por lo pronto, en Cavancha hay olas bastante potentes a ciertas horas. Ninguna de las dos playas es kilométrica. Suele haber bastante gente, pero no en grandes aglomeraciones. No hay carpas, ni bares concesionados, ni nada parecido; circulan vendedores de todo tipo de comidas y bebidas, pero sólo unos pocos ofreciendo sombrillas. El ambiente es relajado y hasta donde yo pude ver, muy seguro. Se supone que Cavancha es una de las playas más limpias del mundo; en mi experiencia, la arena estaba bastante llena de colillas de cigarrillo. Por lo menos no se veían perros (la costumbre de criar mascotas y llevarlas a todas partes como si fuesen hijos mimados no se ha extendido aquí) y por lo tanto una de las mayores fuentes de suciedad estaba casi ausente. Iquique en general es bastante limpia.

Nos ocurrió haber leído en alguna parte que en Iquique hay “clima de playa todo el año”. Era una tontería, por supuesto. Como ya mencioné, el día suele nublarse de a ratos, y a veces está todo nublado todo el día, aunque nunca llueva ni llovizne. Cuando el sol se va, la playa se vuelve bastante inhóspita para los friolentos. El agua no es cálida y a menos que uno tenga reservas de grasa subcutánea abundantes pronto pierde el calor. Para asegurarse días de playa en Iquique hay que ir con tiempo y aprovechar cuando esté despejado.

La astronomía en el desierto

El desierto de Atacama es mundialmente conocido por la claridad de sus cielos. En las alturas hay varios de los complejos astronómicos más importantes del planeta, puestos allí porque no hay contaminación atmosférica ni lumínica, los días son despejados y casi nunca llueve. Pero quien vaya a San Pedro de Atacama creyendo que podrá ver estrellas se encamina a una gran decepción. El cielo local suele estar sutilmente velado y además la escasa iluminación es suficiente para borrar las estrellas menos brillantes. Hay que alejarse para disfrutar de un cielo limpio, y para esto hay varias agencias turísticas que ofrecen excursiones nocturnas.

Desgraciadamente, cuando planeamos nuestro viaje, no tuvimos en cuenta que la luna también atenta contra la observación de otros astros, y nuestro día de llegada a San Pedro coincidió, casi, con una luna llena. Reservamos una excursión astronómica para la noche anterior a nuestra partida, pero ese día se nubló por la tarde y la excursión se canceló. Dos horas más tarde el cielo se despejó, pero ya no había nada que hacer. O sea: si vas a ver estrellas, no vayas con poco tiempo y no dejes la excursión astronómica para el final.

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Pablo Flores
Mi viaje al Norte Grande chileno

Escritor en progreso, ex bloguero viajero, tuitero malo, abogado del diablo. Pienso, narro y lo ofrezco. Mis libros → https://leanpub.com/u/pablodf76