6 mitos sobre la programación, derribados.

Laura Mangifesta
Mumuki
Published in
6 min readFeb 8, 2019

Siempre hombres. Generalmente encerrados en pequeñas habitaciones, acompañados de vasos enormes de gaseosa y comida chatarra. Solitarios, frente a la luz de la pantalla durante toda la noche. Incomprendidos y algo extraños, pero dueños de una inteligencia extraordinaria para los números y las matemáticas.

Esa es la caracterización que suelen darnos los medios cuando se refieren a la programación. Y, si somos honestos, para la mayoría de nosotros el primer acercamiento a esta disciplina vino por ese lado. Quienes no tuvimos programación en la escuela o algún familiar cercano que trabajara en la industria, sólo pudimos crear nuestro imaginario en base a esas imágenes.

En este artículo nos proponemos derribar aquellos prejuicios que rodean a la programación y que en muchos casos funcionan como una barrera que bloquea la entrada a su aprendizaje. ¡Empecemos!

1- Es una tarea repetitiva y aburrida

Aunque la programación parece una ciencia exacta, programar es un arte. Y utilizamos la palabra arte por dos razones. En primer lugar, programar se trata de hacer que una computadora resuelva nuestros problemas, y encontrar una forma efectiva de resolver un problema es un proceso creativo. De hecho, al contrario de lo que suele creerse, escribir el código es una parte pequeña del desarrollo de software. Antes de volcarse al teclado, debemos encontrar un problema, entenderlo e idear una solución.

Por otro lado, la programación es una herramienta que nos permite crear, desde cero, algo que antes no existía. La primera vez que escribís un programa que logra que la computadora haga lo que vos querías, es un momento mágico. Y las siguientes veces, también. ¿Después de tanto tiempo?

2- Es cosa de hombres

¿Sabías que el primer programa para computadoras fue escrito por una mujer? Lo hizo Ada Lovelace entre 1842 y 1843, mucho antes de que existan las computadoras modernas.

Sí, que hay menos mujeres en tecnología es verdad, pero también es verdad que esto no fue siempre así. De hecho, en los años 70 las mujeres eran mayoría, tanto en los trabajos como en las carreras relacionadas con programación.

La baja participación actual del género femenino en tecnología no es cuestión de habilidades, sino de los estereotipos que consumimos durante nuestra socialización y la manera en la que afectan la forma en la que nos autopercibimos. No se trata de un problema biológico, sino histórico.

La publicidad, las series y las revistas se han encargado de que el estereotipo de “programador” sea un hombre. Además, esa desigualdad en los números puede traducirse en un ambiente hostil para las mujeres. Pero, afortunadamente, en todo el mundo hay organizaciones que buscan aumentar la participación de las mujeres y reducir las desigualdades de género expresadas, por ejemplo, en la brecha de salarios.

En Argentina, algunas de las organizaciones que trabajan para lograr ese objetivo son:

Son muchas las razones por las cuales necesitamos más mujeres programadoras y te las contamos en este artículo: https://medium.com/proyecto-mumuki/por-qu%C3%A9-necesitamos-m%C3%A1s-mujeres-programadoras-d9443746d59f

3- Es un conocimiento innecesario a menos que quieras trabajar de eso

Seymour Papert, el creador del lenguaje Logo y pionero de la inteligencia artificial, estaba convencido de que enseñar programación les proporciona a los niños una manera de pensar acerca de su propio pensamiento y aprender sobre su propio aprendizaje. En 1980, en su libro Mindstorms, escribía estas palabras:

“La presencia de la computadora podría contribuir a los procesos mentales no sólo de manera instrumental sino también de formas más esenciales y conceptuales, influyendo en cómo las personas piensan, incluso cuando están lejos del contacto físico con una computadora.”

La programación es un conocimiento esencial para comprender el mundo, y esto se debe a que aprender a programar es también una forma de aprender a pensar. Las habilidades adquiridas por esta práctica son útiles para todos los individuos.

A partir del año que viene todas las escuelas de Argentina deberán enseñar programación, por resolución del Consejo Federal de Educación. ¿Es necesario enseñar programación desde la infancia?

El periodista Ariel Torres escribió un excelente artículo sobre este debate, en el que concluye que, al enseñar programación en las aulas:

“No pretendemos que chicos de 6 años comprendan herencia, delegación y polimorfismo en un lenguaje de programación orientado a objetos. Y no es que no puedan. (…) Cuando hablamos de enseñarles a programar queremos transmitirles un concepto que es axial: que nosotros, los humanos, estamos al mando, que la máquina no hace nada por las suyas, que obedece ciegamente lo que diga el código.”

El objetivo principal al enseñar pensamiento computacional no es formar un puñado de programadores sino motivar a todos los estudiantes a ejercitar sus habilidades para resolver problemas de forma más eficiente, a servirse de ese conjunto de habilidades que todos, y no sólo los programadores, deberíamos tener la posibilidad de desarrollar.

Ahora que dejamos en claro la importancia de que todos los chicos y chicas de primaria aprendan sobre programación en las escuelas, derribemos otro mito: no hay edad para aprender. Nunca se es demasiado grande para empezar a programar. Ya sea por una reconversión profesional o como un hobbie para ocupar los tiempos libres, los beneficios de aprender a programar superan a las desventajas, si es que hay alguna.

4- Es muy difícil

¿Te acordás de la primera vez que intentaste andar en bici sin rueditas? ¿Y las primeras veces que cocinaste?

Aprender algo nuevo es difícil, pero aprender a programar no es más difícil que aprender un nuevo idioma o una nueva disciplina. Hay ciertas habilidades que pueden facilitar tu camino en la programación, sin embargo, tu desempeño no se relaciona con tu IQ. Dejemos esto en claro, no necesitás ser un genio o una genia para dedicarte a la programación.

La programación no está relacionada con las notas que obtuviste en el colegio o tu nivel de matemáticas, depende de tu interés y tu perseverancia. Como toda actividad, mientras más tiempo le dediques a aprender y practicar, mejor te vas a desempeñar. Y, mientras más te guste lo que hacés, más tiempo vas a querer dedicarle.

Así que, aunque usted no lo crea, quienes se dedican a la programación son personas comunes, corrientes y normales.

5- Es una actividad solitaria

Si el desarrollo de software fuera un deporte, sería considerado un deporte de equipos. Sí, es posible programar en soledad pero en la vida cotidiana es muy improbable que eso suceda.

En el proceso de desarrollo hay una gran variedad de tareas que atender: fijar los objetivos y los requisitos, pensar y diseñar la solución y cómo va a interactuar el usuario con la misma, elegir la arquitectura de nuestro sistema, etc. Y, para realizarlas, se necesita más de una persona trabajando en sinergia.

Para desarrollar software es muy importante saber comunicarse con otros, poder pensar soluciones en conjunto, expresar correctamente nuestras ideas y opiniones. También es fundamental tener en cuenta la participación de otros cuando realizamos nuestra tarea: por ejemplo, si escribimos un código, tenemos que hacerlo de forma tal que sea entendible para cualquier persona que lo lea.

¿Hay equipo?

6- Necesito saber matemática

Tus conocimientos sobre matemática no son directamente proporcionales a tus habilidades para programar. En algunos puestos específicos puede haber tareas que precisen un alto nivel en matemática, pero no es un requerimiento excluyente para programar. En la mayoría de los casos sólo se necesita un nivel de matemática básico.

Además, existen recursos para ayudarte como las bibliotecas, es decir, porciones de software que otras personas ya escribieron y resuelven parte de los problemas que tenemos. Así que ahora ya sabés, si buscás una excusa válida para no aprender a programar, no podés usar tu nivel de matemática.

La mayoría de las ideas equivocadas que tenemos sobre la programación nacen por nuestro desconocimiento. Es muy difícil que una persona que nunca miró el cielo sueñe con ser astronauta. De la misma manera, alguien a quien nunca se le explicó qué es la programación, es muy complicado que quiera aprender a programar. No queremos que todas las personas se conviertan en programadoras, pero no queremos negarle a nadie la posibilidad de serlo.

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