HABLANDO SE ENTIENDE LA GENTE
Esto es un artículo elaborado por Ana Torres Romera y Juan Antonio Romero Rayo.
Previamente, en nuestras publicaciones individuales (https://medium.com/psicolog%C3%ADa-del-lenguaje-ugr/ni%C3%B1o-deja-el-m%C3%B3vil-que-te-vas-a-quedar-tonto-475a8f3df11a y https://medium.com/psicolog%C3%ADa-del-lenguaje-ugr/esc%C3%BAchame-fb15f0d731aa ) estuvimos hablando de la evolución del lenguaje en la forma de comunicarse en el siglo XXI, que se trata, mayormente, de las redes sociales. Cada vez más simple y más directo, el fenómeno contrario a la escucha activa, escuchar a la gente con el único propósito de replicar, pero no comprender lo que defienden.
En estos términos, podemos entrever cómo se complementan los dos temas: en las redes sociales, leemos lo que nos mandan, pero sin prestar toda la atención que precisamos para comprender el contenido. Todos hemos recibido de grupos de WhatsApp de familia o de amigos enlaces a publicaciones de Facebook que hablan sobre algún líder político de los que son partidarios (o, todo lo contrario, que es lo que suele pasar). Ahí nos encontramos con el primer ejemplo de escucha inactiva, mejor dicho, lectura inactiva. En nuestro caso, a veces lo leemos en su totalidad y profundidad, que es lo esperable. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones, no lo leemos activamente, sólo lo leemos con el objetivo claro y único de rebatir lo que se está diciendo desde nuestro posicionamiento. Acto seguido, nos apresuramos de nuevo a través del smartphone hacia el grupo de WhatsApp familiar para criticar lo que se comenta, llevándonos al error de opinar sin comprender completamente.
Podemos avanzar hacia que hoy en día no podemos utilizar técnicas de escucha activa en lenguaje no verbal (como asentir, repetir la última palabra para que siga hablando, etc.) en redes sociales como whatsapp o twitter, simplemente dejamos de contestar, algo que la otra persona puede interpretar como que “no quieres seguir hablando con esa persona” o “no te interesa lo que te esta diciendo o la conversación que estáis teniendo”.
Este déficit se pretende paliar con los emoticonos o los gifs, intentando transmitir cierto grado de empatía y dejar a la otra persona contenta para que no se sienta ignorada, o dándole like a la publicación de una persona que acaba de escribir un texto de despedida porque se ha muerto su abuelo. Simplemente con ese like o con un mensaje de “lo siento” con un emoticono detrás, nos contentamos porque pensamos que eso ayuda a la persona, pero eso no es acompañar. Acompañar es hablar con esa persona, poder darle un abrazo. Al final hemos dejado un link de youtube sobre una charla TED que trata precisamente de este tema.
Por otra parte, es indudable que las redes sociales nos han ayudado a establecer puentes con personas a distancias excesivas para trabajar de manera conjunta en pos de la evolución: grupos de trabajo colaborando desde San Francisco a Granada, personas con enfermedades físicas o mentales raras compartiendo sus experiencias y ayudándose unos a otros,…
Sin embargo, debemos hacer un esfuerzo por comunicarnos y expresar de manera correcta lo que queremos comunicar verbal y no verbalmente debido a que, aunque la forma de mandar el mensaje cada vez se está simplificando tenemos que esforzarnos por que el mensaje llegue con todo su matiz y toda su esencia. Nika Vázquez, psicóloga, en el XL Semanal titulado “¿Por qué nos comunicamos tan mal?”, sintetizado por Eduard Punset, comenta que “La forma en que se dicen las cosas puede alterar la percepción que se tiene del otro e incluso de nosotros mismos.” Tenemos que cuidar con mucho mimo la forma de comunicarnos, ya sea en internet o en la vida real ya que tenemos que potenciar nuestra percepción sobre nosotros mismos o eso distorsionará nuestra percepción sobre nosotros mismos.
Referencias:
Mediums previos
https://medium.com/psicolog%C3%ADa-del-lenguaje-ugr/esc%C3%BAchame-fb15f0d731aa
Externos
https://www.youtube.com/watch?v=OOeNXVlrFeA&t=503s
https://www.xlsemanal.com/conocer/20120923/comunicamos-3605.html
