Los Elementos del Miedo PT.3

Lucialinsol
Psicología del Lenguaje — ugr
5 min readDec 26, 2022

https://medium.com/@lucialinsol/los-elementos-del-miedo-pt-2-7a7d4782cb36

Todo lo visto en publicaciones anteriores no es usado únicamente por los directores de los cortos, sino que también pueden apreciarse en creaciones de mayor duración como son las películas, donde la puesta en marcha de todos estos elementos lleva a la creación de grandes escenas y momentos que luego pasan a la prosperidad, siendo recordados por esos buenos montajes del director y por el increíble uso de músicay color para trasmitir al espectador las sensaciones más reales y cercanas a la escena, para hacerle vivir en primera persona lo que ve.

Veamos el ejemplo en una de las escenas de la exitosa película “El Secreto de Marrowbone”, estrenada en 2017.

https://youtu.be/cAZKcVp3v5A

La escena comienza de noche con el personaje montado en la chimenea dispuesto a bajar. Las tablas están desgastadas y el suelo está lleno de hojas y suciedad arrastrados por viento y tormentas. Al ser de noche, los colores son oscuros, de tonos fríos, al igual que en el momento en que baja por la chimenea y lo encuentra todo a oscuras, salvo por la luz de la luna, que entra por la chimenea, y la luz que produce la cerilla que enciende momentáneamente. Conforme sigue avanzando por el desván, todo está sucio, gris por el polvo y estropeado, como la madera del suelo y las paredes, incluso hay animales muertos. De nuevo, toda la iluminación que hay es la cerilla que acaba por apagarse. El director decide jugar con las escenas por medio de un montaje métrico, la cara del personaje con la decadente habitación. Todo el rato el ambiente está en silencio, sin nada de música, y todo lo que se oye son los débiles quejidos del personaje cuando la cerilla se apaga o se quema con ella, salvo por el momento en que se ve el animal muerto y destripado en el suelo, que se escucha un sonido agudo y constante que poco a poco se va desvaneciendo.

De nuevo, un sonido similar pero un poco más grave aparece y desaparece de la misma forma que el anterior cuando se ven las marcas de arañazos en la puerta llenas de sangre. Una vez más, otro sonido más agudo que los dos anteriores sigue el mismo patrón cuando se observan las mantas sucias y con sangre en el suelo de la habitación, que está lleno de polvo, cenizas y hojas secas y muertas. Todos estos sonidos acompañando estas imágenes concretas no son más que señales de que el hecho de que esos elementos, el animal muerto, los arañazos de la puerta con sangre y las mantas sucias llenas de sangre y manchas, no son buenas señales, sino indicadores de que algo malo se esconde ahí.

Cuando por fin encuentra la caja (que es a por lo que ha ido a ese lugar) y sale corriendo, una música in crescendo le acompaña desde el momento en que estira el brazo, y al igual que él quiere hacer, sale de la estancia con un desvanecimiento corto; se observa un plano de la habitación iluminado por la luz de la luna donde se observa la decadencia de la estancia y lo estropeada que está, donde hasta la caja que coje, a pesar de suponer ser de un rojo brillante en épocas anteriores, está demacrada y desgastada. Ha perdido la tonalidad fuerte que sugería tener para dar paso a un rojo gastado y sucio, comido por el polvo.

En el momento en que comienza a trepar por la chimenea, escucha como un lamento, un sollozo, o un pequeño gemido muy bajo, y cuando se asoma, se aprecia en medio de la estancia a casi oscuras lo que parece ser una persona en muy mal estado físico, sosteniendo una cerilla, jugando aquí el director con la falta de iluminación y la iluminación parcial, dando mayor sensación de miedo el ver pero no ver al mismo tiempo a la persona.

Esta escena es muy similar a una vista previamente, cuando a él se le caen las cerillas, se ofrece un plano similar pero con estas apagadas porque las está buscando en el suelo, pero por lo demás es igual: agachado en medio de la estancia. Hay un pequeño sonido en esa escena, diferenciándose del silencio hasta ahora para marcar su relevancia visual de cara al resto de la escena.

Es en este momento donde aparece la mayor musicalidad de la escena: cuando se observa el plano de la persona en medio del cuarto, la música aparece con un sonido fuerte y corto que se desvanece conforme aparecen el resto de sonidos estridentes que informan del peligro y la amenaza que se avecina. Por medio de un montaje intelectual, se juega con la subida de la música y el acercamiento del plano hacia la cuerda, indicando el conjunto de música y plano el acercamiento y la proximidad del peligro.

La música asciende conforme el personaje va subiendo por la cuerda de la chimenea, hace una pequeña parada para dejar sonar a los violines que, in crescendo, indican el peligro que suponen sus manos alrededor de la cuerda y lo que se puede avecinar. Se observa un uso del montaje rítmico durante toda esta situación entre el chico y las manos que sujetan la cuerda, ya que los golpes fuertes de música aparecen cuando aumenta el peligro, cuando las manos tiran de la cuerda ahogando al chico cada vez más.

La música rápida que acompaña a la complicada situación transmite la urgencia de que el chico haga algo para zafarse tanto de las cuerdas que le ahogan como de la muerte que se avecina, creando una mayor tensión y nerviosismo en el espectador por esa rapidez de la música, que hace crecer la necesidad de ver como termina la escena. Un sonido agudo y constante acompañado de instrumentos de cuerda graves que aparecen a compases sigue la escena conforme él trata de zafarse de la cuerda cortándola, pareciéndose ese sonido al que hacen los monitores multiparamétricos de los hospitales cuando alguien muere, simulando y sugiriendo que el personaje está a punto de morir, acompañado de los sonido de cuerda graves que no hacen más que acrecentar el sentimiento de que el peligro y la amenaza son cada vez mayores.

El sonido estridente cesa en el momento en que corta la cuerda, induciendo que se ha librado también de la muerte y tiene una oportunidad para escapar. La música de las cuerdas se hace constante y menos grave y sonora mientras él sube por ella y escapa de la chimenea, mientras que se ve como las manos recogen de nuevo la caja y el cuchillo que se le ha caído al chico. El sonido finaliza cuando la escena se tiñe de negro, dando por finalizado el intento del chico de conseguir recuperar la caja.

Escrito por: Alicia Hernández Jiménez y Lucía Lineros Solano.

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