Escena 3. El doctor

cafetero
Psiqueatrico
Published in
2 min readNov 8, 2016

Me he rendido. Llevo dos días atado a la cama de manos, pies y cintura. Lo he intentado durante largas horas, pero es imposible. No puedo escapar.

Continúo con esa sensación de pesadez y aturdimiento. Creo que es debido a esas pastillas que me están dando. Trato de descifrar lo que tratan de decirme esas voces que oigo. Es complicado en este estado de sedación. Quizás traten de ayudarme a escapar, como trató de ayudarme Joanna en el bar. ¡Cuánto me he arrepentido estos dos días de no haber confiado en ella!

Nunca antes he vivido una situación como esta. Han conseguido atraparme, silenciarme, y es posible que nunca pueda salir de ésta. ¿Será posible que una información tan importante, que lo cambiaría todo, quede enterrada en esta cama?

De pronto unas llaves suenan al otro lado de la puerta… la puerta se abre y aparece lo que a todas luces es un doctor.

Su presentación así lo confirma. Me dice su nombre (Dr. Garmallo) y me pregunta por cómo me siento. Me parece una broma de mal gusto.

  • No soy yo el que le debo explicaciones, Doctor. Usted me las debe a mí. ¿Qué hago en este lugar? ¿Por qué llevo dos días atado, como si fuera un perro, a esta cama?
  • Le aseguro, Javier, que ha sido necesario hacerlo. Por su seguridad y por la seguridad de la gente de su alrededor -me dice el Doctor-.
  • Entonces, ¿Están protegiéndome? ¡No entiendo que sentido tiene que esté atado a una cama! ¡Han sido dos días horribles! Además, me siento aturdido, no puedo pensar con claridad. Esas pastillas que me están dando están ofuscando mis pensamientos. ¡Es desesperante!

El médico me pregunta por lo ocurrido en el bar. Dudo si hablar con claridad. No sé hasta qué punto puedo fiarme de él o no. Me ha dicho que todo esto es para ayudarme, pero ¿será verdad? Todo parece indicar que miente…

¿Qué harías tú en mi lugar?

--

--

cafetero
Psiqueatrico

Inquieto y errante... Curioso tecnológico y kindleriano acérrimo ⏳