La herida que no cierra
Para leer sobre la II República y la posibilidad de un tercer intento, véase el artículo escrito por Pablo Aguirre Herráinz en Punto y Coma.
Para otra visión contrapuesta sobre qué hacer con la II República, véase el artículo escrito por Carlos Vázquez en Punto y Coma.
Son muchos los que opinan que la Guerra Civil, la República y la dictadura son temas del pasado, cosas por las que solo un historiador podría interesarse a día de hoy. Nada más lejos de la verdad. Hoy La Rioja se ha levantado con la lamentable noticia de que unos vándalos han atacado la Barranca, haciendo pintadas y esvásticas. No es coincidencia el día ni los motivos.
Para aquellos que no entiendan lo que representa esta acción, la Barranca es un cementerio civil que se creo en el 1979 a partir de una enorme fosa común en la que fueron fusilados y enterrados un número muy alto de personas entre septiembre y diciembre de 1936. Habría que recordar que los asesinados eran ciudadanos en una región que no tuvo frente de guerra, cuyas muertes son el resultado de una represión despiadada por las fuerzas sublevadas. La Barranca es un testimonio y un homenaje a los muertos para que el pasado no se olvide — y para que el pasado no se repita.
La Barranca nos recuerda que todavía hay familias que desean restituir la dignidad robada, porque la vida ya no se puede devolver. Los vándalos nos recuerdan que todavía existe odio contra aquellos que murieron, un odio que no se apaga y que busca que incluso las familias de los ya fusilados sufran. Porque cuando se ataca algo tan íntimo como un memorial en un cementerio no se busca hacer daño a los muertos — que ya no sufren — sino a sus familias.
Aunque a veces de las entrañas del odio se genera una reacción que no hace sino reforzar los ideales atacados. Espero que este sea el caso, y que este ataque se traduzca en una mayor concienciación sobre la Memoria Histórica y las fosas donde se recuerdan a los que fueron asesinados. No habría mayor fracaso para este acto de violencia contra la sociedad que su viralización y repulsa, por ejemplo, a través de las redes.
¿Por qué es tan difícil de entender para la gente que no ha sufrido pérdidas en su árbol genealógico que hay muchas familias que buscan paz y reconocimiento por el sufrimiento padecido y las pérdidas sufridas?
La Ley de la Memoria Histórica era un paso importante que no se ha consolidado porque cierta gente no quiere reconocer que haya familias todavía dolidas. Herederos de una tragedia a los que se les negó el derecho a saber donde fueron asesinados los suyos, y que desean enterrar a sus familiares si se les ayuda a encontrarlos. ¿Por qué solo se habla del lado republicano? Porque el franquismo ya se encargó de enterrar a los suyos. Ahora en democracia parece justo ayudar a aquellos a los que no se les permitió despedirse dignamente de los suyos. Y diría que es ruin reprocharles que se olviden porque si no lo hacen es por algo. Hagámoslo. No por venganza, sino por compasión, empatía y sentido de la decencia humana.
En un día como hoy sigue teniendo sentido reclamar la República como un paso adelante en el avance demócrata de nuestra sociedad.
La monarquía es retrógrada porque nos recuerda que no todos somos iguales. Una República no asegura per se la igualdad, pero al menos se lo propone. La monarquía, al contrario, es una claudicación que acepta que siempre habrá gente que tiene más derechos que otros por nacimiento. Algunos tratan de apuntar a que el Rey puede cumplir mejor su función que el presidente de la República. No solo es un argumento pobre por indemostrable y tendencioso, sino que nos aleja de la cuestión principal que es el ejemplo de sociedad que se quiere para todos. Una monarquía siempre sentará un ejemplo de clases y privilegios, siempre escapará al principio democrático de elecciones y ayudará al statu quo que garantiza una sociedad desigual.
Salud y República.
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Hugo Aguirre Herrainz trabaja para Sony PlayStation y reside en Londres. Implicado activamente en política, con gusto por escribir, y un gran interés en temas de actualidad y polémicos.
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