Mesa redonda: Star Wars VII (Parte I)

Rafa Zamorano
Punto y coma
Published in
9 min readDec 16, 2015

Ante el inminente estreno de la esperadísima Star Wars VII, en Punto y Coma hemos decidido sentarnos y compartir opiniones al respecto. En estos artículos participan Rafa Zamorano, Albert Grau Carbonell, Carlos Vázquez, Pablo Aguirre Herráinz, Lomeron Martinez y z666, todos ellos escritores del Libro de a Bordo y colaboradores más o menos habituales de Punto y Coma.

¿Qué es Star Wars? ¿Qué representa?

Carlos: Star Wars aúna fantasía y ciencia ficción como no parecía posible. La primera trilogía representa perfectamente el sueño de George Lucas de crear una gran historia sobre una base tan sencilla como la lucha entre el bien y el mal. Aquí el mal no es el concepto vago de otras sagas, sino una posibilidad que amenaza con salir de dentro de uno mismo. Es eso, por encima de la parafernalia jedi o de la lucha contra el Imperio, lo que para mí ha definido Star Wars.

A nivel cinematográfico creó un lenguaje propio que sería imitado en infinidad de ocasiones. Su estreno dio paso a cientos de películas fantásticas y de ciencia ficción que no habrían sido posibles en el entorno más aguafiestas y realista de los setenta. Podríamos decir que Star Wars creó los ochenta y definió la cultura audiovisual moderna. Más tarde, por desgracia, la idea original perdió parte de su esencia en una segunda trilogía carente de un propósito claro.

Fuente: retrostarwars.com, twitter: twitter.com/eluhrmann

Lómeron: Star Wars abre en mi memoria una puerta a recuerdos entrañables y lejanos, del día que mi padre me llevó al cine a ver El imperio contraataca con 6 añitos, al desaparecido cine Rex de Coruña. Regresé a casa aturdido con la impresión de haber vivido en el futuro durante un par de horas. ¡Qué emocionante era todo! Un imperio intergaláctico lleno de planetas habitados, donde los seres humanos coexistían con total normalidad con androides y razas alienígenas. Me alucinaba el misticismo de los jedi, con sus futu-arcaicos sables de luz; los increíbles X-Wing, la fusión entre la tecnología del hiperespacio y una navegación rudimentaria que dependía del factor humano para realizar espectaculares cabriolas en el espacio. Princesas, piratas, un malo malísimo, magia que se entrenaba como si un arte marcial se tratase. Star Wars lo tenía todo. Si tuviese que resumir qué representa para mí Star Wars diría que es una pequeña parte de mis fantasías infantiles, unas fantasías futuristas colmadas de diversión y aventuras.

Pablo: Star Wars para mí es un descubrimiento de fin de semana de Canal Plus en algún momento impreciso del año 96 o 97. Las películas ya se habían estrenado hacía tiempo, lógico, y yo hasta tenía algún que otro Micromachine del género en mi cuarto, pero no había visto como tal las películas con un mínimo de continuidad e interés. Cuando lo hice quedé sobrecogido. ¡Qué belleza galáctica la del Imperio y sus líneas y colores metalizados! Maldecía por lo bajo a los rebeldes con su anarquía de razas y colores frente al uniforme despliegue del III Reich vaderiano. Demonios, ¡si hasta sus naves eran grandes triángulos! Pura geometría.

Además una cosa que me impactó muchísimo y no me pareció para nada ridícula era la facilidad de idiomas del personal en Star Wars. Ya les hablara un marciano con pinta de gamba o una tostadora de plasma, todo el mundo en aquella lejana Galaxia sabía perfectamente lo que se trasuntaba a todas horas, y nadie, NADIE, se molestaba en hablar un dialecto común generalizado y estandarizado (por más que luego sea cierto que todos los PJ principales hablaban inglés, la verdad es que un porcentaje nada desdeñable seguía con el “Ichuta”, “Patissa-Patissa” y con el ponderarísimo “¡Uchini!”). Todo esto, en un momento en el que el inglés aparecía en mi formación escolar como imposición imperialista, me acreditó como rebelde ante el Present Perfect, y aunque al final ganaron los teachers, nos lo pasamos como auténticos gamorreanos en clase.

Albert: Star Wars es no saber de Star Wars. Es tener abierta mi página de streamings escogiendo a qué película dedicaré las siguientes horas de mi vida, y dejarlas atrás sin pensarlo mucho. Star Wars es una tarde en casa de un amigo en que por votación se elige esta película.

Star Wars es un puñetazo en la mandíbula por imbécil.

Recuerdo como tras ver La amenaza fantasma por casualidad, fulminé en un día las dos trilogías. Si he de ser sincero, me llamaba mucho más el lado oscuro que la orden de los jedi. Más que nada, eso de mantener el orden en la galaxia me parecía una utopía que no podía funcionar de ninguna manera. En cambio, el lado oscuro es algo que uno podría esperar. O quizás es que ver Doctor Who te acaba convenciendo de que los imperios malvados son algo normal en el universo, quien sabe.

Star Wars también es mi referente de luz contra oscuridad, incluso por encima de la saga de El Señor de los Anillos. Quizás sea por la dimensión galáctica, que le da mucha épica. O quizás sea por el cómo se destacan ambos lados de una misma persona, el cómo los conflictos internos de cada personaje siguen la tónica universal: luz contra oscuridad.

Fuente: https://www.pinterest.com/pin/289074869808857117/

Z666: Igual que el río permanece estático pero el agua que contiene nunca es la misma, lo que uno pueda encontrar en la saga Star Wars cambiará con el paso de los años. Ningún niño de hoy podrá ver la trilogía original y reproducir las emociones de aquellos chavales que fueron al cine en 1979, o los que la vieron por TV unos pocos años mas tarde. Si la saga sigue viva es gracias a esa generación, la que se maravilló con una novedosa historia de aventuras espaciales llena de detalles (parece una palabra humilde, pero los detalles son la clave), personajes y lugares que dieron tierra fresca a las raíces de su imaginación. Esa generación llevó a sus hijos de la mano a ver la segunda trilogía y volverá a llenar los cines este invierno igual que un adicto busca revivir el primer chute.

Hoy y para mí Star Wars es un producto. Un producto ideado para crear beneficios. Sí, la perspectiva que dan los años es poco romántica. Star Wars es merchadising, es un anuncio en medio de tu programa favorito y es también un manojo de demandas por infracción de derechos de autor. La película que se estrena ahora no es nada, apenas una gota de agua en ese río que no deja de fluir.

Rafa: Yo descubrí Star Wars de pequeño por consejo — casi imposición, dirían algunos — de mis padres, que forman parte de esa generación ochentera de la que habla Z666. Y como Star Wars apareció en mi vida durante mi infancia, mis recuerdos de Star Wars son de mi infancia. Recuerdo la saga — la trilogía original — como un mundo de fantasía lleno de héroes heroicos, villanos malísimos y un montón de criaturas extrañas como fondo de pantalla, un mundo de batallas épicas y una saga familiar poderosa. La segunda trilogía me fue pillando en la adolescencia. Me gustaron algunas cosas — las escenas de combate son legendarias — pero se me quedaron algo cortas, no me maravillaron e hicieron que la serie perdiera algo de encanto.

Pasados los años valoro mucho el conjunto, aún con la bajada de nivel de la trilogía más reciente, que ahora con más perspectiva no me parece taaaaan mal. Quiero decir: tampoco es que la trilogía original fuera un gran y verosímil relato. Era una película en la que lo más serio era la escena aquella en la que Han Solo le decía “I know” a Leia después de que ésta le confesara su amor, una película con dos droides cuyo rol era hacer reír — y sacar de apuros a la película cuando se metía en un callejón sin salida — y que omitía cualquier información que pudiera hacernos entender el funcionamiento de ese mundo. Era, en resumen, una historia de fantasía que no intentaba ser creíble, sino entretenida. Y consiguió lo que quería: se convirtió, como han dicho varios de mis compañeros, en el modelo sobre el que se edificó el cine de los ochenta y noventa.

¿Star Wars VII se parecerá más a la primera trilogía o a la segunda?

Lómeron: Desearía que recuperase el espíritu de las dos primeras películas que se rodaron (episodios IV y V) pero realmente creo que será una mezcla de ambas trilogías. Por lo que he entrevisto por los trailers parece que empujados por el tirón de ver a los antiguos actores y la añoranza de tiempos pasados se intentará recuperar ese espíritu, pero dudo que se renuncie a la tentación de incluir escenarios casi íntegramente montados en un ordenador y montañas de elementos destinados a vender muñequitos y accesorios para los fans de la saga.

Pablo: A la segunda, en términos cronológicos starwarianos (primera, en términos nuestros). Y sin ninguna duda, además; amén de que es un imperativo el regreso a las raíces, habida cuenta de las heridas que abrieron, aunque no en los índices de venta, las pobres decisiones de guión y reparto que guiaron por el lado oscuro a los episodios clónicos. Creo además que el argumento en Star Wars VII se tercia para no meterse en berenjenales como los del Senado Galáctico o la política interplanetaria de la primera trilogía, que fue con diferencia lo peor del conjunto. La reconstrucción de la Orden Jedi en torno a Yavin IV y la pugna contra los restos del Imperio Galáctico y la amenaza Sith me parece que trazan un entorno mucho más recogido en el que realizar una cinta nuevamente emblemática.

Carlos: Creo que se parecerá más a la primera — y lo deseo con todas mis fuerzas. Pero un resultado mejor sería que la nueva película encontrara un camino propio por donde expandir el universo Star Wars contando su propia historia.

Rafa: Yo creo que Star Wars VII se parecerá visualmente a las precuelas — espero escenas de combate mucho más similares al combate entre Qui Gon, Obi-Wan y Darth Maul o a la famosísima escena de Joda que a las peleas vistas con anterioridad.

Por otro lado, espero un argumento, como ha dicho Pablo, mucho menos enfocado a la política y a la república o el imperio o el que sea que mande. Ahí se le vieron las costuras a una historia cuya mayor fortaleza había sido ceñirse a la enemistad entre el bien y el mal y todos sus matices, pero prestando poca atención al contexto. En ese sentido espero un regreso a las raíces, a una película que se centre en los PJs y en sus hazañas y no tanto en el marco de la historia.

Albert: Yo creo que se parecerá mucho más a la segunda (en el orden de nuestro universo, léase la más moderna). Sobre todo porque es la serie que el potencial público joven de hoy en día tiene en mente. Aun así, coincido con Pablo en que se restará mucho peso al tema político. Para muchas personas, entre las que no me incluyo, todo lo referente al sistema político de Star Wars queda en un segundo plano. En demasiadas ocasiones, ni siquiera se hace el mínimo esfuerzo para entender todo el trasfondo de las películas. Y para mi es una de las partes más profundas de la saga.

Por otro lado, me temo que la película intentará sobre-explicar cualquier referencia a la primera trilogía. Tengo la intuición que se asumirá que la gente no ha visto la saga más antigua, y me da miedo que esto haga que la película se haga demasiado lenta.

Z666: A ninguna de las dos. No se parecerá a la original porque no serán capaces de hacerlo, aunque lo intenten. Y aunque se pareciera, los espectadores de los ochenta no son los mismos que tendrá ahora esta trilogía. En realidad, lo correcto es que no se parezca en nada. De otro modo, sería un fracaso.

Tampoco se parecerá a la segunda trilogía (las precuelas) porque lo evitarán a toda costa. Todo lo que recuerde a aquellas será censurado. Prueba de ello es que cambiaron la historia que previamente habían creado para su universo Star Wars, en el cual se basaron comics y videojuegos durante todos estos años. Quieren algo nuevo, y hacen bien, porque de otro modo, sería un fracaso.

Puedes leer la segunda parte aquí.

Si te ha gustado el texto, por favor compártelo en las redes sociales que uses habitualmente o recomiéndalo en Medium. ¡Estamos intentando crecer y cualquier ayuda es poca! Puedes mantenerte al tanto de las publicaciones de Punto y Coma en @PuntoyComaMed o en la página de Facebook.

--

--

Rafa Zamorano
Punto y coma

St Andrews alumn. Hoy día en Madrid. Editor de EÑES. Fundador de @PuntoyComaMed.