Hermanos, silenciemos tantas muertes
con los ojos muy abiertos,
Odio la poesía.
Pérdida, vacío, consternación,
Son tiranos que borran nuestros versos.
Mientras sus malditos números derriban ilusiones;
Uno, dos, tres. Su cabeza contra los azulejos. Una melaza oscura impacta en la pared formando un…
Te llevo dentro
sin calcular los pasos que escucha el mármol,
Si acabásemos con esta fiesta de imágenes,
Hay atalayas expuestas,
Entiendo las huellas que dejan las lágrimas con experiencia
entiendo su destrucción.
Y el implacable final.
El arte es dionisiaco para la mente, y un furor tranquilo
cuando las paredes hablan de tiempo atrapado.