SOCIEDAD

Aborto en Cuba: un derecho en disputa

Cuba fue la primera nación de América Latina y el Caribe en despenalizar el aborto. Desde 1965 está tipificado en el sistema nacional de salud. A pesar de ello, en el actual contexto socioeconómico, varias son las limitaciones para acceder a este derecho

Redacción Alma Mater
Revista Alma Mater

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Ilustración: Pikara Magazine

Por Rosanyela Cabrera Viera y Claudia Rafaela Ortiz Alba

«Me hicieron tender de espaldas sobre la mesa. Sentí el frío de la goma en las caderas y me estremecí. La comadrona se echó a reír… Vi en sus manos el espéculo, ancho y brillante y me encogí toda llena de terror.

«El hierro engrasado se hundió en mi interior, mientras me inmovilizaba el espanto, enseguida oí el ruido áspero de la cremallera y me sentí rudamente abierta por dentro».

Transcurría el año 1917. Para ese entonces Miguel de Carrión se había graduado de la carrera de Medicina, impartía docencia y ejercía el periodismo. Por si fuera poco, recién publicaba Las honradas, una obra naturalista.

Los conocimientos de anatomía y su carácter desprejuiciado le sirvieron para describir la escena de un aborto, harto escandaloso según los críticos literarios, quienes sugirieron prohibir la difusión de la novela entre las mujeres.

Un siglo después, justo en 2020, Lucía al igual que la protagonista de Las honradas experimentó un aborto voluntario, hecho nada atípico, de no ser por las circunstancias que dificultaron el proceso.

«Siempre utilicé más de una forma de protección hasta el inicio de mis problemas hormonales. Tuve unos quistes en el seno y el médico lo relacionó con las pastillas anticonceptivas que ingería.

«Por tanto, me prohibió las hormonas y me recetó un tratamiento con vitamina E. Sin saberlo, eso aumentó mi fertilidad. Comencé a cuidarme solo con condón, pero se rompió durante el acto sexual y quedé embarazada».

Lucía, como el personaje ideado por Carrión, debió lidiar con el asunto sin la ayuda de su pareja erótica. «El hombre con el que estuve negó la rotura del preservativo y, al comunicarle sobre el embarazo, desapareció.

«No le insistí, tenía el apoyo de mi mamá, no necesitaba de él y estaba decidida a abortar. Al cabo del tiempo, ni siquiera me preguntó cómo había sido mi experiencia, si me encontraba bien, nada».

¿Legal, seguro y gratuito?

Cuba fue el primer país de América Latina y el Caribe en despenalizar el aborto. Desde 1965 está tipificado en el sistema nacional de salud. Así lo reconoce José Angel Portal Miranda, ministro de Salud Pública, citado en un texto del periódico Granma.

Para el procedimiento parten de tres principios básicos: la mujer decide sobre su cuerpo y si llevará a término su embarazo; la interrupción voluntaria se ejecutará en entornos de salud controlados, por personal especializado; y se efectuará de forma gratuita.

Según Portal Miranda, en 2022 nuestro país contaba con 167 servicios de regulación menstrual. En palabras del titular, «toda mujer mayor de 18 años posee acceso al aborto. En cuanto a las adolescentes, deben tener la autorización de un tutor legal».

A juzgar por las afirmaciones de Lucía, en Santiago de Cuba no ocurrió así, al menos no con su caso. «Fui al cuerpo de guardia y me confirmaron el embarazo mediante un test por orina.

«Con una tremenda falta de empatía me comunicaron que debía continuar con el embarazo porque no practicaban abortos, solamente a jóvenes de edad temprana y yo tenía 24 años. Me dijeron que respondían a una decisión gubernamental, con el propósito de aumentar la natalidad en la provincia».

El Código Penal Cubano establece las condenas correspondientes para quien desempeñe abortos fuera de las regulaciones de salud establecidas. En cambio no existe una ley específica que refrende la política del derecho al aborto libre, seguro y gratuito.

«Cuando yo insistí por la interrupción me pidieron cinco avales: del psicólogo del policlínico, del médico de la familia que me remitiera al clínico, del clínico con un resumen de mi estado de salud, otro del trabajador social y del ginecólogo.

«Una vez tuviera los documentos debía dirigirme al Director Municipal de Salud y él decidía firmar el autorizo para la interrupción. Reunir todos esos papeles fue un infierno en vida, eso supuso contarles, a cinco desconocidos, las razones por las cuales quería abortar».

Aunque el artículo 43 de la Constitución de la República de Cuba asegura el desarrollo integral de las mujeres y el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos, ningún documento oficial establece las penas legales para quien viole, impida o restrinja el aborto inducido.

«La trabajadora social era cristiana y se negó a firmar su aval porque ella consideraba al aborto, un asesinato». Cuenta Lucía que fue agredida verbalmente y recibió ofensas delante de otras compañeras.

Los hechos narrados por esta santiaguera demuestran la pertinencia de una ley de aborto ampliada y detallada. No basta con una política sanitaria gubernamental, cuando existen funcionarios y grupos conservadores que socavan las medidas establecidas.

Dagmara Cejas Bernet, directora jurídica del Ministerio de Salud Pública (Minsap), expuso a la web del Cenesex, en diciembre de 2022, la propuesta del anteproyecto de Ley de Salud Pública, vinculada a la terminación voluntaria del embarazo: «Si bien el sistema ha brindado esa atención médica desde la década del 70, ciertamente no estaba enunciado el derecho de manera explícita.

«Siempre han existido protocolos médicos para el acceso y la atención con pautas clínicas y éticas bien definidas. El derecho se ha garantizado en la práctica, pero no constaba de manera expresa», acotó Cejas Bernet.

Por su parte, Portal Miranda anunció un cronograma legislativo, de enero a marzo de 2023, que comprendía recorridos por las provincias, reuniones y consultas especializadas con trabajadores del sector, diputados y población en general, para, finalmente, presentar el proyecto de Ley de Salud Pública a la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Hasta el momento no se ha desarrollado el análisis previsto. Durante el Primer Período Ordinario de Sesiones de la X Legislatura no se abordó este tema.

Hace apenas dos años, Estados Unidos revirtió el fallo ‘Roe vs. Wade’ y entró en vigor la ley antiaborto más restrictiva de sus últimas décadas, un ejemplo cercano de lo mucho que pueden retroceder los derechos femeninos, si no se toman cartas en el asunto.

@la.amarillista/Instagram

Si de ciencia se trata…

Ihenlys Ciscal, especialista en Ginecología y Obstetricia en el policlínico Capitán Roberto Fleites, en Santa Clara, argumenta que la diferencia entre las denominaciones ‘embrión’ y ‘feto’, la determina el tiempo. Se le llama ‘embrión’ desde el momento de la concepción hasta las ocho semanas de crecimiento.

«Durante la etapa embrionaria ocurren divisiones celulares. Una vez las células se comienzan a especializar y dan lugar a tejidos y la formación de órganos, se le nombra ‘feto’; este período es el más largo y culmina con el parto.

«En Cuba se realizan como forma de interrupción las regulaciones menstruales hasta las seis semanas de gestación, hasta las 10 semanas el legrado y hasta las 12 semanas se usa el misoprostol (pastillas abortivas)», añade Ciscal.

Existen riesgos para el organismo. La experta agrega entre las complicaciones mediatas, el sangramiento o hemorragia, la retención de los restos ovulares, lesiones al nivel del cuello del útero, las perforaciones uterinas e infecciones en el endometrio (endometritis). A largo plazo, esto puede provocar la infertilidad.

«El más inocuo es el misoprostol porque no lleva manipulación directa sobre el útero y tiene un alto por ciento de eficacia. Esta vía no es válida para las pacientes cesareadas, aquellas con operaciones en el cuello del útero, o quienes han tenido varios partos previamente.

«Es preciso destacar que antes de cualquier interrupción la gestante debe someterse a varios análisis: exudado vaginal, hemoglobina, grupo sanguíneo, factor Rh y coagulograma», comenta la ginecóloga.

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Las estadísticas no mienten

Tras disímiles peripecias, Lucía logró esquivar las posturas radicales en Santiago de Cuba. «Ya habían pasado dos semanas de puro estrés en la búsqueda de la documentación que me exigían, y en un estado de ansiedad y desesperación.

«Me vi en la necesidad de tomar otro recurso. Pude conseguir, a través de un amigo, a un doctor que me hizo la interrupción escondido de las autoridades de Salud Pública. En la consulta me dijo que, a todas luces, me realizaba una regulación menstrual por un retraso en mi período, debido a mis problemas hormonales».

Cifras publicadas en el Anuario Estadístico de Salud revelan que en 2015 se produjeron 91 500 abortos inducidos en Cuba. En el año 2018, el número fue de 85 045. Justo para el 2020 disminuyó de manera significativa: hubo 61 886 abortos voluntarios y en el 2021 fue aún menor, con 51 488.

En concordancia, durante 2020 y 2021 Santiago de Cuba estuvo entre la tercera y la segunda provincia con más nacidos vivos (10,9 nacidos por cada mil habitantes), solo superada por Granma y Guantánamo.

Alma Mater aplicó una encuesta para este reportaje. Se tomó una muestra de todas las provincias del país, incluido el municipio especial Isla de la Juventud.

Captura de pantalla con resultados de la encuesta

De las 400 participantes, el 47% admitió haberse practicado, al menos, un aborto voluntario. La opción más recurrente fue la regulación menstrual, le siguió el legrado y el uso de pastillas abortivas.

Entre las mujeres contactadas, 43 advirtieron de la complejidad para acceder al aborto. Los comentarios más comunes denuncian la ausencia de reactivos para las pruebas precedentes a la interrupción.

«Debí llevar los guantes y la jeringuilla para el examen de sangre». «El turno fue cambiado en dos ocasiones por falta de un especialista en el policlínico».

«Me detectaron el embarazo a la quinta semana y no fue hasta la oncena que se concretó el turno». «Tuve que pagarle a una enfermera por una cama porque no tenían disponibilidad». «Fue una situación horrible, más allá del dolor físico». Estos, fueron algunos de los elementos brindados a nuestra revista.

Los análisis previos a la interrupción del embarazo resultan imprescindibles para garantizar la salud de la mujer, pero la innecesaria dilatación de los plazos aumenta los riesgos.

Del total de respuestas vinculadas al proceso de interrupción del embarazo, un 27% de las chicas asevera fueron tratadas con profesionalismo durante el aborto, aunque no contaban con el instrumental médico necesario. Un 11.8% asegura haber sido maltratada por el personal de salud.

Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar

Tras el XVIII Encuentro Nacional de Mujeres en Argentina, surgió la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito con el lema: ‘Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir’.

Cuba es de los pocos países latinoamericanos en los que no existe muerte materna por abortos inseguros. Sin embargo, esto no garantiza la ausencia de irregularidades en torno a la planificación familiar.

El Ministerio de Educación (Mined) informó que la aplicación de la Resolución 16, del 26 de febrero de 2021, sobre el Programa de Educación Integral en Sexualidad (PEIS) con enfoque de género y derechos sexuales y reproductivos, sería aplazada debido a que «la tensa situación económica y epidemiológica presente en el territorio nacional, no ha permitido garantizar la producción de libros de textos, planes, programas, orientaciones metodológicas y cuadernos de trabajo».

No obstante, de mucho papel no se necesita para difundir mensajes sobre educación sexual en soporte digital, televisivo y radial, en conversatorios, incluso, en aplicaciones móviles.

Por otra parte, Orlando Álvarez Núñez, director de la Empresa Provincial de Farmacias y Ópticas de Villa Clara, notifica el mes marzo de 2020 como fecha de la última entrada de condones en el territorio, con una cifra promedio de 36 920 unidades, muy por debajo del plan de 3 millones 336 mil que requiere la población de ese entorno.

La problemática, extendida a todo el país, es reiterativa. En el año 2014, el diario Granma publicó el trabajo «Qué pasa con los condones», donde ahondaban en las causas del desabastecimiento de profilácticos en la red de farmacias nacionales. Asimismo, en 2020, Alma Mater investigó sobre la perenne escasez de condones.

Captura de pantalla con resultados de la encuesta

Para 2021, de acuerdo con el Anuario Estadístico de Salud, el 69,1% de mujeres casadas o en unión y el 78.8% de las solteras, alegaron utilizar anticonceptivos, una muestra de la incongruencia entre la oferta de profilácticos y la demanda.

En relación con la encuesta, se detectó un número mayor de mujeres decantadas por los condones y las pastillas anticonceptivas, en lugar de la inyección anticonceptiva, la cirugía esterilizadora, el parche, los dispositivos intrauterinos o la píldora del día después. Esta última no es recomendable como método anticonceptivo por las secuelas que produce.

Captura de pantalla con resultados de la encuesta

Como es de esperarse, el 77.1% compra preservativos en el mercado informal, porque no expenden en las farmacias. Protegerse de una enfermedad de transmisión sexual o de un embarazo resulta tarea titánica, los condones van desde 85 pesos la caja de tres, hasta 40 pesos cada unidad.

Captura de pantalla con publicaciones en redes sociales

Lo mismo ocurre con las pastillas anticonceptivas. El 84.1% que las consume apela a los grupos de venta en Facebook, Telegram o WhatsApp, y deben gastar de 150 a 250 pesos por cada blíster.

Captura de pantalla con publicaciones en redes sociales

Una encuestada residente en Matanzas explicó: «Tengo dos niños, ambos por cesárea y no deseo concebir más. Me cuido con pastillas, los condones casi nunca aparecen y son más costosos.

«Fui en varias oportunidades a la consulta de Planificación Familiar, pero la entrada de medicamentos es irregular. Pude conseguir, por medio de una amistad, un tratamiento para seis meses. Cuando se me acabaron y regresé, mi amiga no estaba y no pude resolver.

«Mi esposo me compró unas pastillas anticonceptivas en el mercado negro, ni siquiera tenían el nombre en la tablilla. Tuve que suspenderlas porque me producían mareos. Al final salí embarazada, pude hacerme la regulación menstrual ‘conseguida’, pues por los canales formales me resultó casi imposible».

El 39.5% de las mujeres encuestadas se practicó más de un aborto, y el 32.1% lo hizo entre los 14 y 17 años de edad. El flujo de abortos inducidos es también reflejo de las debilidades de un programa nacional de educación sexual y planificación familiar, así como de la carencia de alternativas a nivel económico.

Del acceso a métodos anticonceptivos y abortos seguros dependerá la integridad física del 50,35% de la población cubana. El cuerpo de las mujeres no debería ser un territorio en disputa; la autonomía e integridad personal no se postergan, negocian, ni limitan.

*A petición de la entrevistada su nombre ha sido modificado.

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