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#DameUnaEtiqueta y moveré el mundo

No es necesario un largo preámbulo cuando se puede usar un hashtag. Por eso, el título lo deja bien claro: sobre las etiquetas, las curiosidades del surgimiento del Día Internacional del Hashtag, casi 15 años atrás, y varios trucos para su uso, estaremos hablando hoy en Petabyte.

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Revista Alma Mater

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Por Mercedes Muñoz y Max Barbosa Miranda

Los hashtags suelen estar presentes en nuestra comunicación diaria en Internet. Tras casi 15 años, se han extendido de Twitter a otras redes e, incluso, se ven en aplicaciones donde no tienen gran funcionalidad como es el caso de WhatsApp. Sin embargo, muchos no saben por qué o cómo nació la idea de su uso.

El 23 de agosto se celebra el Día Internacional del #Hashtag, siempre acompañado por el símbolo numeral (#), aunque ya casi nadie le llame así. Una de las curiosidades relacionadas con la celebración, es el hecho de que la idea de agrupar contenidos así en la plataforma fue de un twittero y no de la Compañía.

El surgimiento de los hashtags, este día de 2007, se atribuye a Chris Messina. En aquel momento era empleado de Google y creador de BarCamp, una red internacional de eventos de participación, especialmente, sobre tecnología.

La celebración empezó en 2018, cuando los desarrolladores de Twitter coincidieron en que gracias a los hashtag las personas han podido propagar de manera efectiva sus mensajes. Han visibilizado realidades y problemáticas que logran calar en la conciencia general y provocar un impacto en la cultura de la humanidad. Hasta el punto de existir reglas de lenguaje para usar los hashtags.

Etiquetar no es cosa de ahora

Lo que muchos no saben es que –a pesar de que asociamos el hashtag con las redes sociales– apareció antes que estas: en un programa de chat llamado IRcap, según El Economista. El objetivo principal era separar “salas” de usuarios con intereses concretos en común. Sobre esa base aún funcionan varias comunidades organizadas en Twitter, nucleadas mediante etiquetas como #TwitterCuba

Incluso, las etiquetas como las entendemos hoy se pueden considerar una evolución de teorías y prácticas para la organización, búsqueda y recuperación de información; pasaron, por ejemplo, por los códigos alfanuméricos de bibliotecas mundiales para estandarizar las referencias a temáticas.

Por eso, su uso resulta atractivo desde el campo de la lingüística, al emplearse frases cortas y pegadizas que parten del lenguaje natural. Es la evaluación del sistema tradicional del etiquetado con códigos en bibliotecas.

Cada 23 de agosto se celebra el Día Mundial del Hashtag con distintas iniciativas digitales

Asimismo, desde una perspectiva sociológica, también se pueden estudiar las autodefiniciones que los creadores de contenido les dan a sus publicaciones mediante etiquetas, cuyos significados se construyen desde lo individual, lo colectivo y hasta pueden ser objeto de reapropiación del concepto.

En Twitter y Telegram funcionan para nosotros como vehículo de búsqueda para seguir el hilo de una conversación en un chat o el feed de forma rápida. Lo que facilita que –por ejemplo– en Twitter nos mantengamos actualizados de lo que es tendencia o de noticias de última hora. Igualmente, permiten que podamos participar de concursos, apoyar a cantantes, participantes de programas o causas y conversaciones de interés colectivo.

Hasta se pudieran emplear para hacer inventario de preocupaciones de los usuarios, invitándoles a dejar su comentario con la etiqueta. De esta forma, Aguas de la Habana pudiera proponer a sus seguidores que manden foto de cualquier avería junto al hashtag #SaliderosHabana o en caso del reinicio del curso escolar, desde la FEU se puede pedir a los estudiantes que lo evalúen con el #ReinicioDelCurso.

En este sentido es importante usar los hashtag con responsabilidad, para no llenarlos de contenidos que no aporten al tema o desfavorezcan la conexión entre quien pide ayuda e información y quien puede ofrecerla. Con la participación de varias personas, las etiquetas también pueden ayudar con datos para contar historias, si es que logras conectar con otros usuarios y que todos opinen de un tema usando el mismo hashtag, como ocurre con el #MeToo

¿Están sobrevalorados?

Otro dato curioso del uso de hashtags es que el más tuiteado en 2007, año de su nacimiento, fue utilizado unas 9.000 veces, mientras que el hashtag más tuiteado en 2020 fue empleado cerca de 400 millones de veces y es –claro– #COVID19.

Resulta que casi a todas las redes sociales digitales queremos llevar nuestros hashtags. Sin embargo, donde más provechos sacamos de ellos es Twitter e Instagram, pues los usuarios no siempre navegan por hashtags en otras redes sociales como Facebook.

El valor específico para esas redes se debe a que los post son más efímeros. Para enterarte de algo en redes como Instagram o Twitter, tenemos que seguir una etiqueta o nos perderemos en un mar de información.

No obstante, su uso para generar alcance ya no es igual. A diferencia de Instagram, donde se aceptan máximo 30, en redes como Facebook y Twitter ya los hashtag no te garantizan aparecer en las búsquedas de seguidores. Lo que sí continúa siendo su gran valor es la capacidad de identificación que poseen. Sirven, entonces, para dejar una marca en quien lee un post.

#Tips

Una primera interrogante muy recurrente tiene que ver con la cantidad. No es recomendable utilizar más de 2 o 3 hashtags en un tuit o en un comentario de Facebook. El uso abusivo de etiquetas puede parecer spam y no posiciona ninguna idea ni mueve las emociones para que otros lo utilicen también.

Un estudio de Buffer sobre los hashtags reveló que los tweets con hashtags reciben el doble de participación, y Tweets con uno o más hashtags tienen un 55% más de probabilidad de ser retweeteados. Adicionalmente, el estudio descubrió que los Tweets con 1 o 2 hashtags reciben un 21% más de participación que aquellos con más de dos etiquetas.

El uso desmedido quizás llegue a afectar la lectura del post o sea tan específico que a nadie le interese buscar los hashtags que se mencionan. Esto suele ocurrir en algunos Twitazos y acciones comunicativas en redes que no están respaldadas por objetivos claros más allá del alcance.

Otro consejo, al menos para Twitter y Facebook, sería no usar hashtags generales que todos usan como es el caso de #Love o #Cuba. Hay que destacar con un concepto o, de igual manera, las etiquetas pueden servir para delimitar secciones en tus contenidos. Por ejemplo, si llevas las redes de la FEU o algún proyecto en tu universidad, debes tener en cuenta lograr identificar a la gente con un eslogan o concepto que sintetice tu trabajo: un hashtag único que hable sobre tu comunidad.

Diseño: Kalia León.

En la experiencia de nuestro equipo estuvo el evento #Petabyte2021, así intercambiamos con los usuarios y sus expectativas. En esa misma línea, es favorable ser creativos y marcar la diferencia para que el hashtag sea bastante específico y fácil de recordar.

Por otra parte, en caso de etiquetas que son noticia, no se trata de montarse en tendencia –sobre todo porque tal vez tu tuit no aparezca–; pero si tienes información relevante o útil sobre el tema sí debes usarlas. Lo mismo ocurre cuando pretendes dirigirte a determinadas personas que no te leen de forma cotidiana, y conoces que usan un hashtag; esa etiqueta podría ayudarte a conectar si la encuentran en sus búsquedas.

Incluso, muchos perfiles personales ni siquiera usan hashtags, a no ser por una idea en común. Ahora, en esencia, las cuentas que utilizan numerosos hashtags casi nunca tienen objetivos y dan la idea de estar desesperados por conseguir mayor interacción.

Por último, dar contexto a los tuits es sustancial para que se entiendan. Un post con solo una etiqueta resulta confuso y no aporta demasiado a la conversación que se pueda estar generando en la red, lo verdaderamente importante que se persigue con el etiquetado de un post.

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Proyecto infocomunicativo dedicado al uso de las tecnologías, gestado en la Facultad de Comunicación de la Universidad de la Habana