El pleito de hidalguía de Juan del Castillo y la autoría de la iglesia de San Miguel de Aldearrubia en el Siglo XVI

Daniel Garcia Coego
Revista de historia de Aldearrubia
27 min readOct 31, 2020

El día 18 de enero del año 1533, Juan del Castillo, cantero y vecino que dice ser de Aldearrubia, inicia los trámites para defender su hidalguía, diciendo que es de solar conocido, “del lugar del Castillo que es en La Montaña”¹. Dicho lugar del Castillo se corresponde con la localidad de Castillo Siete Villas, situada actualmente en el ayuntamiento de Arnuero, siendo La Montaña el nombre que antiguamente recibía el territorio actual de Cantabria. La razón de iniciar dicho pleito es su inclusión en el padrón y reparto de pechos después de que el concejo de Aldearrubia le embargase además algún bien (prenda) por ello. Declaran como testigos de esta situación Juan Becerro, Juan del Carpio, Juan de Sordos y Alonso de los Mulos, los cuales mencionan que se empadronó al dicho Juan del Castillo después de que se hubiera casado un año antes. Por esta situación, Juan del Castillo levanta queja a la Sala de los Hijosdalgo diciendo que es “hijodalgo notorio de padre y de abuelo, de devengar quinientos sueldos según fuero de Castilla”, motivo por el cual aduce que deben guardarle la hidalguía en Aldearrubia y retirarlo del padrón de pecheros. Este es un proceso habitual en la actividad jurídica del Antiguo Régimen, pero más allá del interés en sí de la demostración de hidalguía de este Juan del Castillo, el pleito, a través de las declaraciones de los testigos, ofrece información muy relevante acerca de la iglesia de San Miguel de Aldearrubia y su construcción, además de abrir ciertas incógnitas acerca de la identidad del litigante.

El pleito de hidalguía de Juan del Castillo

Un proceso legal de reconocimiento para evitar los impuestos

Este proceso que recogemos en el presente artículo se trataba de un procedimiento jurídico a través del cual una persona, típicamente cuando residía en un lugar distinto al de su origen, debía demostrar su origen hidalgo para evitar que se le incluyese en el pago de los pechos, un tributo pagado al rey por los “hombres buenos” o pecheros, del que quedaban excluidos los hidalgos y nobles. Igualmente, no tenían que pagar otros impuestos o cargos concejiles, motivo por el cual los concejos de los diversos lugares siempre eran parte contraria en el pleito y prendaban al que debía demostrar su hidalguía, pues el pago de los impuestos les beneficiaba, como es lógico.

El proceso se iniciaba interponiendo una demanda ante la Sala de los Hijosdalgo de la Real Chancillería, en este caso de Valladolid, contra el concejo del lugar de residencia, Aldearrubia en el caso que nos atañe, y contra el Fiscal del Rey². Para ello, el procurador de Juan del Castillo, Pedro Pérez del Burgo, presenta en su nombre dicha demanda contra las personas mencionadas. Con el fin de establecer la defensa, el concejo de Aldearrubia responde a la demanda a través del procurador Juan de Cortiguera, en virtud de un poder del 1 de diciembre de 1532 para la defensa de Aldearrubia y San Morales contra el lugar de Velasco Muñoz (asunto que se tratará en otro artículo) y otros pleitos, como este de hidalguía.

Una vez interpuesta la demanda, se hace necesario realizar las probanzas necesarias con el fin de determinar la hidalguía o no del litigante. En muchas ocasiones se hacía uso de diversos datos documentales contenidos en privilegios o de información genealógica recogida en las partidas bautismales y matrimoniales, pero uno de los principales factores decisivos era la declaración de los testigos presentados por una y otra parte, sobre todo iniciado el siglo XVI, dado que los libros parroquiales eran todavía muy limitados o directamente no existían todavía en algunas parroquias.

Las probanzas de los testigos de Juan del Castillo

La probanza en Aldearrubia

De esta primera probanza se pueden extraer ya diversos datos relevantes acerca de la filiación de Juan del Castillo. Según las declaraciones de los testigos, su padre fue García Alonso del Castillo, también cantero, que llegó a Aldearrubia 40 años antes, esto es, alrededor de 1490, y vivió allí por espacio de 10 o 15 años hasta que falleció. Iba con él también una mujer, que se llamaba Juana “que traía consigo por su hijo a este Juan del Castillo que era de tres o cuatro años”, lo que nos da una fecha aproximada para su nacimiento, un poco antes del año 1490. Los testigos sin embargo declaran que aunque hacían vida como marido y mujer y tenían a su hijo Juan, no pueden asegurar que estuvieran casados legítimamente, pues al fin y al cabo no eran naturales de Aldearrubia. Este motivo sería aprovechado posteriormente por el concejo para plantear su ataque, a través del desprestigio, como se detallará posteriormente. Por otro lado, también mencionan otro dato relevante de la vida de Juan del Castillo, pues expresan que “era de edad de quince años e después de que murió el dicho García Alonso del Castillo este Juan del Castillo se fue e anduvo por Francia y en otras partes y estuvo allá otros quince años”, hasta que volvió a Aldearrubia sobre 1530. Otro testigo aclara que “estuvo en Francia y en otras partes atendiendo a su oficio por tiempo de diez e ocho años”. Así pues, es muy probable que aprendiera el oficio de cantero de su padre, y posiblemente de la cuadrilla del mismo como veremos más adelante, para posteriormente partir de Aldearrubia a ganar la vida en obras de cantería y probablemente formarse en Francia y en otros lugares que los testigos no mencionan.

En cuanto a la hidalguía del mencionado García Alonso del Castillo, los testigos mencionan que no se le cobraban pechos y le tenían por hidalgo por ser montañés. Una particularidad que diferencia el norte de España del resto de la Península Ibérica es el elevado porcentaje de hidalgos en la población, pudiéndose contar en tiempos pretéritos dentro de esta categoría la práctica totalidad de la población cántabra³, con independencia de su estado económico u oficio. Por ello, todos los nativos de la Montaña exigían ser considerados como hidalgos, ya que en sus lugares de origen no pagaban pechos por prerrogativas antiguas.

Por otro lado, todos los testigos concuerdan en una cosa y es que el dicho García Alonso fue a Aldearrubia para participar en la construcción de la iglesia de San Miguel, pero además, uno de ellos nos dice que tomó “la obra de la iglesia del dicho lugar, y otros canteros con él. E después que hubo acabado la dicha obra iba e venía a su casa e a otras obras e otros lugares”. Esta afirmación, junto con otras que se irán desgranando a lo largo del artículo, permite confirmar cronológicamente la obra de la iglesia de San Miguel y en especial del cuerpo principal, que ya fue datado en la declaración de Bien de Interés Cultural como del siglo XVI, junto con la portada sur. En cuanto al resto de la construcción se sabe que la torre se acabó en 1741 según las inscripciones en la piedra del porche. Quizás incluso se debe decir más bien que se reformó, reconstruyó o amplió, ya que la existencia de una torre en la iglesia se cita ya en la mojonera de la villa de Aldearrubia de 1628⁴, siendo tomada como referencia por el juez medidor para establecer uno de los límites.

Iglesia de San Miguel de Aldearrubia

La probanza en Trasmiera

Otro de los pilares fundamentales para que Juan del Castillo pudiera demostrar su hidalguía pasaba por recabar y presentar información aportada por testigos del lugar de origen de su padre y abuelo. Habitualmente, para que los testigos pudieran declarar, estos debían desplazarse ante la Sala de los Hijosdalgo en Valladolid, pero en muchos casos, como este mismo, los testigos aducían razones mayores por alta edad o impedimento para evitar un viaje largo fuera de su tierra natal². En este caso concreto, Juan del Castillo, a través de su procurador Pedro Pérez del Burgo, presenta una serie de testigos al tribunal, todos ellos de elevada edad, los cuales no pueden desplazarse ante ellos para declarar debido a sus achaques. No obstante, era necesario justificarlo ante el tribunal, por lo que a 5 de junio de 1533 presentan otros testigos más jóvenes que si se pueden desplazar, los cuales declaran conocer a todos los anteriores, y para cada uno de ellos dicen cosas tales como que eran de gran vejez, impedidos o que no se levantaban de la cama, por lo que no podían viajar a declarar a Valladolid.

Así, el 7 de junio de 1533 Juan del Castillo concede poder a Juan Sánchez de Lavia, vecino del lugar de Castillo, para que se presente ante el receptor del rey Diego de Valencia para realizar los interrogatorios pertinentes a los testigos que se habían designado en la merindad de Trasmiera. El dicho Juan Sánchez de Lavia se presentó en Valmaseda el día 3 de julio de 1533 ante el mencionado escribano con el poder y la provisión de la Sala de los Hijosdalgo para proceder al interrogatorio. Como sus testigos, se escoge a García Díez de Castro, Ruy Díez de Quintana y Francisco de la Cuesta, del lugar de Castillo; Pero Gutiérrez Ballesteros, Hernán Pérez de Palacio y Juan Gómez de Munar, de Meruelo, y otro Pero Sánchez, de Soano. Todos ellos dicen tener aproximadamente entre 70 y 80 años de edad en sus declaraciones.

Los testigos cuentan que García Alonso del Castillo era hijo de Pero Sánchez de Peñaloza y de Elvira García, y que era natural del lugar de Castillo. Mencionan que lo conocieron aproximadamente hacía 50 o 60 años, esto es, entre 1470 y 1480, siendo éste un muchacho. Uno de ellos nos dice que “conosció al dicho García Alonso del Castillo hace cincuenta años e lo conosció en este dicho lugar del Castillo. E lo conosció como muchacho hijo del dicho Pero Sánchez de Penaloça e de Elvira García su mujer e después casóse en el dicho lugar del Castillo con María de Neda su mujer. E lo conosció tiempo y espacio de seis o siete años casado con la dicha su mujer hasta que este testigo la vio degollar por alevosa al dicho su marido e después se fue para Castilla donde oyó que se había casado”. Así pues, la mujer que se llamaba Juana, madre de Juan del Castillo, era la segunda esposa de García Alonso, después de haber ejecutado a la primera por acusación de adulterio, un hecho que ahora mismo se podría considerar anacrónico en la cultura occidental pero que por aquellos tiempos estaba contemplado en las leyes⁵. Los testigos no llegaron a conocer a la dicha Juana, y parece por sus declaraciones que Juan del Castillo debió de nacer en Castilla, como confirmaremos a continuación; no obstante, sí que mencionan que es hijo legítimo de García Alonso, pues dicen que lo habían oído “a muchas personas de cuyos nombres no tiene memoria que iban e venían del dicho lugar de Aldearrubia e al mismo García Alonso del Castillo, padre del que litiga”, o también otro testigo comenta “que lo oyó de personas de su tierra que iban a labrar por Castilla a ganar sus vidas”. Se debe suponer entonces que estas otras personas eran al igual que García Alonso del Castillo canteros trasmeranos que acudían a obrar a Aldearrubia y otros lugares castellanos.

En cuanto a la hidalguía del litigante, los testigos no la ponen en duda ya que por un lado su padre García Alonso era natural de la Junta de las Siete Villas en Trasmiera, donde como ya se ha comentado los que eran oriundos de aquellas tierras no pechaban. Por otro lado, los testigos declaran además acerca del parentesco de los mismos, diciendo cosas tales como que tenían “por público e notorio que venían e descendían del solar del Castillo e que el abuelo deste que litiga era nieto de Pero Sánchez de Castillo, señor que fue del dicho solar del Castillo”. También nos dice que conocía a otro pariente con el mismo nombre, Pedro Sánchez del Castillo, que también era nieto de la dicha casa, señor por aquel momento de la casa de Castillo y del que todos los testigos declaran que eran parientes por parte de varón. Otro nos dice que “Pero Sánchez de Penaloça que era hidalgo que venía e descendía de la casa de Castillo, que es casa e solar conoscida de hidalgos e que era hijo menor de Pero Sánchez de la …, que decían que era hermano de pariente mayor de la casa de Castillo”. (NOTA: el que escribe no ha sido capaz de descifrar el segundo apellido, por lo que remito a quien tenga mayores conocimientos paleográficos a su interpretación. Se puede encontrar en las respuestas a la segunda pregunta del testimonio de García Díez de Castro). De esta manera, en base a sucesivas declaraciones y testimonios, los testigos legitiman a Juan del Castillo como hidalgo y descendiente de la casa de Castillo en Trasmiera, que tenía su solar en la Torre de Venero.

Torre de Venero en Castillo Siete Villas (Fuente)

La probanza en Villanueva de Cañedo

Todavía se presentó otra probanza más por parte de Juan del Castillo, la última, para probar su hidalguía y ascendencia por parte de legítimo matrimonio en otro lugar en el que su padre parece que estuvo labrando como cantero y en el que se aclara el origen de este personaje. Dicho lugar es Villanueva de Cañedo, tierra y jurisdicción de la ciudad de Salamanca.

Uno de los testigos, Juan Gallego, declara que conoció a García Alonso del Castillo desde el año de 84 u 85, que vivió allí con su mujer Juana Gutiérrez en una casa enfrente de la de su padre durante 4 o 5 años, y que después se fueron a vivir a Aldearrubia. Este testigo aclara también el lugar de nacimiento de Juan del Castillo, pues dice que fue allí donde nació y se le bautizó como hijo legítimo de García Alonso del Castillo y de Juana Gutiérrez. Por otro lado, menciona que conocía a García Alonso del Castillo en Villanueva de Cañedo porque “labraba allí de cantería cosas de su oficio de cantero”.

Esto nos hace pensar que quizás fue una de las personas que trabajó en la remodelación del Castillo del Buen Amor, que pasó a ser propiedad del obispo de Ávila, Alonso Ulloa de Fonseca Quijada, en el año 1477. El castillo fue reconstruido en estilo renacentista a partir de este año como residencia habitual de dicho obispo y de su amante Teresa de las Cuevas. Debido a la cercanía de las fechas en las que García Alonso pasó a vivir a Villanueva de Cañedo y la adquisición del castillo por parte del obispo, se podría suponer que es factible su participación en dicha obra.

Castillo del Buen Amor en Villanueva de Cañedo (Fuente)

Además de aclarar el origen y lugar de nacimiento de Juan del Castillo, la probanza en Villanueva de Cañedo contiene también la declaración de otro testigo de gran importancia.

La declaración de un testigo especial

Tras las declaraciones de los dos testigos aportados por Juan del Castillo procedentes de Villanueva de Cañedo, se encuentra una que que destaca especialmente. El testigo en cuestión se llama Juan Campero, citado como maestro de cantería vecino de la ciudad de Ávila. Se puede decir sin duda que es el testigo más destacable de entre todos los contenidos en el pleito, pues se trata de un maestro cantero de relevancia en la primera mitad del siglo XVI⁶.

Juan Campero era también natural de Trasmiera, parece que de Retuerto más concretamente. Fue el maestro cantero que lideró e ideó varias de las obras concedidas por parte del Cardenal Cisneros, como es el caso del claustro del convento de San Francisco o la torre de la iglesia de Santa María Magdalena, ambas construcciones en Torrelaguna. Participó también en la Junta de maestros que se constituyó en 1512 para decidir acerca de la construcción de la Catedral Nueva de Salamanca junto a otros nombres destacados como Antón Egas, Alonso de Covarrubias o Juan Gil de Hontañón. Este último sería nombrado maestro mayor de la obra, con Juan Campero como su aparejador⁷. Cabe destacar también como parte de su legado el traslado del claustro de Juan Guas de la catedral de Segovia, también por recomendación de Juan Gil de Hontañón, o la capilla de Mosén Rubí de Bracamonte, en la ciudad de Ávila, donde residió y participó en muchas otras obras. No obstante, hasta este momento no se han documentado obras suyas previas al año 1508, a falta de lo expresado por él mismo en su declaración en este pleito.

Habiéndole preguntado si conocía a Juan del Castillo y a su padre García Alonso del Castillo, Juan Campero contesta que conoce al dicho García Alonso desde el año de 1492. Dice que en ese año “vino de la Montaña de Trasmiera” y “tomole en su compañía por oficial de cantería” para las obras que tenía en tierra de Salamanca y Aldearrubia y que sobre el año de 1500 o 1501 “se fue a otras partes a sus obras e le dejó”. Juan Campero dice también que conoció a varios vecinos de Aldearrubia como Juan de Sordos o Antón de Sordos, desde el tiempo que iba allí a sus obras de cantería, hombres buenos pecheros a los que les oyó que no se le cobraban pechos a García Alonso del Castillo. Esta declaración es de suma importancia, pues además de la participación del dicho García Alonso del Castillo, a falta de la revisión de otras fuentes adicionales para confirmarlo, atribuye también la autoría de la iglesia de San Miguel o una contribución a la misma a Juan Campero.

En cuanto a Juan del Castillo, Juan Campero dice que era hijo legítimo y natural de García Alonso del Castillo y Juana Gutiérrez, los cuales hacían vida maridable en el lugar de Aldearrubia hasta que fallecieron, dejando a Juan del Castillo por su heredero, y que le conocía desde que era niño. Menciona que no llegó a conocer a su abuelo, “García Sánchez o Pero Sánchez de Penaloça”, pero que oyó de otros oficiales de cantería que venían de Trasmiera que era pariente de Pedro Sánchez de Castillo y que eran “fidalgos de los buenos fidalgos del dicho lugar de Castillo”, coincidiendo así con lo expuesto en la probanza de Trasmiera.

Un detalle importante que permite confirmar la identidad del testigo es su firma en la declaración, que se puede contrastar con otra de una carta 15 años anterior que le envió al Cardenal Cisneros⁸. Teniendo en cuenta por otro lado que Juan Campero no parecía tener motivos de interés en que Juan del Castillo fuera o no hidalgo, más allá de que era un colega de profesión y montañés como él, este testimonio pueda ser quizás el más fiable y concluyente de todo el pleito. De hecho, según se puede extraer de la correspondencia del procurador Pedro Pérez del Burgo con el tribunal, Juan Campero es el testigo definitivo presentado en 1534 por Juan del Castillo para contrarrestar la probanza del concejo de Aldearrubia que se detalla a continuación.

Detalle de la firma de Juan Campero en el pleito de Juan de Castillo
Detalle de la firma de Juan Campero en una carta al Cardenal Cisneros

La probanza en contra de Juan del Castillo por parte del concejo de Aldearrubia

Pese a todos los testigos presentados por Juan del Castillo a su favor, abundantes y de diversas localizaciones de la geografía española, lo que por otro lado debió de conllevar un coste elevado de desplazamientos de los escribanos, el concejo de Aldearrubia presentó su propia alegación en contra de lo expresado por estos.

Juan de Cortiguera, procurador en el pleito por parte del concejo de Aldearrubia, presentó un escrito en la Sala de los Hijosdalgo en diciembre de 1533 con una serie de puntos con los que defendía que no se le podía conceder el privilegio de hidalguía a Juan del Castillo. En primer lugar porque decía que no se podía probar que era hijo legítimo de García Alonso del Castillo y que cuando fue al lugar de Aldearrubia no estaba casado (“y después lo fue” aparece tachado posteriormente) y llevaba a una mujer que se llamaba Juana como su amiga y manceba, que además decía que ya estaba casada. Igualmente, aduce que Juan del Castillo sí que era hijo de la mencionada Juana, y que el García Alonso sólo lo reconoció como su hijo por respeto a ella cuando iba a fallecer. Por otro lado, comenta también que García Alonso no tenía propiedades en Aldearrubia y estaba ausente en muchas ocasiones debido a su oficio de cantero, y que además para que no lo empadronasen pagaba al concejo ciertas cantidades, asunto reconocido por los testigos de Juan del Castillo, en concreto por Miguel de Moriñigo. Por estos y otros demás motivos citados, como que el García Alonso que vivió en Aldearrubia no podía ser el mismo que se mencionaba en la probanza hecha en Trasmiera, Juan de Cortiguera solicitaba que se hiciera una probanza por parte del concejo de Aldearrubia, para demostrar sus afirmaciones y contrarrestar las declaraciones de los testigos de Juan del Castillo.

Los testigos del concejo de Aldearrubia coinciden también en que García Alonso del Castillo participó en la obra de la iglesia de San Miguel. En eso no queda pues ningún tipo de duda, es más, uno de los testigos aclara que también participaba en la obra de una ermita, que podría referirse a los comienzos de la de San Sebastián u otra de las existentes en el lugar. También comentan de él “que habrá que se murió treinta e dos años poco más o menos e murió de edad de cincuenta años poco más o menos” y de Juan del Castillo que estuvo ausente de Aldearrubia durante 20 años, y que cuando volvió su hacienda la tenía la iglesia, pero la recuperó sin llegar a pleito. Comentan también que Juan del Castillo había vuelto hacía 2 años a Aldearrubia aproximadamente, y que no se le pechaba inicialmente por soltero, hasta que se casó, momento en el que lo empadronaron.

Hasta aquí no hay mucha diferencia con las declaraciones del resto de testigos, excepto en la relación entre García Alonso del Castillo y su mujer Juana, de la cual decían que era público y notorio “que la tenía por su amiga e manceba e apartada de sí en otra casa en el dicho lugar”. Otro testigo menciona que García Alonso se encontraba casado en otro lado e igualmente la dicha Juana, afirmación que no aparenta ser cierta por lo que se extrae de la declaración de los testigos de Trasmiera ya que su anterior mujer había sido degollada por adúltera. Igualmente, un testigo dice que “era su manceba e dormía con ella e no eran casados ni velados” y que “algunas veces la tenía en casa apartada de la suya”. En estos puntos, las declaraciones de los testigos parecen ser un tanto ambiguas y no coincidentes del todo entre sí, uno de los motivos que seguramente motivó la resolución final del pleito.

La conclusión del pleito

Harían falta algo más de dos años para que los Alcaldes de la Sala de Hijosdalgo llegasen a una conclusión acerca de la hidalguía de Juan del Castillo tras las declaraciones de cerca de 30 testigos. El día 15 de julio de 1535, en la ciudad de Valladolid y en presencia de los procuradores de las partes litigantes, Pedro Pérez del Burgo y Juan de Cortiguera, los Alcaldes de los Hijosdalgo emiten su fallo a favor de Juan del Castillo, reconociendo que presentó las pruebas correctamente, al contrario que la parte del Fiscal de Su Majestad y el concejo de Aldearrubia. Así, expresan que “declaramos al dicho Juan de Castillo por hombre hijodalgo de padre e de abuelo e que los dichos sus padre e abuelo en los lugares donde vivieron e moraron estuvieron en posesión de hombres hijosdalgos de no pechar ni contribuir en ningunos pechos de pecheros reales ni concejales”. Y en consecuencia, condenan al concejo de Aldearrubia y a cualquier otro en el que Juan del Castillo tuviera hacienda a que no se le cobren pechos y se le guarden todas las honras por su hidalguía. Además, también condenan al concejo de Aldearrubia a restituir a Juan del Castillo todos aquellos bienes que le hubieran sido prendados, situación que fue la que provocó la demanda inicial del pleito de hidalguía.

Así pues, este personaje queda finalmente reconocido como hidalgo dada su ascendencia trasmerana. Sólo queda otra incógnita que argumentar, referente a la identidad de Juan del Castillo, pues algún lector versado en la materia podría haberse planteado ya si éste no sería la misma persona que João de Castilho, el mayor arquitecto y maestro cantero en Portugal durante el siglo XVI, cuyo origen es también trasmerano.

¿Podría ser este Juan del Castillo el mismo que el gran arquitecto de Portugal?

Para finalizar este largo artículo se plantea esta pregunta, pues son varias las coincidencias y paralelismos que podrían indicar que se trata de la misma persona. Sin embargo, si se recurre a la navaja de Ockham, y en base a toda la información que proporcionan los testigos del pleito de hidalguía, lo más probable es que sea un pariente homónimo del Juan de Castillo arquitecto, si bien sería necesaria la consulta de fuentes adicionales para poder asegurarlo con total rotundidad. A continuación se describirá brevemente lo que se conoce de la vida del arquitecto Juan de Castillo, para después exponer las pruebas a favor y en contra de que ambas personas sean en realidad una única figura.

El arquitecto Juan de Castillo

Juan de Castillo es uno de esos personajes desconocidos en gran medida en España en contraposición con otros contemporáneos suyos como Juan Herrera o Juan Gil de Hontañón, entre otros muchos arquitectos de renombre con actividad en el Renacimiento dentro del territorio nacional. A diferencia de estos, Juan de Castillo trabajó fundamentalmente en Portugal, donde sí se le reconoce sobradamente por su contribución, entre otras muchas obras, al diseño y construcción de cinco monumentos declarados como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO: el Convento de Cristo en Tomar, el Monasterio de los Jerónimos en Belém, la Fortaleza de Mazagón en Marruecos, el Monasterio de Batalha y el Monasterio de Alcobaça.

Medallón de Juan de Castillo en el Monasterio de los Jerónimos en Belém (Fuente)

Se le atribuye su origen a la merindad de Trasmiera, diciendo el conde Raczynski que debió de nacer alrededor de 1490 y María Ealo de Sá en 1470, en Castillo Siete Villas, aunque ambas afirmaciones no parecen estar sustentadas en pruebas documentales según comenta Nunes da Silva en su tesis doctoral acerca del arquitecto⁹. La relación con la casa de Castillo queda no obstante certificada, pues en 1561 el rey Sebastián I de Portugal autoriza a los descendientes de Juan de Castillo al uso de las armas que tenían en los Reinos de Castilla y Pedro Fernández de Solórzano y Castillo, señor de la casa de Castillo, los reconoce como parientes por parte de varón. Adicionalmente, uno de los hijos de Juan de Castillo, Antonio de Castillo, inicia también pleito de hidalguía en la Real Chancillería de Valladolid en 1555¹⁰ a causa de unas tierras heredadas en Pámanes, con un viejo conocido como Juan de Cortiguera como su procurador. Sin embargo, el proceso no avanza ya que el fiscal aduce que no tiene sentido al vivir el litigante en Portugal y no en Castilla y dado que la tierra de Trasmiera es libre de pechos. En Portugal, Juan de Castillo fue nombrado escudero real en el año 1518 por el rey Manuel I y el rey Juan III le dio el título de caballero, por lo que su familia ya disponía de los privilegios de estos estamentos en las tierras lusas.

En lo relativo a la trayectoria profesional del arquitecto, y comenzando por su formación, se ha de decir que no está clara y los autores la sitúan en diversos puntos de la geografía española como la propia Trasmiera, Burgos, Galicia y la catedral de Sevilla, llegando también incluso a plantear una posible estancia en Nápoles. Una de las primeras obras de Castillo como maestro cantero parece ser la reconstrucción de la capilla mayor de la Sé de Braga sobre el año 1509, para pasar posteriormente entre 1511 y 1514 a obrar en la Iglesia Matriz de Vila do Conde⁹. Sus obras de mayor importancia tienen lugar entre los años 1515 y 1523, cuando participa en las obras del Convento de Cristo en Tomar, en el Monasterio de los Jerónimos en Belém y en el Monasterio de Alcobaça. Las obras en Tomar se prolongarían no obstante hasta 1546, efectuando alrededor del año 1530 una visita a Marruecos para participar en la inspección de las fortalezas de esa tierra, proponiendo diversas mejoras o reparaciones. Tras una abultada y prolífica vida profesional, Juan de Castillo debió de fallecer sobre 1552.

Hecho este breve resumen acerca de la vida y logros de Juan de Castillo, se procede a continuación a analizar las pruebas a favor y en contra de que Juan del Castillo de Aldearrubia y Juan de Castillo el arquitecto se traten de la misma persona. Se tomarán estos nombres como referencia a partir de ahora para poder diferenciar claramente a ambos personajes.

Juan del Castillo de Aldearrubia y Juan de Castillo el arquitecto, ¿una única persona?

Son varios los motivos que podrían indicar que ambos son una única persona. En primer lugar, los dos tuvieron la misma profesión y se dedicaron a la cantería durante la misma época del siglo XVI. En segundo lugar, ambos certifican tener su origen en la merindad de Trasmiera, si bien de Juan del Castillo de Aldearrubia se conoce por este pleito que nació en Villanueva de Cañedo (Salamanca) y del arquitecto se dice que era de Liérganes (Cantabria), sin que exista realmente una prueba documental que lo demuestre. Se sabe también que Juan del Castillo de Aldearrubia nació alrededor de 1490, época que algunos autores barajan para el nacimiento de Juan de Castillo el arquitecto, aunque más recientemente se fija su fecha de nacimiento alrededor de 1470⁹.

Por otro lado, uno de los principales puntos de coincidencia entre ambos es su pertenencia a la misma familia y a la casa solar de Castillo en Trasmiera, lo que convierte a ambos en hidalgos. De una parte, Juan del Castillo de Aldearrubia demostró en 1535 que descendía de dicha casa por rama de varones, y que era pariente del señor de la casa de Castillo, Pedro Sánchez de Castillo. De otra parte, 25 años más tarde Antonio de Castillo, hijo de Juan de Castillo el arquitecto, consiguió el reconocimiento de Pedro Fernández de Solórzano y Castillo para usar las armas de su casa, por ser pariente de él también por línea de varones. En este sentido, resulta especialmente curiosa la petición de hidalguía en la Chancillería de Valladolid por parte de Antonio de Castillo¹⁰, de la que se debe destacar que su procurador Juan de Cortiguera era el mismo que perdió el pleito que se relata en este artículo defendiendo al concejo de Aldearrubia. Por ello, si alguien tenía clara la hidalguía de Juan del Castillo de Aldearrubia era él, por su participación en el pleito resuelto en 1535, que seguro tendría en la cabeza al defender la causa de Antonio de Castillo.

En cuanto a la actividad de Juan del Castillo de Aldearrubia tras haber abandonado el pueblo en un espacio de tiempo entre 1502 y 1505 poco se puede saber en este momento más allá de que los testigos dicen que estuvo formándose en Francia y trabajó en otros lugares indeterminados en sus obras de cantería hasta que volvió a aparecer en Aldearrubia hacia el año 1530, sin que se supiera nada de él en este lugar en los años intermedios entre estas dos fechas. Esto conduce a pensar que quizás fue durante estos años en los que podría haber estado obrando en Portugal, coincidentes precisamente con la mayor actividad de Juan de Castillo el arquitecto. Además, su presencia en Francia, junto a la colaboración en otras obras, podría haber sido el inicio de la relación con otros personajes como Nicolás de Chanterenne. No obstante, dada la importancia de su actividad en Portugal, parece relevante que en ningún momento en el pleito de hidalguía de Juan del Castillo de Aldearrubia se mencione este país. Quizás fue una omisión voluntaria para evitar la denegación del pleito como en el caso del de Antonio de Castillo en 1555, pero parece improbable que ningún testigo lo mencionase ni conociese su importante actividad en Portugal.

Cabe destacar también que los testigos en el pleito de Juan del Castillo de Aldearrubia mencionan que se casó allí alrededor de 1531 o 1532, sin especificar el nombre de la mujer, mientras que de Juan de Castillo el arquitecto se sabe que se había casado con María Fernández de Quintanilla, teniendo varios hijos y asentándose en Tomar, Portugal. Este es quizás uno de los puntos más claros y en contra de que se traten de una única persona, pero lamentablemente no se ha podido confirmar pues parece que no figuran hijos de Juan del Castillo de Aldearrubia y su hipotética mujer en el libro de bautismos de la parroquia. Adicionalmente, no se menciona en ningún momento en el pleito de hidalguía de Juan del Castillo de Aldearrubia a su hipotético hermanastro Diego de Castillo, documentado como tal para Juan de Castillo el arquitecto. No obstante, el pleito sí que muestra la factibilidad de que Juan del Castillo de Aldearrubia tuviera algún hermanastro, pues García Alonso del Castillo estuvo casado unos 6 o 7 años con su primera mujer, María de Neda, hasta que fue degollada, siendo Juan del Castillo hijo de su segunda mujer.

A nivel estílistico y arquitectónico, no se tiene conocimiento de ninguna obra de Juan del Castillo de Aldearrubia que permita hacer una comparativa entre ambos personajes; tampoco el que escribe es experto en Historia del Arte como para poder hacerla, por lo que por esta vía poco se puede argumentar. Sí que se puede mencionar y apreciar sin embargo la intrincada y bella obra de su padre, García Alonso del Castillo, y de la cuadrilla de Juan Campero en la iglesia de Aldearrubia que cobra su máximo esplendor en la cúpula que hay bajo el coro, a la entrada de la misma, y que ha sido fechada a finales del siglo XV, coincidiendo completamente con lo aquí descrito. Quizás pudiera haber servido de inspiración y aprendizaje para posteriores obras más complejas de Juan de Castillo, como la bóveda de la capilla de la Sé de Braga, pero es una hipótesis que dejamos a los expertos para su contraste y verificación o descarte.

Bóveda bajo el coro de la Iglesia de San Miguel de Aldearrubia (Foto de Inés García Hernández)
Bóveda de la capilla mayor de la Sé de Braga (Fuente)

Así pues, en vista de toda la información presentada previamente, estimamos que no se puede afirmar con rotundidad que ambos personajes serían en realidad una única persona, aunque tampoco se tiene una certeza completa de lo contrario. Sin embargo, sí que la conclusión más probable es que sea un caso de homonimia dentro de una misma familia, en una zona donde los canteros eran muy comunes y con un nombre, Juan, que ciertamente no es raro, menos aún en aquella época. Como un posible camino para poder confirmar la hipótesis de la homonimia una posible vía de estudio es el análisis de otras fuentes alrededor del año 1530 en la zona de Aldearrubia y Salamanca, o incluso la búsqueda de los poderes originales de Juan del Castillo de Aldearrubia para su pleito de hidalguía, pues se sabe que los firmó de su puño y letra. Lamentablemente en el pleito se incluyeron traslados de los mismos y, aunque figura haber firmado, como es lógico no se representó su firma. Queda pues el reto lanzado aquí para futuras investigaciones que deseen analizar este camino.

Conclusiones

A lo largo de este artículo se ha ido desgranando el pleito de hidalguía de Juan del Castillo, cantero de profesión que se crio en Aldearrubia. Se han presentando diversos datos acerca de su linaje y también de las actividades profesionales de su padre, que participó en la construcción de la iglesia de Aldearrubia. Finalmente, se ha especulado acerca de la identidad del mismo y su posible relación con el arquitecto Juan de Castillo.

Por un lado, este pleito permite conocer en detalle el linaje cercano del personaje, así como apreciar algunos de los hábitos de la época o legislaciones existentes. En cuanto a la vida de Juan del Castillo, se puede concluir que nació en Villanueva de Cañedo, como hijo de García Alonso del Castillo y Juana Gutiérrez, sobre el año 1490. Poco se conoce de esta Juana Gutiérrez, pero de García Alonso del Castillo se puede decir que era cantero originario de Trasmiera, en La Montaña (Cantabria) y que debió nacer sobre el año 1455, quizás un poco antes, siendo hijo de Pedro Sánchez de Peñaloza y Elvira García. El primero era descendiente por parte de varón de la casa de Castillo, originaria de la torre de Venero en Arnuero, y posiblemente nieto de Pedro Sánchez de Castillo. García Alonso del Castillo falleció en los primeros años del siglo XVI, momento en el que Juan del Castillo partió del pueblo a Francia, a trabajar en obras de cantería, y a otros lugares que no se especifican. Su madre, Juana Gutiérrez se casó en segundas nupcias con Antón Taravillas, vecino de Aldearrubia. Finalmente, tras una larga ausencia de 20 años, Juan del Castillo volvió a Aldearrubia sobre 1530, se casó, y por este motivo el concejo decidió empadronarlo como pechero, asunto que motivó la demanda del pleito de hidalguía. Se desconoce quién fue su mujer y aparentemente no tuvo descendencia en Aldearrubia. En este campo, este artículo aporta nuevos datos genealógicos acerca de una rama de la casa solar de Castillo, en Trasmiera, Cantabria.

Por otro lado, la revisión de este pleito ha permitido también confirmar cronológicamente las obras iniciales de la iglesia de San Miguel, que tuvieron lugar aproximadamente entre 1492 y 1502, a partir de las declaraciones de los testigos y de uno en especial, Juan Campero. Aunque la bóveda del coro de la iglesia ya se había fechado en finales del siglo XV, este pleito viene a confirmar dichos datos, extendiéndolos a todo el cuerpo principal de la iglesia, que se fue ampliando probablemente en varias etapas hasta 1741, año en que se finalizó la torre actual según la inscripción que figura en el porche. Además, se puede afirmar que la obra de dicha iglesia fue llevada a cabo por una cuadrilla de canteros trasmeranos, entre los que se encontraba el padre de Juan del Castillo, García Alonso del Castillo. Estos canteros formaban parte de la compañía de Juan Campero, maestro de cantería muy relevante en los siguientes años del siglo XVI y al que se puede asignar la autoría de la iglesia de Aldearrubia, fechándola además como una de sus primeras obras, en una etapa en la que según las fechas consultadas no se conocía todavía ningún trabajo suyo.

Por último, se han analizado las diversas pruebas disponibles para intentar discernir si este personaje se corresponde con el afamado arquitecto Juan de Castillo. Aunque no existen conclusiones completamente certeras, lo más probable es que se trate de un homónimo, lo que deberá confirmarse con posteriores estudios.

Referencias

  1. Archivo de la Real Chancillería de Valladolid (1533). Pleito de Juan del Castillo, vecino de Aldearrubia (Salamanca). SALA DE HIJOSDALGO,CAJA 866,9

2. de Guevara, M. L. (2016). Los procesos de hidalguía en los tribunales de la Corona de Castilla . Siglos XV al XVII. Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía.

3. Gónzalez Echegaray, M.C. (1969). Escudos de Cantabria. Tomo I. Trasmiera. Centro de Estudios Montañeses.

4. Archivo Histórico Provincial de Salamanca (1752). Catastro de Ensenada. Libro 135. Traslado de la mojonera de la villa de Aldearrubia de 1628.

5. Córdoba de la Llave, R. (1994). Adulterio, sexo y violencia en la Castilla medieval. Espacio, Tiempo y Forma, Serie IV, l-i.’’ Moderna, t. 7, 1994, págs. 153–184.

6. Cagigas Aberasturi, A.I. (2015). Los maestros canteros de Trasmiera. Universidad de Cantabria. Facultad de Filosofía y Letras. Departamento de Historia Moderna y Contemporánea.

7. Archivo de la Catedral de Salamanca (1512). Cabildo Ordinario: Libros de actas capitulares. AC. 25 f. 120v. Nota al margen del f. 464.

8.Archivo Histórico Nacional (1512). Carta de Juan Campero dirigida a fray Francisco Jiménez de Cisneros, cardenal de España. UNIVERSIDADES,748,N.110

9. Nunes da Silva, R.J. (2018). O paradigma da arquitetura em Portugal na Idade Moderna. Entreo o tardo-gótico e o Renascimento: João de Castilho “O mestre que amanhece e anoitece na obra”. Universidade de Lisboa, Faculdade de Letras.

10. Archivo de la Real Chancillería de Valladolid (1555). Pleito de Antonio del Castillo, vecino de Tomar (Portugal). SALA DE HIJOSDALGO,CAJA 1353,23.

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Daniel Garcia Coego
Revista de historia de Aldearrubia

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