Reflexiones De Sobrio

Manuel Páucar González
Scrambled Eggs
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2 min readDec 21, 2015

Eso de poder mezclar tragos y hacer coctelerías complicadas no debiese ser algo de lo qué vanagloriarse. Tampoco lo es tener gran capacidad de ingerir. Beber, puede cualquier troglodita. Coctelear, lo hacen bartenders con mejores credenciales que uno mismo.

Eso no es lo importante.

Lo esencial está en saber qué nos dicen los licores, cuál es el intercambio emocional e intelectual que nos trae cada sorbo, cada paladeo. Para ello, se requieren años, hasta décadas, de libaciones pacientes y reposadas. Tanto uno va enmadureciendo, y de tal manera vamos reconociendo ciertos matices, ciertas afinidades, y ese resabio tan familiar que nos llama.

Un bourbon amaderado antes de medianoche para el jazz; el gin & tonics redentor luego de un día triste; el chilcano democrático con los amigotes de siempre; el excelente Sauvignon y una mejor mesa; roncito habanero para el atardecer empecinadamente caribeño; es decir.

Con el tiempo, aprendí que en una resaca se puede medir el grado de audacia, estupidez, o desfachatez uno haya tenido la noche anterior. Una velada maravillosa casi no trae resaca; y si la trae, siempre será ligera, y vendrá acompañada de una sonrisa. En cambio, la agonía martilleante suele acompañarse de malas decisiones (ya sea combinando licores (¿a tu edad?), o mezclando emociones adversas (pobre animalito indefenso)).

De los excesos, dicen, hay que huir. Hacia aquellos, no obstante, recaemos muchos; acudimos entre piadosos y contritos, como en una liturgia alegre y desaforada.

¿Pero, de qué otra manera -entonces-, es que realmente se puede vivir, si no es habiendo rondado las fronteras de lo excesivo?

Beber y vivir; podría ser un maravilloso epígrafe. Hay que beberse la vida, y manterse sediento como el muchachón de Dos Equis. El old school dicta que las mejores bebidas salen de una coctelera, bien shaken y not stirred. Pero, al final, todo se resume a la relación individual que se tiene consigo mismo, y aquel reposado arte de conocerse una vez más con cada sorbo.

Lima, Perú
Diciembre de 2015

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Manuel Páucar González
Scrambled Eggs

En este camino de ida, voy empecinadamente de a pie. Siempre termino recalando en estaciones intermedias. Ahí descanso, me tomo una cerveza; escribo.