Esto es lo primero que debería saber un aspirante a emprendedor
Vas a fracasar.
Sí, no lo dudes, te la vas a pegar.
Hace ya muchos años cometí el error de meterme a estudiar Ingeniería Industrial en Bilbao, en una escuela conocida por ser muy dura.
Recuerdo que, el primer día, el profesor de Álgebra, Txema Ranero (QEPD), nos repitió varias veces una idea para que la tuviéramos muy clara:
“Vais a suspender TODOS”.
Había que ser buen estudiante para conseguir acceder a esta carrera, por lo que los que le escuchábamos, atónitos, incrédulos, veníamos de sacar notables, sobresalientes y matrículas de honor en el Instituto. ¿A qué venía meternos miedo diciendo que íbamos suspender, si esto seguro que se nos daría tan bien como BUP y COU?
Llegó el primer examen de Álgebra. Txema tenía razón. Suspendimos todos. Bueno, casi todos. Pero es igual. El profesor, con sus años de experiencia, sabía lo que iba a pasar. Nos avisó. No era lo que pensábamos. No estábamos preparados. Y fracasamos.
Al poco tiempo decidí que esa carrera no era para mí y decidí pasarme a lo que realmente me gustaba: Administración y Dirección de Empresas. Menos mal, porque la mayoría de mis compañeros las pasaron canutas, y muchos de ellos se quedaron por el camino.
Me suele venir esta anécdota a la cabeza cuando hablo con emprendedores novatos, con Administraciones Públicas que animan a todo el mundo a emprender como si fuera fácil, y con gente del ecosistema que no es realista con el duro mundo al que se va a enfrentar el emprendedor.
Vas a fracasar.
No todos van a fracasar, como no todos suspendieron Álgebra en primero de Industriales.
Pero, quizá, si eres consciente de que las probabilidades de pegarte una buena torta son del 90%, te lo pienses dos veces, o al menos lo tengas muy en cuenta a la hora de decidirte a emprender.
Más vale que quien emprenda esté muy bien concienciado y preparado. Porque es más duro de lo que uno piensa. Porque hay que trabajar durísimo. Porque hay que quitar tiempo a familia y amigos para poder sacar tu empresa adelante. Porque los sacrificios que hay que hacer son enormes. Porque no es para todos.
En mis más de 20 años emprendiendo he pasado de todo. Fracaso, éxito considerable (vendí mi empresa Hostalia a Acens/Telefónica), más fracasos, y sigo trabajando duro para triunfar con mi actual startup. Emprender es una montañita rusa, con momentos dulces y duros, es una carrera de fondo para la que hay que estar preparado. Y lo malo es que, por mucho que te esfuerces, la estadística va en tu contra.
Mi profesor de Álgebra tenía razón: vas a fracasar. Yo quiero avisarte también. Yo no le hice caso a Txema. Tú, como buen emprendedor, optimista y con ese punto de inconsciencia, tampoco me harás caso. Pero al menos no digas que no te avisé…
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