Nostalgia y pertenencia: obra de Mike Mills y sus espacios cinematográficos (parte II)

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6 min readNov 4, 2022

El director californiano Mike Mills construye los mundos de dos de sus films más conocidos, Beginners (2010) y 20th Century Women (2016), con especial atención al tratamiento del color y al valor simbólico de los objetos, como ya vimos en la primera parte de este análisis.

Existe en ambas obras un cuidado específico en la configuración de los espacios que habitan sus personajes, rodando siempre en localizaciones reales y haciendo que sus películas se sientan muy cercanas.

‘20th Century Women’, ilustración de Araceli Calero

Configuración de los espacios

De regreso a 1979, 20th Century Women se elabora a partir de recuerdos de una época muy concreta. Ya no estamos en el presente, sino en una vuelta al pasado probablemente idealizado. Desde una dulce añoranza por lo real de entonces, Mills homenajea con esta película a su madre, pero también a la época de finales de los 70.

Esa idea de lo auténtico está presente en la casa que habitan los personajes, a través de su imperfección y sus muebles heterogéneos, cada uno de los cuales parece encerrar una historia.

La casa: un personaje más

Cuando Dorothea y Jamie vuelven del supermercado dejando atrás el mal rato del incendio, se encuentran con el resto de personajes en la cocina de la casa, espacio central en torno al cual se estructura gran parte de la narración y de los acercamientos entre madre e hijo.

Justo en ese momento entendemos que ambos conviven con Abbie (Greta Gerwig), una joven fotógrafa de estética punk, y William (Billy Crudup), un ex-hippie de treinta y tantos años que se ocupa, junto con Dorothea, de los trabajos de rehabilitación de la casa.

En la cocina también está Julie (Elle Fanning), vecina y mejor amiga de Jamie, a la que vemos llegar en bicicleta y entrar en la casa como quien entra a la suya propia. Es fácil interpretar desde el principio que está acostumbrada a pasar tiempo allí.

Set de 20th Century Women (2016) | Director de arte: Chris Jones

La casa es un personaje más de este relato coral. Tanto es así, que Mills le dedica un momento de protagonismo en el guion. En este, Dorothea explica a uno de los invitados a su fiesta de cumpleaños el origen de la construcción de la casa a principios de siglo, su posterior abandono durante la guerra y la historia convulsa de quienes la habitaron después.

Pero lo que más nos atrapa como espectadores es la energía que se respira en ella, donde Dorothea representa el centro de gravedad indiscutible de este microcosmos doméstico tan particular.

Sus valores, frescura y sensibilidad impregnan la manera participativa y abierta en que los personajes la habitan. La casa, en continua redefinición, se encuentra tan viva y dinámica como las relaciones que van tejiéndose entre los personajes de la historia.

Set de 20th Century Women (2016) | Director de arte: Chris Jones

Uso del color

Este dinamismo se hace tangible en el uso del color. Lejos de los tonos apagados de Beginners, Mills utiliza en este film una paleta vibrante, de colores saturados, que ayudan a configurar los distintos mundos de sus personajes llegando, por momentos, y en combinación con ciertos recursos del montaje, a una estética más típica del videoclip, donde Mills cuenta con una amplia experiencia.

Sin embargo, en ambas obras el espacio es representado de manera objetiva, con planos frontales, reproduciendo la sencillez de Ozu y su manera de mostrar la casa japonesa, situando la cámara únicamente a dos alturas (al nivel de los personajes cuando están sentados o cuando se encuentran de pie). Una cámara estática que Mills combina en 20th Century Women con el empleo de breves travellings frontales que enfatizan nuestra mirada hacia los personajes y que nos acercan a su estado emocional.

Privacidad e intimidad a través de los espacios

Otros interiores enmarcan los momentos de encuentro que Oliver y Jamie tienen con Anna (Mélanie Laurent) y Julie. Estos personajes femeninos, de quienes ambos están enamorados, despiertan en ellos una tímida curiosidad e introducen un contrapunto lúdico y luminoso en ambos guiones.

En Beginners, Oliver y Anna comparten su intimidad en la habitación de hotel en la que se aloja ella temporalmente. En este cuarto impersonal y anodino, al que acceden a través de un largo pasillo de moqueta azul, Anna destaca envuelta en una bata tipo kimono con un alegre motivo de margaritas que recuerdan al plano del jarrón con el que Mills da inicio al film.

Cuando Anna aparece, vemos sutilmente cómo los espacios se nutren de su presencia: el antiguo Mercedes Benz de Oliver se convierte en un espacio de juego que permite romper con la timidez del primer encuentro; en el apartamento de este emergen elementos de la decoración con colores intensos como es el caso las cortinas rojas en su habitación; etc.

Set de Beginners (2010) | Director de arte: Shane Valentino

En 20th Century Women, es la habitación de Jamie la que ofrece al personaje cierta privacidad e independencia con Julie. Situada en la planta primera, cuenta con un andamio de obras que la conecta directamente al exterior.

Este elemento de gran originalidad se integra con naturalidad dentro del contexto de reformas que vive la casa, posibilitando que Julie acceda a la habitación sin necesidad de pasar por ningún otro espacio y permitiéndoles así disfrutar de una complicidad íntima al margen de los demás integrantes de la casa.

Los espacios y el estado de ánimo

En la habitación se acumulan muebles dispares, quizás sobrantes de otros espacios. Hay una o dos sillas y una estantería que hace las veces de armario provisional. La cama, situada en el centro, parece ocupar una posición transitoria, así como los distintos flyers que cuelgan de las paredes, copias originales que atesoró el mismo Mills, testigo directo de la tumultuosa escena punk de la época. La habitación de Jamie, como el apartamento de Oliver, se encuentra aún en proceso de definición.

Set de 20th Century Women (2016) | Director de arte: Chris Jones

En los espacios de ambas películas se hace tangible el estado de ánimo de los personajes que los habitan. Con su trabajo, Mike Mills reconstruye las imágenes que residen en su memoria, con las que busca aproximarse a su recuerdo de la realidad.

Como las fotografías de Rinko Kawauchi, sus películas consiguen atrapar lo efímero y el tiempo repetitivo e impreciso de lo doméstico.

Sus películas parten de lo autobiográfico y sus temas son recurrentes. Con ellas, el director profundiza en las relaciones paterno-filiales y nos habla de la soledad y el cambio, del amor y su complejidad.

Beginners y 20th Century Women nos dejan con la sensación de querer vivir en ellas, de habitar sus casas, de rodearnos de sus objetos y participar de sus atmósferas íntimas, cargadas de significado. Definitivamente Mills consigue con ambas obras materializar lo intangible y nos ofrece un refugio desde donde poder aceptar el cambio y reconciliarnos con nuestra propia vulnerabilidad.

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Araceli Calero, arquitecta y directora de arte.

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