Yilmaz, Yazici y Çelik: un “Yakamoz” sobre el Deûle

Pipe Olcina
Tres de añadido
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6 min readMay 25, 2021

El río Deûle fluye al norte de Francia con murmullo y teñido de rojo. Han sido días de bullicio y festejo en Lille. En la ultimidad de la resaca, en una ciudad tan cultural como renovada, todo va volviendo a su normalidad. Fueron noches sin conticinio y para bien porque la hondura de ganar es tan intensa como difícil de explicar. Acostumbrados a la tinta de los resultados donde uno gana y el resto “fracasa”, desde que Al Khelaifi irrumpiera en escena a golpe de talonario en el país galo, muchos “fracasaron” y solo tres equipos pudieron con el tirano: Montpellier, Monaco y este Lille de Galtier. Sin embargo, en la última década sólo el Lille ha sido reincidente. En 2011, sin todavía la billetera del jeque, y con un tridente eléctrico a las ordenes de Rudi García: Hazard, Gervinho y Moussa Sow, este último antes de poner rumbo a Turquía, llevaron el título al norte de Francia.

Ocurre que los goles de nuestros ídolos tienen eco. Y cuando los ídolos se marchan, los goles retumban. En Lille, a principios de la década, sólo unos meses más tarde del festejo, el que fuera pichichi de la Ligue 1 fichó por el Fenerbahçe y, desde la distancia, sus goles retumbaban. Jaleaban en Turquía y a la capital de la Alta Francia llegaba el eco. Dice un proverbio ruso que añorar el pasado es correr tras el viento. Y así ocurrió por un tiempo en Lille. Por su parte, Sow no necesitó aclimatación a una Turquía siempre vigorosa. Hizo siete goles en 12 partidos de Liga. Pero fue una mera anécdota en el (casi) mejor año en la vida de su rival Burak Yilmaz, cuando anotó 32 goles en 30 jornadas al servicio del Trabzonspor.

‘Kral’ Yilmaz

A ‘Kral’ (rey en turco) Yilmaz le rinden pleitesía a lo largo y ancho del país. Sólo en Estambul, partida por el Bósforo, ha jugado para Besiktas, Fenerbahçe y Galatasaray. Toda su vida en Turquía, salvo una breve aventura en China, con 35 años le convencieron que podía tener éxito más allá de sus fronteras, incluso al primer nivel del viejo continente. En Lille querían un viaje de vuelta desde el Lejano Oriente. Y Burak, sin que nadie lo esperara, trajo consigo el eco de los ídolos y como Sow, no necesitó tiempo de aclimatación. Hizo olvidar rápido a Osimhen y también a Loïc Remy. A veces, menos es más y dieciséis goles han servido para decir que este ha sido el mejor año de su vida y el curso está todavía por terminar. Yilmaz, que llegó gratis y cumplirá 36 primaveras en julio, le queda un capítulo que escribir en la Eurocopa como capitán de su país. Una prueba más de que el gol, como el amor, no tiene edad.

‘Prens’ Yazici

Un año antes que Yilmaz llegó ‘Prens’ (príncipe en turco) Yazici a Lille. Hijo natal de Trabzon, donde también fue ídolo y estrella como Burak, incluso compartieron vestuario en la 2017/18. Yazici con 23 años se convirtió en el segundo fichaje más caro de la historia del Lille. Tres años llevaba Luís Campos siguiéndole, pero no fue nada sencillo sacarlo del Trabzonspor. La operación se hizo telenovela. Duró un sinfín de semanas, el jugador dejó de entrenar e incluso un ministro, que apoyaba al Trabzonspor, trató de bloquear el traspaso. El día de su salida, el aeropuerto de Trabzon colapsó. Con la llegada del centrocampista al equipo de los ‘dogos’, ya eran dos los turcos a las órdenes de Galtier y la audiencia de los partidos en beIN sPORTS, en Turquía, se disparó hasta el punto de retransmitir al Lille por delante de algunos partidos de la Premier o LaLiga.

Zurdo, con pies de seda y personalidad fuerte, no fue fácil su comienzo en el Lille. Cuando no era titular o jugaba poco, se frustraba y para 2020 una lesión de ligamentos lo tuvo alejado de los terrenos de juego. Galtier ha reconocido que tuvo muchas discusiones con el jugador. Pero solo la presencia de Çelik (se quedó cuando habían rumores para que saliera en verano) y la llegada de Yilmaz (el hermano mayor de todos) le apaciguaron para poner toda su rabia y talento sobre el campo para acerca así al equipo a la conquista del título con 7 goles y 4 asistencias. Siempre con esa celebración en forma de Y.

‘Küçük’ Çelik

Sin embargo, el primero de los tres en llegar al Lille fue Zeki Çelik. El Küçük (pequeño en turco) de nueve hermanos en 2016 jugaba en la cuarta categoría del fútbol turco y dos años después fichó por el Lille sin haber debutado en Primera. En tres años Zeki pasó de jugar en cuarta a hacerlo en la Champions. Lateral completo y moderno se ha convertido en uno de los mejores en su puesto en la Ligue 1. Tímido y reservado es todo lo contrario a Yazici, pero los dos se compenetran. Antes de la llegada de Yilmaz, iban juntos todos los viernes a rezar. Y sin él esta historia nunca hubiera sido posible:

Yacizi nunca había salido de Trabzon. Estaba preocupado, pero Çelik hizo todo lo posible para convencerlo. Ellos llevan desde los 11 años jugando juntos en las categorías inferiores de la selección. Celik le “vendió” el club como ninguno. Sin su intervención, Yusuf nunca habría fichado por Lille”.

Esto comentaba en L’Equipe Ibrahim Alci, presidente de las 400 asociaciones franco-turcas que hay en Francia. Él fue el hombre que les dio la bienvenida al país galo, uno por uno y el que les presentó a la comunidad turca de la región. Este incluso actúa como intérprete durante sus ruedas de prensa. Tal es la unión de Yilmaz, Yazici y Çelik en Lille, que todos viven a diez minutos el uno del otro a las afueras de la ciudad y comen juntos, como poco, dos veces por semana. También Mustapha Kapi, otro turco de 18 años que llegó en septiembre procedente del Galatasaray.

En la última década, la conexión Lille-Turquía siempre fue un viaje de un solo destino: Sow, Chedjou, Kjaer o Ryan Mendes encontraron refugio a orillas del Bósforo, después de su aventura en el Lille pero ahora la dirección ha cambiado en el Orient Express.

“En Turquía, todo el mundo mira los partidos del Lille. A veces camino por la calle y escucho a la gente hablar del Lille y sus resultados“, dijo Mevlut Erding en noviembre en France Football .

Kulturaustrausch, una revista cultural alemana organizó en 2004 un concurso para determinar la palabra más bonita del mundo. Y la ganadora fue “Yakamoz”, una voz turca premiada tanto por sonoridad como por significado. En castellano se necesitan siete palabras para poder explicarla y no es otra cosa que el “reflejo de la luna sobre el agua”. No es casualidad que en la bandera de Turquía haya una luna menguante. Por culpa de la diáspora turca, este título de Ligue 1 con el tiempo será recordado como el de ‘los turcos de Lille’. Y en la Eurocopa, los partidos de Turquía tendrán eco también en Francia. Más que eco será un “Yakamoz” sobre el Deûle, que volverá a teñirse de rojo y no será por el Lille.

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