No cambies por cambiar, cambia por que NECESITAS hacerlo.
Hemos dejado de pensar por qué estamos trabajando en lo que estamos trabajando y las consecuencias no son alentadoras…
El reporte del mes. La reunión de los martes. El informe de indicadores. La postulación a fondos. Las eternas planillas. La evaluación de desempeño. Etc. Etc. Todos los días hacemos un sinnúmero de tareas, tareas que se nos olvidó por qué se empezaron a realizar y simplemente continuamos trabajando en ellas durante años consecutivamente.
¿Por qué hacemos lo que hacemos? ¿Por qué trabajamos en lo que trabajamos? ¿Entendemos de verdad el objetivo de nuestro rol? Si la respuesta para ti es únicamente por dinero y tener un salario a fin de mes… Puedes dejar de leer acá. Sí no es así, ¡Te invito a seguir!
Este NO es un blog motivacional, más bien, es uno bastante tangible.
DE ATRAS PARA ADELANTE: LAS CONSECUENCIAS
Cuando dejamos de entender por qué estamos haciendo lo que estamos haciendo, se generan ciertas consecuencias, algunas las puedes ver y otras están más ocultas:
Las que puedes ver:
- Trabajas demás. Como no sabes por qué estás trabajando, simplemente haces todo. No filtras qué es urgente, qué es importante y qué simplemente no tienes por qué hacerlo.
- Te aburres en tu rutina. Ya que simplemente repites semana a semana tu trabajo, pierde el sentido y lo único que quieres es que llegue el viernes y que nunca sea lunes.
- No aceptas los cambios. No puedes mentir, pese que es aburrido, igual te acomoda hacer siempre lo mismo. Solo imaginar tener que cambiar lo que haces todos los días te aterra y rechazas completamente que te saquen de tu aburrido día a día.
- Rozas constantemente con el equipo. Quizás no rozas, pero si estás internamente enojado con alguien (o con varios!) porque te obligan a hacer cosas que requieren un esfuerzo adicional que no tienes por que hacer.
- Not-my-business-mood. Si hay algo adicional que hacer o que alguien no consideró, no es mi problema. ¿Por qué habría de hacerlo yo?
Las que NO puedes ver:
- Pierdes confianza en ti. Como estás constantemente haciendo lo mismo, empiezas a creer que estás hecho solo para eso y te da pánico pensar en cambiarte de trabajo o hacer algo distinto.
- Te desconectas con lo que la organización busca. Simplemente te dedicas a cobrar a final de mes, pero, ¿cuánto -de verdad- vale tu trabajo en tu organización? ¿Sabes por qué tienes que hacer lo que tienes que hacer y por qué es tan importante? Si no lo sabes, estás atentando contra los objetivos de tu organización
- Dejas de crecer. No te engañes. Una subida de sueldo, no es crecer. Pasar de Analista Jr a Analista Sr, no es crecer. Cambiarte de una empresa a otra en el mismo cargo, no es crecer. Crecer es mirar 1 o 2 años atrás y notar una diferencia positiva entre tu yo del pasado y el yo actual, si subes de cargo en ese proceso, cool, pero no es necesariamente relevante. Recuerda que para pasar de un cargo a otro, puede ser por un tema de méritos y no de crecimiento como tal.
- Eres reemplazable. Malas noticias. Si no sabes por qué estás haciendo lo que estás haciendo, te vuelves inmediatamente una persona reemplazable. Solo piénsenlo al revés, ¿Sacarías de tu equipo alguien que está motivado, entiende perfectamente hacia a donde quieres remar y sabe por qué está trabajando? Al menos yo, jamás. Si piensas que nadie se da cuenta que no te importa, tengo un par de oftalmólogos para recomendarte, pues se ve a la lejanía.
Y así hay más consecuencias que se producen por una gran desconexión entre lo que estás haciendo y lo que que necesitaba la organización cuando te contrató.
POR QUÉ HACEMOS LO QUE HACEMOS
¿Se acuerdan del blog de los MVPs? Es exactamente el mismo punto. Dado que se nos olvida por qué queremos hacer un MVP lo auto-boicoteamos y terminamos engañando a nuestros usuarios y nosotros mismos. Con nuestro trabajo es algo parecido, cuando se nos olvida por qué trabajamos, suceden las consecuencias descritas en el punto anterior.
La pregunta: “¿Por qué haces lo que haces en tu trabajo?” parece trivial, pero es muy muy compleja, principalmente, porque todas y todos pensamos ya saberlo, cuando la verdad es que no lo entendemos bien.
Hay dos formas de leer esta pregunta. La primera, desde un lado más personal y motivacional, donde nos cuestionamos si lo que hacemos es lo que de verdad nos gusta hacer y nos llena como humanos y/o profesionales… Ya hablamos algo de esto en el Blog de las Ideas Millonarias, por lo que no entraré tanto en detalle… La segunda forma de leer esta pregunta es desde lo más práctico, cuestionando cada tarea que realizamos, “¿por qué tenemos esta reunión?”, “¿por qué hacemos estos informes?” o más en concreto “¿por qué mi cargo existe, qué razón tiene hacer todo lo que hago?”
El beneficio de esta segunda forma de mirar esta disyuntiva existencial es que puedes discernir entre lo que es urgente, importante y lo que simplemente no aporta... Y para que esto sea mucho más sencillo, simplemente lee la visión de tu organización (o misión si no hay visión) y piensa: “Las acciones que estoy realizando ¿Acercan a la organización (directa o indirectamente) a lo que busca alcanzar?”
Seguro que si empiezas a hacer esto con cada tarea que realizas o que te piden, te darás cuenta de más de algo que hay que cambiar (y pronto)… Es exactamente lo que tiene que pasar.
EL CAMBIO ES LA UNICA CONSTANTE
Desde que entras a una organización, hay cosas que empiezan a cambiar… El mercado, tus compañeros, las plataformas que utilizas, los productos que venden, la estructura organizacional, etc, etc. Es improbable que al pasar de un año, todo se mantenga igual, pues hay cambios que suceden aunque los queramos evitar.
Eso pasa con los cargos.
Desde que entraste a tu actual trabajo, hasta hoy, ya hay cosas que han cambiado (tu experiencia y conocimiento de la empresa, por ejemplo).
¿Por qué esperamos entonces que nuestros cargos se mantengan siempre igual? La explicación más lógica es que detestamos estos cambios. Nos costó llegar hasta este punto y cuando ya estamos a gusto, algo pasa que nos vuelve a incomodar.
¿Por qué cambian los cargos o roles a través del tiempo?
La razón principal es por que un cargo, responde a una necesidad del negocio por sobre un conjunto de tareas y responsabilidades a cumplir. Cuando estas dejan de ser relevantes, se priorizan otras.
Hay 2 razones principales para que los cargos muten de formas radicales:
- El negocio cambió: Así de simple, algo sucedió que tuvieron que mirar hacia otro objetivo o gracias a la incorporación de tecnología los esfuerzos humanos se deben centrar en otras actividades. Por lo cual tú y tu cargo se transforman por este contexto de cambio. En este caso, no hay mucho que puedas hacer, simplemente pasa y ya…
- Tú mueves ese cambio: ¡¿What?! Tal como lo lees. En otras situaciones, existen empleados tan alineados con lo que busca la organización que consiguen entender mucho mejor su rol y hacia donde debería ir. A tal punto, que la organización modifica el cargo o crea algo especial, que responda a nuevas necesidades del cargo. ¿Hay algo más gratificante (profesionalmente hablando) que tu organización te de un espaldarazo, te felicite y te diga “gracias a ti podemos ser cada día mejor”?
En general, el punto 1. se ve en grandes corporaciones, donde son más impulsos externos los que mueven el cambio, por sobre individuos. Y el punto 2. ocurre especialmente en startups (u organizaciones más bien pequeñas) dado que hay tanto que descubrir y tan poco escrito que cualquier persona puede dejar una huella positiva de cambio interno.
Esto se da así por un elemento en particular: La pasión. Cuando estás trabajando para una Startup o una empresa más bien pequeña, es muy fácil entenderlo, tienes a sus fundadores ahí, que irradian ESA pasión por lo que hacen y te hablarán extensas horas de por qué empezaron esta organización (si esto no sucede, corre!!). Esa pasión se contagia, se esparce y llega a cada persona que esté trabajando ahí. Esto va mucho más allá de motivar, esto es sembrar en cada persona una nueva fuente de la cual nutrir nuestra pasión por lo que hacemos.
Hay que recordar, que la motivación es algo más bien externo que, a diferencia de la pasión, es algo más personal. La pasión se va cultivando a través del tiempo, no así la motivación.
MOTIVACIÓN
¿Qué esperas? Yo espero este blog te haya motivado un poco más, te haya hecho reflexionar y te deje un gusto a “quiero intentar entender por qué estoy acá en mi trabajo”.
Si te gustó, no olvides aplaudir!
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¡Muy pronto tendremos más sorpresas! Pronto en www.unleashitnow.com
-Peace out!
