ESP | 4 maneras de aumentar tu productividad diaria

Christian Cox
Vestigium
Published in
4 min readJan 19, 2018

Arrancá con lo más importante, luego pasá a lo que te sea posible y, de repente, estarás logrando muchísimo más de lo que te habías imaginado.

Para el profesional común y corriente hay millones de cosas que suceden durante el día que pueden aumentar o disminuir la cantidad de trabajo de buena calidad que es capaz de hacer.

En un día normal, lidiamos todo el tiempo con una variedad de factores externos que, al parecer, se ponen de acuerdo para lograr que llevemos a cabo la menor cantidad de cosas posible.

No obstante, lo que realmente nos perjudica es el pensamiento que podemos llegar a tener ante esta situación. Para darle un poco de contexto a la nota, pensaremos en dos tipos de trabajadores:

  1. El que planea su día estratégicamente para hacerle rendir su tiempo.
  2. El que está todo el día reaccionando a las distintas situaciones que pueden llegar a surgir.

A continuación, veremos cuatro maneras en las que vos podés ser cada vez más como el primero de los dos personajes:

1. Saber de antemano cuáles son las cosas que tenés que hacer

Cuando estamos en el trabajo o estamos con algún tipo de proyecto, es primordial tener una idea clara de qué es lo que tenemos que hacer, cómo y cuándo lo haremos.

Ya vimos, en otra ocasión, algunos de los beneficios de tener una buena rutina matutina para arrancar el día. Entre ellos, está la posibilidad de simplemente contemplar sobre cómo queremos llevar adelante todo lo que tenemos pendiente para el día.

Por supuesto, no se puede planear todo. Nada saldrá exactamente como esperamos que salga. Sin embargo, cuando al menos nos damos a nosotros mismos una mínima chance de buscar que nuestro día sea más productivo en vez de reactivo, estamos plantando una semilla para después gozar del fruto de haber analizado las cosas previamente.

2. Tomarte un tiempo para hacer tus tareas más importantes

A la hora de llegar a la oficina, muchas veces, nos encontramos con una numerosa cantidad de e-mails. En muchos casos, el primer instinto suele ser ir leyendo y contestando cada uno hasta que no queden más mensajes no leídos.

Arrancando el día de esta manera, lo único que estamos haciendo es engañarnos a nosotros mismos autoconvenciéndonos de que estamos teniendo una mañana muy productiva cuando, en realidad, simplemente estamos reaccionando a lo primero que vimos.

Si optásemos por filtrar los mensajes más importantes, poniendo nuestro foco en las tareas que más concentración requieren durante las primeras horas del día, habremos hecho muchísimo más trabajo que si hubiésemos estado toda la mañana contestando los mensajes.

De esta manera, aprovechamos el momento en el que nuestros cerebros están más activos y dejamos para la tarde las tareas que menos esfuerzo cognitivo requieren.

3. Minimizar las distracciones

Para buscar nuestro más alto nivel de productividad, es importantísimo tomar en cuenta la minimización de distracciones. Esto se refiere a cualquiera de las siguientes cosas.

  • Redes sociales — La típica: entrás a ver las últimas actualizaciones de tus amigos en Facebook, Twitter e Instagram y para cuando te quieras dar cuenta, pasaron 20 minutos, te distrajiste y tenés que volver a entrar en tu estado previo de concentración
  • Correo electrónico — Muchos clientes de e-mail de hoy en día te mandan las notificaciones directamente al escritorio. Obviamente es difícil evitar que no te manden mensajes. Pero lo que sí podemos hacer a la hora de recibir mensajes durante un período de concentración profundo es mirar el asunto del mensaje y, si no es algo urgente, cerrar inmediatamente la ventanita de la notificación para poder seguir trabajando.
  • Pedidos de compañeros — La gran mayoría de nosotros trabajamos en un contexto de equipo, lo cual significa que siempre tendremos que colaborar con la persona de al lado. Sin embargo, saber poner un límite respecto al trabajo que tenemos que hacer y la capacidad que tenemos para darle una mano al otro es algo que, a la larga, nos puede resultar benévolo. Tener un buen compañerismo es fundamental para poder trabajar en equipo, pero cuando tomamos varios pedidos de nuestros compañeros y los tratamos de mezclar con lo nuestro, entramos en un ciclo vicioso de multi-tasking que es tóxico para nuestra productividad, haciendo que sea o muy poca o completamente nula.

4. Encontrar momentos para recuperarte

Si bien es importante aprovechar la mañana para tener una mejor llegada al día, otro momento igual de importante es el que tenemos después de desconectarnos de todo.

Tener momentos de reflexión y de recuperación después de un largo día de trabajo es fundamental para asegurarnos de que lleguemos al día siguiente sin bajar nuestros niveles de productividad.

Estos momentos nos permiten repasar el día a nivel mental para así saber cuáles son los asuntos a los cuales les tendríamos que hacer un seguimiento al día siguiente.

Todo cambia a partir del momento en el que tomamos un poco de conciencia

En la vida cotidiana, es sabido que no siempre se pueden implementar todas estas tácticas para garantizar nuestro mejor rendimiento todos los días.

Obviamente, hay obligaciones en nuestras vidas personales que no nos permiten siempre encarar nuestros días en la manera en la que quisiéramos.

A pesar de esto, si logramos hacerle pequeñas modificaciones al día, aunque sea una, veremos cómo empezamos a hacer avances importantes en el trabajo, emprendimientos u otros proyectos personales.

Antes de irte…

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Christian Cox
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Professional ponderer | Linguist | Makeshift Founder @ pioladigital.com/start-now | Arsenal FC Fan