Chau Año, no te vamos a extrañar (tanto)

Brian Leonel Miño
Voy a preguntar todo
4 min readDec 31, 2019

Ya tenemos tocando a nuestra puerta al fin de año y, consigo, juntadas o posteos en diferentes medios haciendo un balance de lo que fue nuestro año. Últimamente comencé a tomar como costumbre realizar balances en diferentes proyectos o ideas que llevo a cabo, sea de manera individual o en equipo, y encuentro cierta satisfacción en ello. Hacer algo, ver como salió y plantearse mejoras, es una práctica interesante para que hagas en algún momento, si aún no la has hecho.

También me resulta curioso como algo tan arbitrario como una fecha, mueva tantos sentimientos y ánimos en la gente. Ver como la gran parte de la ciudad se estresa por preparar cenas, cerrar cosas en el trabajo, comprar regalos y caer en la cuenta de todo lo que quedó en el tintero sin hacer durante el año -Maldita Procrastinación-

¿Y qué hacemos al ver que podríamos haber sido mucho más productivos durante el año? “Voy a hacer una lista de acciones y objetivos para este 2019” En ese momento te sentís una persona empoderada y dueña de tu destino, nada puede detenerte y te sentís like Mr Faranheit. Entonces arrancamos con todo en Enero y, con el pasar de los meses, nos vamos pinchando gradualmente hasta llegar nuevamente a fin de año con un Déjà Vu que te golpea en toda la cara.

Una gran persona que me crucé en mi vida tiene una manera muy copada de plasmar en una imagen su año y, según sus experiencias, cumplir un %90 de sus metas. ¿Cuál fue su arma para hacerle frente a tal hazaña? Mapas Mentales. Consta de definir nuestras áreas de interés donde queramos apuntar nuestras metas. Viajes, salud, finanzas, amigos, carrera profesional o lo que se te ocurra. ¿Es una solución mágica? No. Como toda herramienta, requiere de habilidad para usarla propiamente.

Este año voy a tomar la iniciativa de hacer mi mapa mental impulsado por estas palabras de Agus:

“Aunque soy un convencido de que las mejores experiencias de la vida suceden cuando no hay planificaciones de por medio, poder contar con una herramienta que nos permita organizar las metas del año resulta de gran ayuda a la hora de recordarnos a dónde elegimos poner foco en el día a día. Porque al final, cada mañana es una nueva oportunidad para crecer y construir la versión más genuina y genial de nosotros”

Mapa Mental de Agustín Schelstraete.

Entonces ya tengo mi manera de plasmar en una imagen lo que quiero para este nuevo año, nada puede malir sal ¿Verdad? Pues sí, probablemente salga mal. Cuando tomamos decisiones que involucran comprometernos con un objetivo, llenos de ilusiones positivas y un inconmensurable exceso de confianza, nos planteamos metas que vuelan muy alto y que luego, al igual que Ícaro, caen en picada hacia el mar.

En el momento que decimos este año me pongo las pilas con todo, es cuando el Síndrome de la Falsa Esperanza hace de las suyas. No tener expectativas reales sobre el cambio personal, nos lleva a ponernos metas que no son consecuentes con nuestro estado inicial y nos conducen hacia el fracaso, desmotivandonos y alejándonos de ser la mejor versión de nosotros.

“Sólo tenemos un 4% de posibilidades de éxito al intentar cumplir una resolución poco realista y sin un plan trazado”- John Norcross.

Es imperativo que nuestras metas sean medibles y con accionables claros. “Quiero bajar de peso” no es algo que se pueda sostener en un año, sin embargo “Quiero bajar 20 kilos este año e ir al gimnasio unas 3 veces a la semana” ya es una buena base para empezar.

Por mi parte he decidido que quiero mejorar mi escritura, así que me prometí escribir más de 500 palabras para mi newsletter semanal. Dentro de un año, y tomando solo la base de mi desafío, debería tener un mínimo de 27000 palabras escritas. Más o menos es la cantidad de palabras que tiene un libro de 200 páginas, por ejemplo el Principito. Esto no significa que voy a ser tan locuaz como nuestro amigo Antoine al terminar el año, pero voy a tener el hábito de escribir.

El nombre del juego es constancia. Como ya he dicho varias veces ser constante es vital para poder crecer y que nuestras ideas tengan impacto. De nada sirve dejar la vida en los primeros 100 metros cuando la carrera es de 10 kilómetros, como bien nos dejó claro Hudson Hornet más vale paso que dure, que trote que canse.

Espero que recibas este año con grandes metas, que no sean sobredimensionadas porfi, y con mucha constancia para lograrlas.

La mayoría de las personas no carecen de fuerza, sino de constancia -Victor Hugo.

¡Feliz Año!

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Brian Leonel Miño
Voy a preguntar todo

Escribo para preguntarme cosas nuevas todos los días y lo comparto para crecer con los demás.