ANÁLISIS “LAS COSAS QUE PERDIMOS EN EL FUEGO”, De Mariana Enriquez
Introducción al análisis de LAS COSAS QUE PERDIMOS EN EL FUEGO, De Mariana Enriquez. Analizamos las características del género del terror y su relación con la política, en los distintos cuentos que componen en libro.
Mientras nos vamos preparando para leer el nuevo libro de Mariana Enríquez llamado: “Un lugar soleado para gente sombría” el cual compartiremos en nuestro club de lectura (¡Aún estás a tiempo de sumarte haciendo click aquí!)
Aprovecho para compartirles un análisis de “Las cosas que perdimos en el fuego” el cual podés escuchar en clave de audiolibro en el podcast MONSTRUOS, BRUJAS Y MAGAST narrado por Paloma Sirvén.
En este libro, algunos de los conceptos que nos convocaron en la primer reunión, fue la relación y el cruce que la autora realiza entre los procedimientos propios del género de terror con la coyuntura social, política, económica y social que a la vez atraviesa su propia biografía.
Y algunos temas recurrentes en algunos de los primeros cuentos que leímos; el horror y el terror como género y procedimiento de apropiación de la tradición anglosajona y norteamericana, que se resignifica en un contexto en latinoamericano; para dar cuenta de la presión fóbica social que subyace sobre algunos conflictos, crisis y miedos sociales estrechamente vinculados al contexto geo político.
De manera tal, que los elementos y procedimientos característicos del género, son desarrollados en función de temáticas afines a la producción de la autora, que como vimos remiten; a la clase social como organizadora de la visión del mundo; al horror como paradoja y metáfora de la desigualdad social, y de indiferencia o rechazo a lo distinto, el territorio como zona de límite, conflicto, mutación y misterio; a la casa (Y objetos) como siniestros portadores de historia (pública y privada) “la casa embrujada”; al viaje como pasaje y como camino de descubrimiento (y autodescubrimiento), a la adolescencia como transformación, mutación, y reconocimiento de lo “monstruoso” y finalmente, la liberación del horror desde una perspectiva feminista sobre la que seguiremos indagando…
LOS PERSONAJES EN LOS CUENTOS DE “LAS COSAS QUE PERDIMOS EN EL FUEGO”
Como vimos, la mayoría de los personajes (y narradores) presentes en los distintos cuentos de Mariana Enriquez, son mujeres ( Salvo en el caso de “Pablito clavó un clavito”).
Las narradoras en su mayoría, presentan en primera persona, los acontecimientos de manera fría, distante… sin involucrarse o sin profundizar en la carga o descripción emocional que los acontecimientos suscitan sobre las mismas (La autora dará cuenta en entrevistas, de la influencia de éste procedimiento de construcción de la voz narrativa “femenina” a partir por ejemplo, de cuentos de Silvina Ocampo).
Éste “gesto” o elección formal, no es menor, en un género que ha sido muchas veces, desvalorizado por como comentaba en otros correos, prevalecer en su estructura y en su trama, la función efectiva y persuasiva de la emoción, sobre la razón.
En el caso de Mariana Enriquez, la elección de que predomine un relato distante y frío de los acontecimientos coloca al lector/lectora en un estado de atención crítica. Es decir; el lector/lectora deberá sumir un rol activo/a en el desarrollo y lectura de la trama; no sólo no será arrastrado por una emoción efectiva y general (procedimiento común en Poe) sino que, deberá situar el horror, el terror y el miedo desde su propia concepción del mundo en diálogo y en crisis con la mirada que plantea la autora.
En relación a los personajes en sí, Mariana Enriquez, dará voz, a mujeres adolescentes , jóvenes o adultas que o bien, se encuentran atrapadas, perdidas, extasiadas, camino a empoderarse, auto descubrirse o a aliarse en pos de una causa común o como gesto político de sororidad sin por eso, idealizar “lo femenino”. Así, sus personajes femeninos, podrán ser crueles, despiadadas, ambiciosas, indiferentes, culposas… pero también, altruistas, desinteresadas , generosas, piadosas, sensibles, francas, etc…
En cuanto a los hombres, en la mayoría de los cuentos, les será delegado un lugar secundario; accesorio al de la mujer (Muy probablemente en respuesta a la mayoría de la narrativa hegemónica a lo largo de la historia que ha delegado el rol secundario, a la mujer).
Otros personajes que estarán presentes en éste libro, serán los personajes mitológicos; o los personajes que le son propios a la cultura y al folklore nacional que ha sido desestimados por la narrativa “culta”. Aquellos personajes que le son propios a la idiosincrasia nacional y que han quedado relegados de los relatos cultos pero que son parte del acervo cultural y popular de una sociedad marginal, de la periferia o que migra hacia las grandes ciudades, trayendo consigo su cultura, y sus creencias (Sobre todo las migraciones del norte) que traen consigo, el sistema de creencias, no fundadas en la lógica capitalista o en la fe judeo cristiana hegemónica y que muchas veces, son vistos como el otro extraño; el extranjero. Así; aparecerán por ejemplo; las figuras míticas construidas por la crónica policial; los santos paganos, o las figuras religiosas que
otorgan poderes, milagros o solicitan sacrificios.
Por último, (y no menos importante) otros “personajes” , marcarán, influirán y condicionarán los relatos, a través de una conversión metafórica como podrán ser las casas, las drogas, el vestuario, los objetos, los caminos… Los cuales “actuarán” e incidirán en las decisiones de los protagonistas de las distintas historias.
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