Territorio Luciana
Luciana trajo varias propuestas a La Convi, la residencia- convivencia para artistas que hicimos en enero del 2018.
Ideó a lo largo de los años una suerte de método de trabajo bien coherente, consistente, sistemático y desarrollado y eso fue lo que compartió con nosotros. Acá un video de un trabajo anterior que hizo. Se ve un ejemplo de sus caminos lógicos, sus maneras de pensar, sistematizar, acumular y construir arte.
El día que empezamos, luego de contar brevemente en qué consistía el proyecto de cada uno, hicimos una grilla para organizarnos con los horarios y tareas. Como se ve, acá ya empiezan sus influencias.
Parte de su trabajo reciente en Territorio Tolosa tenía que ver también con las propuestas que nos compartía. La primera actividad consistía en que viésemos un video, a modo de presentación, en el que explicaba el método: hacer un mapa. Mapear la experiencia en forma colectiva. Entonces, se mezclan datos geográficos, históricos, sensibles, afectivos, imaginarios en un entramado, un tejido singular y común a la vez.
En lace a los videos de Territorio Tolosa.
Después vimos una película que trajo: “La teoría sueca del amor” en el cine que armó Iván.
De ahí surgió un debate, sobre todo en relación a la comparación que hace el documental entre Suecia y África: ¿Se puede comparar un país con un continente?¿Era ingenua?¿Bien pensante?¿Culpógena?¿Qué tipo de música tenía la edición del film para incitarnos a sentir ciertas emociones y no otras?¿ Y nosotros aquí, cómo vivimos?¿Tenemos rasgos de esos dos mundos en contraste?¿Qué haremos con ello? Fueron algunas de las preguntas que surgieron.
Después, hicimos nuestro mapa de la convivencia.
Así quedo al terminar la residencia pues se le iban agregando cosas según ocurrían.
Otra de sus propuestas, no tan formalizada pero persistente era la de tirarnos el I Ching. Hace más de veinte años que no me lo tiraban y fue una experiencia importante. Me vaticinó la actitud a sostener especialmente respecto de un tema que me preocupa mucho, y en estos días que siguen, continúa resonando.
En el transcurso de los días, las cosas iban cambiando, entonces había que reorganizar, repensar las actividades, los tiempos, las tareas. Hubo cosas que llevaron más tiempo, otras que había que retomar, tareas que quedaron incompletas, otras que abrieron caminos posibles hacia un futuro realizable o utópico, del orden del deseo. Una de las ideas que surgió en el transcurso de La Convi fue la de empezar con el Territorio Arana. Hicimos tres actividades en referencia a ello:
- Ir a realizar un ritual de finalización y comienzo de año a lo de una artista que vive cerca. De ahí hubo varias aventuras (pero voy a dejar esto para otro relato).
- Recorrer la feria de frutas y verduras, sitio de memoria, camino por las vías y escuela.
- Ir a Ignacio Correas.
Otra cosa que hicimos y se articula con Luciana, fue ir juntos a la Toma de la UEP, que estaba ocurriendo en simultaneidad y la tenía constantemente ocupada mediante el teléfono y la cantidad de conversaciones, gestiones y negociaciones que había que hacer para proteger a las familias que quedaban sin fuente de ingresos, sin trabajo.
Yo fui descubriendo que en Luciana hay al menos dos, o tres: una más serena, muy intelectual, otra jodona que habla un poco maradonianamente y es muy buena compañera de parrandas y fanfarrias, otra reflexiva, filosófica, una combativa. En esa dialéctica móvil está ella, y por ahí nos hace viajar, ya que la aparición de estas Lucianas es impredecible, como la de algunos seres mitológicos.
“Para una versión del I King”
El porvenir es tan irrevocable
Como el rígido ayer. No hay una cosa
Que no sea una letra silenciosa.
De la eterna escritura idescifrable
Cuyo libro es el tiempo. Quien se aleja
De su casa ya ha vuelto. Nuestra vida
Es la senda futura y recorrida
El rigor ha tejido la madeja
No te arredres. La ergástula es oscura,
La firme trama es de incesante hierro
Pero en algún recodo de tu encierro
Puede haber una luz, una hendidura
El camino es fatal como la flecha
Pero en las grietas esta Dios, que acecha
J. L. Borges
