Territorio Arana

Diana Rogovsky
4 min readJan 25, 2018

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Parecía que estaba esperando el momento para largarse a hablar. Ni bien llegamos encargamos sánguches y bebidas. Mientras los preparaban nos sentamos en el bar, en las mesitas y en la barra. Algunos sacaban fotos de todo lo que había. En la televisión pasaban a Cacho Castaña, una y otra vez la frase de la violación, después a una madre filmada con el celular que les pegaba a los hijos, después una notera que resultó ser prima de Iván , que comentaba estas cosas o la famosa noticia de “estalló el verano”.

Foto de Iván Haidar

Yo me demoraba en un cartel que empezaba con “tenemos que entender…” y luego detalladamente explicaba lo que pasaba con el micro, el Este 80, que si no había nadie arriba no llegaba hasta Correas. Después estaban los horarios regulares. Los estantes atiborrados tenían los bordes decorados con papeles recortados con formas. Había muchas telas de araña, polvo, mezcla de vituallas en las alacenas que iban desde el piso al techo.

Foto de Iván Haidar

Luciana le ponderaba el lugar y le preguntaba por su historia, desde cuando estaba, de quién había sido.

El muchacho nos miraba y giraba para alcanzarnos las botellas, los vasos en silencio. Tenía una actitud felina y un tipo muy atractivo. Me pregunté como serían sus días, sus noches, en todo lo que escucharía ahí. La chica se había quedado del otro lado del almacén con un niñito cerca y a medida que los iba terminando de preparar, nos alcanzaba los sánguches.

La patrona nos contó que ese almacén había empezado siendo una posta de caballos frescos para los viajeros, luego se había vuelto pulpería donde los paisanos iban a beber y a guitarrear un poco tras la ardua jornada de trabajos en el campo. Era una empresa familiar desde hacía casi cien años.

Nos contó que ahora cerraban más temprano porque los jóvenes se peleaban ahí, ya venían puestos de antes. Supusimos que se refería a que venían drogados, nos costó que diga más acerca de esto, o sea, queríamos saber con que se drogarían por allá. Ella se quejaba de eso pero no entró en detalles.

Nos dijo que antes se vendían las guirnaldas de papel ya armadas en un bazar de La Plata, pero que ahora tenían que hacerla ellos mismos porque ya no venían y eso era bien característico de la casa.

Después nos fuimos a dar una vuelta.

Nos quedamos un rato en la plaza, nos dormimos una siesta bajo las casuarinas porque el sol estaba fuerte, mientras Laura jugaba con los chicos que estaban muy contentos de encontrar juegos pero no se querían poner los gorros.

Esta fue una de las actividades que hicimos en La Convi, la convivencia-residencia para artistas que hicimos en enero de 2018. Surgió inspirándonos en Territorio Tolosa, el proyecto que Luciana y Vero vienen llevando a cabo desde hace ya unos años.

Otra de las actividades que hicimos fue la de participar en un ritual que Ceci, que vive cerca, lleva a cabo para el fin de año e inicio del próximo. Consiste en hacer una fogata y arrojar papelitos en los que escribimos qué queremos que se termine y qué deseamos que ocurra.

La expedición de ir a lo de Ceci se inició con una caminata para llegar. Luego ella nos contó de que se trataba el ritual. Pasamos por un pasadizo de plantas, algunos subieron al mangrullo del tanque y pudieron ver todo el campo desde ahí. Luego, brindamos con hesperidina. Después hicimos la fogata y arrojamos los papelitos. Para regresar, volvimos tres madres con los niños en el auto y el resto decidió volver a campo traviesa por el borde del alambrado, lo cual despertó el espíritu de la aventura latente y originó un relato entrañable.

Foto de Daniela Camezzana

La tercera actividad de Territorio Arana fue la de ir a la feria, el Pozo de Arana, el camino por las vías hasta la escuela. Pero eso ya está en otro relato.

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Diana Rogovsky

¡Hola! Soy artista, gestora, docente. Me gusta compartir los conocimientos, recibirlos de otras personas. Por eso estoy acá: danza, escritura, música, teorías.