Pará: andá y amá

Diego Rodrigo
8 min readJun 9, 2022

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Recuerdo que en la casa de mis abuelos, justo antes de entrar a su habitación y a la altura de la mesita donde estaba el teléfono (esos antiguos en los que tenías que girar un disco al marcar cada número) se encontraba un cuadro de la Virgen de Nazaré en la ciudad de Belém do Pará. El nombre siempre llamó mi atención pero solo en mi adultez vendría a saber que mi abuelo nació en dicho estado norteño, antes de establecerse en el Perú.

Más allá de la conexión familiar, nunca tuve un interés muy fuerte en conocer la región norte del Brasil. No sabía mucho de ella. No recordaba el nombre de alguna ciudad tan famosa como Río de Janeiro en el sudeste, Brasília en el centro-oeste, Florianópolis en el sur y Salvador de Bahía en el nordeste, que para ese entonces era una región que tenía surcada a medias. Sin embargo, ya estaba allí. Acaba de recorrer la Ruta de las Emociones (Ceará/Piauí/Maranhão) y en aproximadamente diez horas de viaje en bus, llegué desde São Luis a Belém.

Praça do Relógio, también llamada Praça Siqueira Campos. Cámara del iPhone SE. (15/01/2021)

Andá: dos visitas memorables a Belém

Estuve pocos días en la capital. No logré encontrar ningún hostel y me hospedé en una habitación privada en un hotel, cerca del centro de la ciudad y a cincuenta reales la noche. Lo primero que conocí fue la Praça do Relógio; cuyo reloj fue construído en 1930 en Inglaterra y donado por el intendente Antonio Faciola.

Es lindo y resalta en el caos de una ciudad llena de vida y mucho, muchísimo movimiento. Muy cerca del mismo, se encuentra el Mercado Municipal. Es considerado una feria libre y uno de los mercados públicos más antiguos del Brasil (1625). Clásico es ir a comer pescado frito con açaí, plato emblema del norte.

Mercado Ver-o-Peso. Cámara del iPhone SE. (15/01/2021)

Belém cuenta, además, con iglesias bellísimas, descatando la Catedral Metropolitana o simplemente Catedral da Sé, con estilo neoclásico y barroco, que data del año 1719. Miro hacia atrás y siento satisfacción en saber que conozco esa y otras catedrales metropolitanas de capitales importantes brasileras como Río de Janeiro, São Paulo, Vitória, São Luis y Brasília.

Catedral Metropolitana de Belém. Cámara del iPhone SE. (15/01/2021)
¡Un año después volví a Belém do Pará! Esta es la Parroquia Sao Francisco de Assis, conocida como Igreja dos Capuchinhos. Cámara del iPhone 12 mini. (15/01/2022)

El Parque de las Garzas o Mangal das Garças es otro punto turístico imperdible. Se inauguró en el año 2005 y cuenta con más de cuarenta mil metros cuadrados de parque ecológico. Está en el corazón de la capital y fomenta la protección y preservación de aves y otras especies. Por otro lado, existen más de trescientas especies de árboles en el local.

Posó para la foto. Cámara del iPhone SE. (15/01/2021)

Durante mi segundo día recorrí el centro de la ciudad y otras iglesias. Y acabé en la Praça Batista Campos, que sigue la tendencia del siglo XIX y ganó el premio “100 Mais Brasil” de la revista Seleções, siendo considerada la más plaza más bella del país.

Plaza Batista Campos. Cámara del iPhone SE. (16/01/2021)

El tercer día me encontré con Eliabe, un amigo que hice en el hostel de São Luis y paseamos por la Estação das Docas o Estación de los Muelles en español. Su nombre original era Porto do Belém y data del año 1850 aunque la estación como tal se inauguró el 13 de mayo del 2000. Ir a la capital paraense y no pasar por dicho complejo turístico y cultural debería ser un crimen. Pues si el Cristo Redentor es la carta de presentación de RJ y el Pelourinho la de Salvador; sin duda, las “docas” son el rostro de esta capital norteña.

¡Amando Belén! Cerca de las Docas. Cámara del iPhone SE. (17/01/2021)
Ya dentro del muelle. Cámara del iPhone SE. (17/01/2021)
¡Selfie con Eliabe! Cámara del iPhone SE. (17/01/2021)
Vista panorámica de la Estação das Docas. Cámara del iPhone 12 mini. (15/01/2022)

El complejo es perfecto para eventos sociales, culturales y gastronómicos. Se trata de 32 mil metros cuadrados divididos en tres almacenes y una terminal de pasajeros, desde allí se aprecia la Bahía de Guajará y la Ilha das Onças. Tuve la oportunidad de estar allí en enero del 2021 y un año después, luego de haber cumplido el sueño de recorrer los veintisiete estados brasileros. En ese segundo paseo dentro de la capital y tercero en el estado, fui recibido por el buen Vinicius, amigo y compañero que me dio un viaje dentro de Salvador de Bahía, en diciembre del ’21.

¡Probando cerveza de açaí con Vini! Internamente estaba pensando en que mi bus hacia Teresina salía en 15 minutos y temía perderlo. Felizmente Vini es un cohete. Cámara del iPhone 12 mini. (15/01/2022)
Bella vista.

Por Vini fue que experimenté el açaí paraense, teóricamente el mejor del país, al punto en que pueden comerlo salado. Mi paladar no pudo acostumbrarse, ya estaba adecuado a colocarle toppings dulces (soy y seré fan de la leche en polvo Ninho forever). Gracias, mi hermano, por enseñarme más sobre tu ciudad y tu cultura. Eso hizo más especial mi recuerdo de Pará.

Maniçoba, también conocido como feijoada paraense. Cámara del iPhone 12 mini. (15/01/2022)
¡Açaí!

Amá: playas, reencuentros y sueños en Santarém

Si las Dunas de Genipabu son el emblema de RN y los Lencois Maranhenses el de MA, sin duda, Alter do Chão es quien da la cara por el estado de Pará (PA). Esta es una villa playera ubicada a 30 kilómetros de la ciudad de Santarém y el balneario es considerado un “caribe amazónico” por las bellas playas que se forman con las aguas del río. Así es, son playas de agua dulce. Ya había conocido algunas en Manaus pero me enamoré perdidamente de las de Pará. Y es que su arena blanca y aguas calmas y tibias son el baño de Dios.

Cruzando el río Amazonas en barco para llegar desde Manaus hasta Santarém. Cámara del iPhone 12 mini. (25/09/2021)

Llegué a Alter en setiembre del año 2021, luego de recorrer varios estados en el norte, y durante el segundo mes de mi segundo semestre dictando clases online de Semiótica en Brasil. Así de random, caótico y maravilloso todo. Dormí una noche en un barco que me llevó desde Manaus a Santarém, tomé un bus cerca del puerto (cuesta menos de diez reales) y en poco menos de una hora ya estaba allá, motivado por la posibilidad de volver a ver a Tukui y Steven, la pareja de amigos que conocí en el río Preguiças, ocho meses atrás en Barreirinhas, Maranhão. La vida viajando solo no siempre es linda pero son justamente esos reencuentros los que valen la pena.

¡Llegando a Alter do Chão! Eso que parece mar en realidad es el río. Cámara del iPhone 12 mini. (26/09/2021)
La placita cuenta con su parroquia. Cámara del iPhone 12 mini. (27/09/2021)
Aquí me hospedé. Cámara del iPhone 12 mini. (29/09/2021)

Es importante realizar reservas del alojamiento con tiempo, pues en temporada alta no suele haber espacio. Tuve la suerte de encontrar el Hostel Pousada dos Tapajós, dentro del mismo, además, ofrecen paseos y tours. No pude hacer ninguno porque estuve pocos días y tenía que dictar clases. Pero en mis tiempos libres aproveché y conocí playitas. También hice una trilha con una vista impresionante. Comencé con la Ilha do Amor:

Al frente se ve la Ilha do Amor, playa localizada en el centro de Alter do Chão.

Pagando cinco reales, se ingresa a la Isla del Amor en canoas o botecitos. El precio puede disminuir si cruzas el río con más personas. Y este, de todas maneras, es el escenario ideal para las cartas postales del estado paraense. La isla comienza a aparecer cuando las aguas del río Tapajós bajan. Hay puestos de comida y mucho movimiento turístico en la isla. Me dijeron que tenga cuidado al pisar la arena en el agua por la presencia de rayas. Felizmente no encontré ninguna.

Lagoa Verde. Lo primero que conocí en Alter. Cámara del iPhone 12 mini. (26/09/2021)

La Laguna Verde es perfecta para un baño de río, cerca de la playa, y en él se aprecian pequeñas lanchas. Es el lugar favorito de Tukui y Steven, fuimos mi primer y último día por allá. La temperatura del agua no es fría y los atardeceres son inolvidables. Se puede llegar caminando porque las distancias dentro de la villa son bastante cortas.

Selfie con Steven, de Francia y Tukui, de Venezuela. Ambos se mudaron a Alter do Chão.

Ahora bien, si hablamos de un pôr do sol, sunset u ocaso en su punto. La Cat Beach es idónea. Yo me hacía la idea de que la playa hacía alusión a los gatos pero en realidad el nombre viene por las siglas CAT, de Centro de Atención al Turista. Caminé hasta el muelle, me senté en la arena y vi el espectáculo de la mano de Deus en su punto. Hoy, desde una fría y gris Lima, miro hacia atrás y suspiro, pensando en cuán infectado de belleza natural estaba. Era feliz y claro que lo sabía.

Pôr do sol en la Cat Beach. Cámara del iPhone 12 mini. (26/09/2021)

Otro paseo que hice por mi cuenta fue la Serra Piroca, que se encuentra en la misma Ilha do Amor. Es una excursión de dos kilómetros, una sierra cuya altura es de 110 metros y una vista panorámica de 360 grados. Es cansativo si es la primera trilha que haces pero a nueve meses del viaje que comencé en diciembre del 2020, ya tenía el aguante para caminar y escalar. Eso sí, es mejor hacerlo durante el día para no arriesgarte a tener que regresar de noche y toparte con bichos. Aquí algunos registros:

¡Comenzó la aventura! Cámara del iPhone 12 mini. (27/09/2021)
Panorámica desde la Serra Piroca. Cámara del iPhone 12 mini. (27/09/2021)
Vista hacia la derecha. Hermoso y majestuoso. Cámara del iPhone 12 mini. (27/09/2021)

Los indígenas boraris, al contemplar la sierra desprovida de árboles la llamaron espontáneamente de Ibitira Piroca (monte pelado o monte sin mata). — Padre Sidney Canto, Instituto Histórico Geográfico do Tapajós.

¿No es una belleza? De lejos se ve no solo la Isla del Amor sino también la Serra Piroca.

Un baño en las aguas de la Ilha do Amor es la mejor recompensa luego de la trilha. Con o sin sol el cielo adquiere colores que acarician los ojos. Realmente Alter do Chão y lo poquito que conocí repotenció la percepción que tenía de la región norte. Estas son las fotos que tomé en la isla antes y después de escalar la Serra Piroca:

Antes.
Después.
Y mucho después… ¡Brasil, Kazakhstan y Perú reunidos en la plaza de Alter do Chão! 🇧🇷🇰🇿🇵🇪

Las tres veces que estuve en Pará, sentí que el tiempo se quedó corto. Vale la pena seguir conociendo las playas de agua dulce, comunidades indígenas y reservas ecológicas que hacen del estado uno de los más queridos dentro del Brasil. Ni qué decir de la culinaria, el açaí legendario y esos encuentros y reencuentros que tanto llenan el corazón de amor. Eso sí se queda conmigo.

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Diego Rodrigo

Me encuentro cumpliendo un sueño: recorrer los 27 territorios del Brasil. Aquí hay algunos textos de este hermoso viaje.