#SupervivenciaFinanciera — Parte 2: cocodrilo que se duerme es billetera, billetes que se duermen se los come la inflación

La inflación no es solamente una carrera contra la pérdida del valor de nuestra moneda. Es además un tironeo caótico entre la relación de los precios de las cosas entre sí. Y entre esas cosas y nuestros INGRESOS. Si bien no podemos hacer nada para que la inflación baje, podemos implementar algunas tácticas para defendernos hasta que eso suceda.

Ezequiel Baum
8 min readFeb 1, 2023
El dinero se convierte en papel picado

(este artículo forma parte de la serie #SupervivenciaFinanciera)

INFLACION vs. DOLAR vs. TASA DE INTERES

Hace unos días un amigo argentino que está necesitando incrementar sus INGRESOS me dijo que tenía un plan: vender unos dólares que tenía ahorrados y colocar los pesos en el banco para hacer intereses aprovechando las tasas altas y usar esos intereses para financiar la diferencia que tenía con su nivel de vida. Mi amigo es consciente de que la inflación en 2022 cerró en torno al 100% (esto significa que los precios en promedio se duplicaron en pesos en 12 meses). Quizás no tenía presente que el dólar en el mismo período “apenas” subió más del 60%.

Esto para ponerlo en números podemos pensarlo así:

  • Un jean importado que en Enero 2022 costaba USD 100 equivalía a 20.000 pesos. A fin de año si el jean seguía costando USD 100 equivalía a 32.500 pesos.
  • Un paquete de papas fritas de producción nacional que en Enero 2022 costaba 250 pesos a fin del mismo año costaba 500 pesos (los precios no se movieron todos iguales por rubro, pero aproximamos).

Una de las primeras cosas que vemos es que en Enero un jean importado equivalía a 80 paquetes de papas fritas. A fin de año, la relación era de 65.

La inflación altera los precios relativos y algunas cosas se vuelven más baratas en relación a otras, entre ellas, nuestros ingresos cuando no aumentan al mismo ritmo

Si pensamos al dinero (los pesos) como un producto más, lo que vamos a terminar de verificar es que un billete de 1.000 a fin de ese año efectivamente equivale a menos de cualquier bien. Cuando hay inflación precisamente ese billete es el producto que pierde contra todo (incluídos los dólares). Por eso nadie quiere quedarse con pesos en las manos. Con ese panorama, mi amigo creía que era buena idea pasarse a pesos. ¿Por qué? Porque cuando realizamos un depósito a plazo fijo el banco nos devuelve nuestro dinero con un extra, el interés. Esa relación entre el extra y el dinero invertido se expresa como una tasa, en porcentaje.

Cuando hay inflación, el extra que debería ganarse invirtiendo pesos debería al menos empatar el valor que pierde el dinero durante el tiempo que lleva invertido para que tenga sentido hacerlo

Cuando suben los precios y el interés ganado no compensa la pérdida del valor del dinero la tasa de interés real es negativa. Nominalmente tendremos más pesos que antes, pero igual comprarán menos cosas que en el punto de partida. Lo que le terminaría pasando a mi amigo en un caso así es que su capital iría perdiendo valor a medida que convierte en INGRESOS esos intereses numéricamente jugosos, pero que en realidad son ácido que disuelve la fuente de donde salen. Sería prácticamente lo mismo que ir comiéndose porciones de sus ahorros a medida que lo necesite. Con la diferencia de que si la inflación se acelera y se desata una hiperinflación o hay un salto muy brusco del dólar, el valor del capital directamente se pulveriza ¿Esto sucede siempre? No necesariamente, pero el riesgo existe. El problema es que por la forma en la que se invierte en un plazo fijo, se acepta el valor del premio de antemano (la tasa de interés) y se compite contra la inflación y la posible devaluación del futuro hasta el vencimiento de la inversión, sin ningún tipo de seguro.

MONEY NEVER SLEEPS

Con este panorama apocalíptico mi amigo claramente desistió de la idea de hacer muchos pesos rápido. No obstante, con lo que hay disponible en el sistema financiero podemos plantearnos una serie de tácticas defensivas para el contexto. Por ejemplo, podemos intentar generar intereses con el dinero de corto plazo hasta que lo usemos. ¿Cómo sería esto? Descartando que no vamos a tener todos nuestros ahorros en pesos, solamente tendríamos que mantener líquido el dinero que pensamos usar durante los próximos 30 días, por poner un parámetro (la idea es ajustar el nivel de reservas cash a la frecuencia con la que solemos cobrar). Ahora bien, tener pesos parados en circunstancias normales tiene un costo de oportunidad: el interés que podríamos ganar por invertirlo hasta que lo usamos.

En contextos de inflación muy alta el dinero directamente pierde valor todos los días, por más que lo destinemos para pagar cosas que ya tienen su monto definido en lo inmediato (alquiler, expensas, cuotas de colegio, seguro, resumen de tarjeta, etc.)

El problema es que si ese dinero se invierte en un plazo fijo, el tiempo mínimo de permanencia es de 30 días. Y si compramos dólares (al valor libre) no tenemos garantías de que justo a los pocos días cuando tengamos que venderlos no nos den menos pesos que antes.

Ahí es donde los Fondos Comunes de Inversión de Money Market (o líquidez) son una gran alternativa. Es un producto financiero muy difundido al que se puede acceder con 3 ó 4 clicks desde la plataforma de home banking o la app donde tenemos cuenta. Los FCI de Money Market invierten en montones de plazos fijos y colocaciones financieras que rinden intereses con el dinero que suscriben los inversores a cambio de cuotapartes del fondo (porciones de participación). Cuando queremos recuperar el dinero, simplemente ordenamos en la plataforma con la que operamos un rescate de las cuotapartes (total o parcial si no necesitamos todo) y los pesos vuelven a estar disponibles en el día. Mientras tanto podemos ver nuestra tenencia incrementarse al ritmo de los intereses, al cierre de cada jornada. Esto funcionará así hasta que retiremos el efectivo hacia nuestra caja de ahorro. Es importante identificar bien que el fondo tenga esas características (colocaciones que dan tasa de interés) y no sea un FCI que invierte aunque sea un poco en activos que pueden tener variaciones fuertes en el mercado. Otra alternativa para acceder a este tipo de instrumentos de inversión es a través de Mercado Pago, donde la suscripción se hace de forma automática ingresando dinero a la cuenta y el saldo que tenemos se coloca en un FCI de Money Market y se rescata automáticamente cuando pagamos o lo transferimos a otra cuenta.

Los FCI de liquidez no nos van a salvar la vida, pero si todos los meses incorporamos el hábito de monetizar nuestros fondos ociosos de corto plazo, haya o no inflación, vamos a estar mejor que si no lo hacemos

Sería prudente consultar también si hay algún riesgo sistémico inminente en Argentina con los bancos o las instituciones financieras y no invertir en lo que no entendemos ni subestimar riesgos.

DON’T RAMON

La ley de alquileres vigente en Argentina es tan nociva para propietarios e inquilinos que tuvo como consecuencia entre otras cosas el retiro de muchas unidades del mercado y la suba inevitable de los precios. Las tensiones entre oferta y demanda son como una multiplicación de vecindades del Chavo del 8, lleno de Don Ramones esquivando Señores Barrigas cada principio de mes. Porque la peor consecuencia de todas las de esta ley es que la indexación (el mecanismo de ajuste del precio) hace que los contratos que duran 3 años tengan un salto en el mes 13 y el mes 25 en función al mix de inflación y cambio en el coeficiente de salarios en blanco dejando durante varios meses a los propietarios perjudicados y aniquilando de golpe al inquilino cuando le toca su momento. Sin embargo, mientras el alquiler se atrasa los inquilinos tienen la posibilidad de calcular cuánto deberían pagar si les tocara ajustar en ese momento. Sitios web como Presupuesto Familiar tienen una interfaz muy práctica.

Una táctica que puede aliviar nuestra situación futura es calcular la diferencia entre lo que nos tocaría pagar y lo que efectivamente pagamos durante los 12 meses que no hay ajuste y hacer algo con ese dinero

Esa diferencia podemos separarla de nuestro giro como si fuese un gasto que vamos a hacer a futuro (de hecho vamos a gastarlo más adelante cuando el alquiler suba, simplemente nos guardamos el efectivo para hacerlo).

O sea, si en el mes 5 del contrato vigente nos tocaba pagar 50.000 pero calculamos que si se le aplicara el ajuste nos hubiese tocado pagar 58.000, podemos separar esos 8.000 y acumularlos en un fondo para pagar cuando venga todo el ajuste de golpe.

¿Tiene sentido guardar efectivo? No, obvio. ¿Lo ponemos en un FCI de Money Market y especulamos con que durante todos esos meses la inflación no supere a los rendimientos en intereses? Mmm… no… Hay algo mejor para hacer con esos fondos para que aumenten exactamente al ritmo de la inflación: un Plazo Fijo UVA (o varios).

Este tipo de colocaciones se pueden hacer también por home banking o desde la app, con un mínimo de 90 días y un máximo generalmente de un año. Tenemos que indicar el monto (que tiene que estar en nuestra caja de ahorro en pesos) y la duración y esperar al vencimiento a que se acredite en la cuenta. Si bien se pueden pre-cancelar, la idea es dejarlo calzado para que aumente de valor. ¿A qué tasa? Bueno, no pagan muchos intereses “reales”, pero devuelve el valor actualizado en pesos de la UVA al vencimiento. Como la UVA ajusta en función del coeficiente CER que a su vez refleja la variación diaria de la inflación publicada por el INDEC el mes anterior, al vencimiento vamos a tener casi todos los pesos que compensen la inflación del período.

Con un mes de “delay”, un Plazo Fijo UVA es la mejor forma de protegernos de la inflación y recuperar todos los pesos que nos falten para cuando toque pagar el ajuste

Siempre va a ser más fácil separar un poco todos los meses y hacer un Plazo Fijo UVA a un año (o armar varios que vencen a partir del ajuste anual y armar un calendario de renovaciones a medida que se van acreditando en la cuenta) que rezar esperando que nuestros INGRESOS aumenten al ritmo exacto de lo que subirán nominalmente los alquileres. Y si el gobierno decide hacer trampa con la medición de la inflación, perjudica por igual a inquilinos y propietarios (y al país).

SUPERGREEN

La combinación de rentabilizar la liquidez de corto plazo con FCI de Money Market y calzar el pseudoahorro que puede generarse cuando el alquiler se congeló temporalmente con el salto que tendremos a futuro pueden hacer una diferencia más que interesante en nuestro bienestar financiero. Pero si nos encontramos dentro del segmento que planifica cierta capacidad de ahorro, las tácticas defensivas no alcanzan y es necesario recurrir a una moneda relativamente más fuerte para proteger al núcleo duro de nuestro patrimonio financiero. ¿Por qué relativamente? Porque el dólar estadounidense también está expuesto a la pérdida de valor por el efecto de la inflación a lo largo de los años. Solamente el año pasado la inflación anual de Estados Unidos fue de 6,5%.

Cortesía de Nery Persichini (@nerypersi en twitter)

Si el objeto más perfecto que conocemos los argentinos para proteger los ahorros perdió un tercio de su valor en 2 décadas… ¿Tiene sentido acumular cantidades durante años?¿Qué otra cosa se puede hacer con nuestra capacidad de ahorro y qué riesgos involucra?

¡Lo vamos a ver en una próxima entrega de #SupervivenciaFinanciera!

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Ezequiel Baum

Economista especializado en educación financiera, fundador de Trainer Financiero (www.trainerfinanciero.com) y autor de Ordená tu Economía (Aguilar)