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Un mercado no se consolida brindando solamente un producto nuevo que satisface las necesidades de los usuarios. A ellos les interesa ver un crecimiento del proyecto, saber que hay un interés de la empresa por seguir innovando y que esto se vea reflejado en mejores servicios o productos.
Es un mito pensar que un producto inicial se viralizará porque atiende las necesidades de un nicho. Si piensan que luego del lanzamiento del producto hay un abismo técnico, creo que es momento de reflexionar acerca del mantenimiento de las aplicaciones de software.
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El Valor Agregado en un Pedestal
Un producto inicial intenta ser lo más acertado posible, pero ¿adivinen qué? Es casi imposible lograr que se adecúe perfectamente a las necesidades de un usuario que va cambiando o adquiriendo nuevos gustos y exigencias. Por eso, los reajustes son necesarios y es allí donde se destaca el valor de mantener actualizado el producto.
El usuario debe ser nuestra prioridad número uno y eso se lo debemos transmitir, ¿de qué forma? Entendiendo qué otras cosas les gustaría que incluya nuestro producto o servicio, y así adquiere mayor valor.
Keep it simple
Es recomendable comenzar con un producto simple que, una vez en el mercado, comience a desarrollar funcionalidades nuevas que sean cada vez más acertadas con las necesidades del usuario. En cambio, un producto que sale al mercado cargado de funcionalidades pero que no sufre cambios para empatizar cada vez más con el usuario, tiene una menor probabilidad de éxito.
Véase también: ¿Hacia dónde se dirige Internet de las Cosas?
Coste de oportunidad
Los recursos de los emprendedor suelen ser limitados, por eso, muchas veces tenemos que optar por una u otra funcionalidad. Considero que esto no es algo malo, más bien es positivo porque todo aquello que quede pendiente se va a poder incorporar una vez que comience el momento de mantener e iterar la aplicación.
Éstas son etapas imprescindibles para lograr que el producto o servicio se posicione en el mercado. Hay quienes deciden llevarlas a cabo, y hay quienes no. Las diferencias se ven en los resultados.
Escrito por Santiago Bermúdez Baglietto (santiago.baglietto@wolox.com.ar)
