El lugar donde me ubico

Vera Ricerca
El juego del paquete
6 min readMay 29, 2019
Foto: Juliet Furst on Unsplash

Más allá del lugar en el que los demás pretendan ubicarnos, es una la que tiene que intentar pararse donde y como quiere. Así que para los próximos días me planteo fuertemente no ser “la que espera” mientras Nico esté de viaje, sino “la que vive y hace su propio viaje”, aunque no me mueva de Buenos Aires.

La noche que Nico se iba le mandé el link de una canción que me gusta mucho y que venía perfecta para la ocasión:

Una jungla de concreto donde se fabrican los sueños
No existe nada que no puedas hacer…
…Estas calles te harán sentir como nuevo
Las grandes luces te inspirarán.

Tomo la letra de la canción para desearle lo mejor a él y también como leitmotiv para mi estadía porteña.

Unos segundos antes de tomar el avión, Nico sube a su historia de instagram la canción que le mandé y la llena de corazones. Yo la veo y siento que mi corazón se agranda y reproduce en pequeños corazoncitos que recorren todo mi cuerpo.

Qué suerte que en dos semanas voy a tener mucho más de él.

— Quién de ustedes recibió esta caja de mate cocido?

Marcelo está parado en la mitad de la oficina, con una caja chiquitita de mate cocido en la mano y grita esa pregunta mientras hace un recorrido 360° con la mirada buscando el responsable de semejante acto cuya gravedad aún no logramos comprender.

Desde que Yeye está de licencia, sus tareas se distribuyeron entre varias personas y Marcelo está encargado de recibir y organizar el pedido de insumos para la cocina. Salgo de mi oficina al escucharlo y lo veo angustiado. Me acerco despacio, como si fuese una mediadora y él un secuestrador con rehén y arma en mano.

Le hablo bajito:

— Marce… cuál es el problema?

Él mantiene su tono alto y dramático:

— Que firmaron como que habían recibido una caja de 50 saquitos y nos trajeron esta de 10!

Todos están quietos mirando en silencio, les hago un gesto con la cabeza para que vuelvan a sus tareas, que yo me encargo de Marce.

Me sigo acercando despacito y lo agarro suavemente del brazo y la espalda para guiarlo a que sigamos charlando en la cocina.

— No pasa nada, Marce. Si querés yo reclamo al proveedor.

Intento sacarle la caja de la mano pero la tiene agarrada con una fuerza inaudita.

Por primera vez me mira a los ojos y se le llenan de lágrimas. Es obvio que no llora por el mate cocido. Nadie puede llorar por una infusión.

No quiero ser invasiva así que me quedo al lado de él acompañándolo y esperando si quiere contarme algo. Mientras tanto hago un café para cada uno.

— Me acaba de avisar mi hija que hoy fue a almorzar con mi ex y conoció a su nuevo novio.

Ok, he aquí el motivo de las lágrimas. Me conmueve la sensibilidad de Marce. Lo abrazo con un brazo y con la otra mano le acerco el café. Creo que más que repreguntas solo necesita alguien que lo escuche.

— No entiendo en qué momento pasó todo esto. Hace unos meses estábamos de vacaciones los tres y ahora ya no somos nada.

— Nada no… vivieron una linda historia y son los padres de una nena hermosa.

No se bien cómo consolarlo, entiendo su sensación de desolación y cambio brusco pero no quiero echar leña al fuego.

— Marce, vos tenés derecho en transitar tu duelo por la separación como quieras y puedas. Solo te sugeriría que, en la medida de lo posible, te enfoques en vos y no en ella. Yo se que es re difícil, pero hacé cosas para estar mejor vos, para vivir TU vida.

Elo acaba de llegar y le contaron lo que pasó así que se asoma para ver si está todo bien. Marce se da cuenta que en 5´tiene una reunión así que se va y camino con Elo a mi oficina. La pongo al tanto de la escena que acabo de vivir en la cocina y me interrumpe:

— Bueno, después me contás bien, pero qué sabés de tu chico viajero?

Hago cara de adolescente derretida y trato de poner en palabras la situación:

— Me escribió apenas llegó a New York, me mandó una foto de todos almorzando en Brooklyn. Me escribe casi todos los días, o me comenta si subo alguna historia a instagram o me manda emojies de corazones sin motivo.

— Sin motivo es el mejor de los motivos!

— 100%, amiga… igual no estoy todo el día pendiente de él. Hago mi vida y si me escribe, mejor, y sino se que está disfrutando de su viaje.

— Me lo decís a mí o te estás autonconvenciendo?

— Jajaj, no nena!!!! Lo digo porque lo estoy viviendo así. De hecho hoy hasta empiezo una actividad nueva: cerámica.

— Me muero, como en Ghost???

— Exacto, a poner las manos en la masa!

Cuando era chica hice cerámica muchos años y hoy entro a la clase nerviosa como si tuviera ocho. A veces los comienzos generan eso en mí, una breve ansiedad que suele difuminarse en los primeros minutos de la actividad, apenas alguien me sonríe y me hace sentir bienvenida.

La profesora se llama Clara y me convida limonada mientras me muestra el lugar. Listo, ya me doy por bienvenida. Mientras me pongo el delantal empiezan a llegar las otra alumnas. Si, somos todas mujeres. Me rio sola porque cada vez que empezaba un curso en el fondo siempre se prendía la lucesita de la esperanza de que haya algún caballero destacable. me doy cuenta que no lo pensé antes de venir hoy, un poco porque los cursos de cerámica no suelen estar colmados de hombres (lamentablemente) y otro porque, bueno… #Nicolás.

— Verita!!!! No puedo creer que estés acá!!!!

Estoy de espaldas pero reconozco esa voz: es Inés, mi ex compañera de pilates. La abrazo mientras pienso que no van a faltar muchos minutos para que me pregunte:

— Y, ya conseguiste novio?

Claro, mientras yo lo pienso ella ya lo está preguntando. En voz alta. En el tono exacto para que todas las alumnas se den vuelta a mirarme.

No se si es la carta de presentación que quería tener en este nuevo grupo humano al que me integro.

— No, pero voy por buen camino,-le respondo misteriosa y ella sonríe como si fuera una nena a la que le regalan un helado.

La profe me lleva a la mesa de amasado y me explica cómo hacerlo. Además de mostrarme cómo cortar la masa, poner las manos y administrar la fuerza de los brazos, me cuenta lo que para ella son los dos pilares de todos los procesos vinculados a esta actividad:

— Dedicación y paciencia. Acá cada proceso lleva su tiempo y si lo apurás, sale mal. Cada etapa tiene sus pasos y lo único en lo que te tenés que concentrar es en avanzar de a poco sin saltearte nada y concentrada en eso que estés haciendo ahora.

Esta dama no debe ser consciente de cuán clara es. Y no me refiero solo a su nombre sino a lo que me está diciendo. Creo que me voy a tatuar toda su frase alrededor del cuerpo.

Debería ser el mantra que repita cada mañana antes de salir de la cama. Hola frase de Clara! Chau ansiedad!

Después de amasar ochenta veces el mismo bollo (“Dedicación y paciencia”) e intentar hacer algún objeto no amorfo en el torno, salgo de la clase feliz de haber empezado una actividad sensorial, lúdica y con moraleja incluida.

Tener las manos en la masa también implica no mirar el celular por dos horas. Cuando vuelvo a verlo, tengo un mensaje de audio de Nico que, entre muchas otras cosas, me cuenta:

— Compré un gin para que probemos juntos, preparate que parece que es super especial.

Yo estoy preparada para todo, especialmente si viene en forma de Nico y un gin. Pero hoy, me ubico en el lugar de la que sale contenta de su nueva actividad, se cocina unos ricos fideos y disfruta de mirar una peli, porque, ante todo, dedicación y paciencia.

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Soy Vera y publico esta y otras historias en mi blog El Juego del Paquete. Te invito a leerlas desde el comienzo, aquí.

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Vera Ricerca
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Soy feliz a pesar de saber que en el mundo hay reptiles, medias sucias y mermelada cítrica. Escribo en el blog El Juego del Paquete. elblogdevera@gmail.com