Historias de lector@s — Relato 2

Vera Ricerca
El juego del paquete
6 min readJan 11, 2022

El siguiente es un relato enviado por un/a lector/a del Blog El Juego del Paquete.

Mi historia… final?

Todo tiempo pasado fue mejor…¿Escucharon esa frase? ¿Qué piensan? ¿Es real? Yo creo que las personas solemos idealizar las historias anteriores y a aquellas personas que ya no están a nuestro lado. Y hablando de historias del pasado y segundas oportunidades es que hablamos de Tomás, y mi segundo relato, Verita en donde te conté que nos habíamos dado una segunda oportunidad y lo feliz que éramos… felicidad que duró poco.

Porque como todos ya sabemos, pasados los primeros meses de entusiasmo donde todo fue perfecto, nuevamente aparecieron los fantasmas de las situaciones vividas en el pasado y mucho peores, porque estaban más potenciadas de su parte.

Esta segunda vuelta me encontró a mi más culposa. Tenía culpa de haber iniciado aquella primera discusión que desencadenó una serie de otras más que terminó en esa primera ruptura. Encima de todo me había juntado con una “amiga” que tenía hasta ese momento que me decía: -¡¡¡¡Vos siempre la misma!!!!… Si seguís así siempre vas a terminar sola; -¿Qué hiciste ahora para que él se enoje y te deje?; -Mira el pibe que te perdiste. Lo tendrías que haber cuidado más!!!

Y acá es donde hago un paréntesis. Primero que nada considero que NADIE absolutamente nadie sabe lo que vive cada una de nosotras en una relación. Solo nosotras y la otra persona. Y la forma en que nos desenvolvemos en general no describe que sea idéntica al estar en pareja. Cuando a veces pasamos por situaciones duras una intenta generar una coraza para un intento de protección, pero en confianza y en intimidad toda esa coraza desaparece y una es la más vulnerable del mundo.

Imagínense entonces como fue esta segunda vuelta. Era Bambi!!!… Intenté generar una relación ciento por ciento sana sin conflictos, sin problemas… intenté que todo sea perfecto, estaba sumisa y aunque había muchas cosas que no me gustaban opté por callarme y aguantar todo con tal de que la relación prospere y él siga conmigo.

Y fue lo peor…

Toda esa sumisión mía no hizo más que generar más violencia de su parte, me sentía un cordero frente a un lobo… Había mas discusiones, portazos y gritos de su parte cuando yo le pedía que por favor no peleemos, o no se vaya. Hasta llegué a tenerle miedo y no hacía más que llorar casi todos los días. Y en todo ese contexto volvió el asunto de la falta de sexo y nuevamente su desinterés por intentar solucionarlo.

De manera que yo opté por retomar mi psicóloga (Fui a terapia muchos años, algo de 5 creo). Y en la charla con mi psicóloga ella me pregunta lo que me gusta de Tomas. Le empiezo a describir lo que te conté en aquel primer relato Vera, donde te decía todo lo que me había fascinado de él cuando lo conocí. Ella me escucha atentamente y luego me dice: todo lo que te gusta de él son características físicas y lo que no te gusta de él es la manera en la que te trata. Y por lo visto, a él no le interesa modificar nada de su forma de ser porque en ella no ve nada malo. Te quedan dos opciones: dejarlo o aceptar todo lo que viene con él y lo que eso conlleva.

Ese día salí llorando de la sesión, no era nada nuevo, ya que últimamente lloraba todo el tiempo con Tomas. Pero después de llorar y desahogarme pude escucharme yo, sacar fuerzas y hacerme valer.

Volví a casa, quiso tratarme mal de nuevo, le paré el carro, lo eché de casa y le dije que terminábamos. Su reacción fue de asombro total. Y se fue. Eran los primeros días de marzo del 2020.

Y pocos días después… el desastre.

Llega la pandemia, teníamos que estar encerrados, aislados, solos, no sabíamos que pasaba con este nuevo virus. Las personas enfermaban, morían. No había insumos de protección, todos estábamos aterrados… era una película.

Obviamente en este contexto fui débil, le escribí, lo llamé, hablamos algunas veces. Le decía: Somos las únicas personas que se separan antes de una pandemia!! (Como diciendo en el fondo, estemos juntos otra vez, nos podemos morir mañana). A lo que él me responde: — Lo decís porque no podes conocer a nadie más?? Siempre lo mismo, el mismo tipo de contestaciones. No eran malas palabras, ni golpes, pero era ese tono tan pedante de hablar que te genera un estrés y genera un choque constante.

Una vez quise enviarle un regalo a su hija. Tomas es de Uruguay y su Hija Mili tiene 15 años. Estaba en una relación bastante toxica y no podía salir de ella, asique se me ocurrió regalarle el libro de Rolón “El lado B del Amor”…(O sea cero registro de que yo también estaba en una relación súper toxica también) ese libro me gustaba porque habla justamente de varios temas y toca ese también sutilmente. Asique cuando le digo a Tomas te voy a mandar un libro para que le des a Mili de mi parte él me responde: -¿Qué tipo de libro le vas a regalar vos a mi hija?. Eso en el peor tono que te puedas imaginar.

Porque no es que uno no pueda expresar lo que siente o piensa, pero los modos, los modos lo dicen todo. Podés decir lo que quieras de la manera más amena o más pedante del mundo. Y este último mundo era el de Tomas.

En fin, retomando, en este contexto de pandemia recojo el poco o nulo orgullo que tenía ante la cortada de rostro de Tomas y sigo adelante.

Fueron días difíciles encerrada, después pudiendo salir a trabajar, y por las noches con Netflix a morir.

Después de unos 7 meses luego de pasar mi cumpleaños me bajo Tinder nuevamente para charlar y reírme un rato aunque sea.

Y ahí conozco a Oswaldo, en contexto de pandemia, caminando con barbijos y distancia y al aire libre un domingo (que era el único día exclusivo de paseo o ejercicio). Y después de una charla hermosa y caminar 3 horas con el viento patagónico Oswaldo me invita a comer arepas. (Si, Oswaldo es Venezolano) y después de charlas y arepas nos damos nuestro primer beso en su departamento. Me ofrece quedarme, pero pienso que es demasiado pronto.

Ya en casa le escribo agradeciendo el encuentro y le digo que pronto lo invito a comer empanadas árabes (Mi especialidad jajaja) cuando él quiera y pueda. (Trataba de no generar presión ni parecer desesperada) A lo que él me responde: Buenísimo, te parece el martes? Pasado mañana? A lo que respondí: Claro!!

Y desde ese día no nos separamos más. Las cosas fluyeron de manera tan natural que hasta hoy me sorprendo, es educado, cordial y jamás me habla de mala manera. Todos los comentarios que le hago sobre algún tema los acepta y escucha con respeto, así como mis consejos cuando me los pide.

Al mes ya vivíamos juntos y ya llevamos casi un año desde aquel encuentro. Ya conoce a mi familia y yo a parte de la suya. En mi casa todos lo aman, dice que emana una energía muy linda y especial. Ojala esta sea mi historia final y con él. Aunque eso no lo podemos saber, tengo 38 años, soy joven para algunas cosas y un poco más mayor para otras.

Solo sé que debemos rodearnos de personas que nos quieran bien, sean amigos o familiares o nuestra pareja. Que tratemos de establecer vínculos sanos. Y recordar que todos somos perfectos, claro que si, pero para la persona correcta.

Los contenidos de este relato son responsabilidad de su autor/a.

Leé el relato anterior aquí

leé el siguiente relato aquí

Las historias del Blog El Juego del Paquete comienzan en el capítulo “Yo soy Vera”, abajo de todo en la web https://medium.com/el-juego-del-paquete.

--

--

Vera Ricerca
El juego del paquete

Soy feliz a pesar de saber que en el mundo hay reptiles, medias sucias y mermelada cítrica. Escribo en el blog El Juego del Paquete. elblogdevera@gmail.com