#Prioridades

Vera Ricerca
El juego del paquete
5 min readOct 9, 2019
Imagen: Freepik

Para mí las certezas siempre tienen prioridad por sobre la incertidumbre. Aunque eso nuevo de lo que me entere no sea lo que espero o deseo.

Cuando me sonó el teléfono en medio del bar y era Luis, primero me puse contenta porque haya reaparecido y segundo por atenderlo con mucho ruido de fondo como indicio de diversión y de que mi vida sigue aunque él no esté.

Me saluda amablemente y hago lo mismo hacia él. No lo lleno de preguntas, al contrario, espero que él se haga cargo de hacer explícito su recreo, no sin antes decirle: “Me bancás un segundo que salgo del bar porque hay muuucho ruido acá?”.

— Verita, antes que nada te quería pedir perdón porque estos días no te escribí ni llamé, estuve con un tema con mi hija mayor.

— Qué pasó?

— El lunes se hizo el chequeo general que le mandan a hacer en hockey y le salió la presión muy alta.

— Ah, que mal! Y se sabe por qué?

— Y, en eso estamos, viendo un par de médicos, no debería ser nada grave, ella es super deportista, pero, qué querés que te diga?, yo me preocupé mucho.

— Claro, es lógico que te preocupes!

— Si, hoy se hizo un estudio más profundo y el viernes nos dan los resultados así que ahí veremos qué nos dicen. Pero bueno, no quería que pienses que me borré.

— Está bien, gracias por llamarme. Si, me pareció raro cómo me contestaste el lunes y que después no me hayas escrito.

— Ya se! Desde el lunes tengo la cabeza en esto, viste?

— Si, tranqui, los chicos son prioridad.

— Bueno, contame vos!! En qué andás? Saliste con las chicas?

— Si, si. Acá estamos tomando algo.

— Que bueno Verita, bueno no te jodo entonces.

— Dale, hablamos.

— Si, obvio! Mirá: yo este finde estoy con mi hijo pero la semana que viene si tenés ganas nos vemos.

— Ok, tranqui, hablamos y vemos.

— Dale, yo te llamo en la semana y arreglamos.

Elo y Lau me miran de lejos desesperadas por saber con qué novedades voy a volver. Cuando les cuento, se abre el debate. A Lau le da ternura su preocupación por la salud de su hija y entiende que haya desaparecido durante estos días. Elo no se rinde ante sus prioridades de paternidad y menos aún a que no haya podido contarme antes qué estaba pasando.

Yo estoy en un punto intermedio: me parece perfecto que sus hijos sean prioridad pero tampoco me pareció motivo suficiente como para abstraerse de todo y no poder destinar diez segundos a decirme que estaba teniendo una semana complicada. Pero a fin de cuentas ahora sí pudo y fue cálido y no solo me contó lo que le pasaba sino que se interesó por ver cómo estaba yo y por mostrarse interesado en vernos.

El fantasma de la desaparición repentina se apaciguó. No voy a cargar en él las frustraciones que me provocaron algunos de los anteriores pero me queda una marquita rara, como una mancha chiquita en la remera que según cómo le da la luz se ve o no.

Como no quiero que él sea como los anteriores yo tampoco quiero cometer errores del pasado y vuelvo a recordarme que mis días van a ser plenos esté él o no y ya voy pensando planes para el fin de semana, sola y con las chicas.

Durante los días que no nos vemos me escribe él y el viernes le pregunto por los nuevos resultados que tenían que darle a la hija. Parece que esos resultados dieron bien pero como la presión no le baja le están haciendo nuevos estudios para descartar cualquier cosa más grave. Me agradece por acordarme y yo me agradezco por ser empática pero no transformarme en una acompañante terapéutica que atiende 24 hs y tiene el uniforme en la cartera por si surge cualquier emergencia.

El sábado a la tarde me pongo todo el conjunto deportivo y salgo para ir al gimnasio, pero a mitad de camino me doy cuenta que el día está tan lindo que no merezco estar encerrada así que voy caminando, pero hacia los locales de diseño que hay por Palermo.

Me compro unas gomitas de borrar con formas de heladitos y aroma a frutillas, sin más motivo que el de alimentar el vicio de comprar cosas lindas, baratas e inútiles.

Soy feliz con eso en la mochila y con el sol de frente que recibo echada en el pasto de una plaza.

Mi teléfono vibra y probablemente sean las chicas, con las que estamos arreglando algo para hoy a la noche.

Me equivoco y me sorprendo. No son mis amigas. Es el Hombre infinito.

— Cómo va Verita? Tenés planes para hoy?

Tengo planes y si nos los tuviera creo que dedicaría la noche a estar en casa sola viendo una linda peli en el sillón comiendo empanadas o alguna sustancia engordante similar. No porque no quiera verlo a ÉL sino porque no estoy en modo #UnClavoSacaAOtroClavo sino en modo #YoSoyMiPropioEntretenimiento.

El lunes al mediodía Luis me llama directo. Me pregunta por mi fin de semana y me cuenta que sigue preocupado por la hija.

— Hoy tenés planes, Verita?

— Después del trabajo? Iba a ir al super…

— Ah! Bueno, yo tengo una reunión re cerca de tu casa y tenía ganas de verte, charlar un rato.

— Querés pasar un rato a la salida del trabajo? Total al super puedo ir hasta tarde.

— Dale, me encantaría! Te aviso cuando estoy yendo para allá.

Luis llega a las 7. Le ofrezco algo para comer o tomar pero solo quiere agua. Nos sentamos en el sillón y yo estoy un poco distante pero él me agarra de la mano y mientras la tira hacia él suavemente me envuelve con sus brazos y me besa el cuello. Nos quedamos abrazados unos minutos y de a poco la conversación toma color y se vuelve animada, como en los “viejos” tiempos.

Y hablábamos de todo un poco,
Y todo nos causaba risa
Como dos tontos.

Dice Franco y así sucede. Y a mí me da cosquillitas en la panza volver a sentirlo cerca. Necesito ir al super si o si así que le digo que en 15´ me voy y propone:

— Decime qué día de la semana te viene bien y si tenés ganas te invito a cenar, como una especie de reencuentro! jaja

Termina de decirlo y pone cara de tierno. Y a mí se me enternece el corazón.

Y acepto la propuesta porque me gusta el plan y sentir que reencontrarse conmigo, también es su prioridad.

Leé la historia anterior aquí
Leé la siguiente historia aquí

Soy Vera y publico esta y otras historias en mi blog El Juego del Paquete. Te invito a leerlas desde el comienzo, aquí.

--

--

Vera Ricerca
El juego del paquete

Soy feliz a pesar de saber que en el mundo hay reptiles, medias sucias y mermelada cítrica. Escribo en el blog El Juego del Paquete. elblogdevera@gmail.com