Yo decido

Vera Ricerca
El juego del paquete
5 min readOct 30, 2019
Imagen: UNSPLASH

Los días que siguen al “porfa bajá las expectativas” están siendo muy reveladores para mí. Los cambios personales a veces son pequeños y paulatinos como gotitas de una canilla que pierde, y otras tantas son como un tsunami que arrasa con todo lo que estaba antes establecido.

Creo que la que soy hoy es distinta a la que fui en la relación con cada uno de los hombres con los que me vinculé antes. Supongo que con cada vínculo aprendí algo nuevo sobre mí y, sobre todo, de cómo cuidarme más y mejor.

Cambié para bien y eso me hace feliz. ¿Cómo lo sé? Porque los fracasos se sienten menos decepcionantes y las angustias menos mortificantes.

Hoy me doy cuenta que cuando algo no funciona yo también formo parte de esa decisión.

Pasaron cuatro días hasta que Luis volvió a aparecer:

Entre esa conversación y el silencio no hay mucha diferencia. Quizás los dos estábamos esperando que el otro haga referencia a la rara charla del otro día o se muestre entusiasmado por concretar una nueva cita, pero nada de eso sucedió.

En otro momento sentir que las circunstancias son dudosas me llevaría a querer resolverlas rápidamente. Si es para mi favor mejor pero sino, aunque sea, lograr una respuesta certera que agilice la resolución del “conflicto”.

Hoy no tengo necesidad de apurar nada. Primero porque la desilusión que me provocó su frenada me hace perder interés en esto que creí que estábamos construyendo juntos. Además, porque me niego a pensar que si hay que insistir también puede ser amor.

No voy a ser la que sostenga una vela que fue apagada con un tifón. Ya no.

Hoy, a varios días de ese inocuo chat, me desperté con una premisa tan simple como reveladora para mí: ÉL SE LA PIERDE.

Por primera vez después de varias relaciones truncas pienso que es el otro y no yo el que pierde cuando se borra y, sobre todo, cuando no pone en claro el porqué. Y no solo él se la pierde sino que yo gano. Gano en certezas y en aprovechar mi tiempo con quienes de verdad lo valoran y no con vínculos inciertos y endebles.

Mis planes del fin de semana se centran en disfrutar de mis amigas. Armamos un picnic improvisado a orillas del río con Lau, Jose y Elo. Llevamos comida como para pasar diez días. Cada vez que hay mate de por medio dedican un largo rato a tratar de convencerme de que tome.

— No tengo la culpa de que le sienta gusto a pasto, chicas!

— Que atrevida, ofender al mate de esta manera, Verita.

— Atrevidas ustedes que me quieren obligar a hacer algo que no me gusta.

— Jajaja, cierto que estamos hablando con la nueva Vera empoderadísima.

— No se si para tanto pero estoy bastante bien, o por lo menos tratando de aprender de cada experiencia para que la frustración no sea el centro cuando algo no funciona.

— Ufff, me encantaría poder procesar lo mío así

— No me digas que seguís sin garchar, Elo?!?!

— Jajaja que bruta, Jose! Quizás no quiere contar!,- Lau se hace la piadosa pero mira a Elo y pone cara de intriga.

— Si, les cuento: empezamos terapia de pareja, un embole. Él se la toma re en serio y cada cosa que dice la psicóloga la toma al pie de la letra y repite frases de ella durante toda la semana.

— Pero cogen o no? Vamos al grano y después lo analizamos!,- propongo impaciente.

— Poco y nada,- dice Elo en tono épico y desplaza su mirada hacia el río.

Nos quedamos unos instantes en silencio y Jose lo interrumpe con ironía:

— Bue… tampoco es que es tan importante coger, no?

Entre risas abrimos un paquete de galletitas surtidas y lo terminamos en quince minutos.

— Entre tanto desencuentro, les tiro una a ver qué les parece: “sanación energética”,- dice Lau haciendo las comillas con los dedos.

— Qué?????,- preguntamos todas al unísono.

— Una compañera de trabajo fue esta semana, me contó que salió renovada, que primero charlás con el tipo y después te hace como unas cosas con sonidos y aromas.

— Pero el tipo quién es?

— Una especie de chamán, no se, pero parece que está buena la experiencia y no hay nada raro, no te toca ni nada.

— Si no te toca ni vayas vos, Elo! Jajajaja

— Que yegua sos Jose, jajajaj. Te digo que me interesa, eh. A lo mejor tengo alguna traba que me está sacando la energía sexual.

Las observo charlar y no emito mi opinión porque todavía no se cuál es. Por un lado mi racionalidad extrema me hace creer que lo que plantea Lau es una chantada total. Por otro, siento que hay algo más allá del plano de la razón y no está mal conectarse o reubicar esa energía que también es parte de nuestro ser.

Si siento que estoy en una etapa de aprendizaje, porqué no además abrirme a nuevas miradas y percepciones sobre mí?

— Me conseguís los datos? Voy a probar.

Las tres se dan vuelta al mismo tiempo y me miran con descreimiento.

— Jajaja, si yo fuera ustedes me estaría mirando de la misma manera.

Se quedan calladas esperando que me explaye en esta abrupa decisión.

— No se… siento que estoy más abierta y quiero aprender más cosas sobre mí y sé que tiendo a llevar todo al plano racional, así que me gustaría probar algo que no tiene que ver con eso.

Aplauden exageradamente y la gente que está cerca nos mira.

Yo también me asombro de mi actitud pero celebro sentir que no soy de una manera estanca sino que soy una persona en constante transformación y, sobre todo, con ganas de superarme y ser cada día un poco más feliz.

Eso es lo que decido hoy.

Leé la historia anterior aquí
Leé la siguiente historia aquí

Soy Vera y publico esta y otras historias en mi blog El Juego del Paquete. Te invito a leerlas desde el comienzo, aquí.

--

--

Vera Ricerca
El juego del paquete

Soy feliz a pesar de saber que en el mundo hay reptiles, medias sucias y mermelada cítrica. Escribo en el blog El Juego del Paquete. elblogdevera@gmail.com