LA FOTO DE 2013 Y SU PROYECCIÓN HACIA 2015
Múltiples elecciones — Alianzas cruzadas — ¿Cambio de signo?
Pueden derviarse varias cuestiones de los resultados de las elecciones nacionales de medio término celebradas en Tucumán en 2013. Por un lado, son una foto del último punto de una tendencia que insinúa una recomposición del caudal electoral del radicalismo provincial, que ya analizamos acá. También es la muestra de una competencia muy concentrada, en la que solo se elegían un puñado de posiciones para la Cámara de Diputados de la Nación. Y, mezclando un poco estas dos cuestiones en la coctelera política tucumana, podemos pensarlas también como el primer entrenamiento entre los dos favoritos a subirse al ring para resolver quien se queda con el sillón de Lucas Córdoba.
LA FOTO DE 2013
Peso nacional: Tucumán, con 1.1 millones de electores habilitados aproximadamente — el 3,5% del padrón nacional- es el sexto distrito encabezando el segundo pelotón de provincias detrás de las consideradas “grandes” (Buenos Aires, Córdoba, C.A.B.A., Santa Fe y Mendoza). Aproximadamente el 85% (908.725) del padrón participó de las elecciones generales de 2013, de los cuales casi el 98% fueron votos positivos, 7.472 votos en blanco (0,82%) y 11.271 votos nulos (1,24%).
Los jugadores: 7 fuerzas compitieron en estas elecciones. Entre los dos primeros partidos (el PJ y la UCR) sumaron casi el 82% de los sufragiosen la elección general del 27 de Octubre. Si sumamos al tercero (Fuerza Republicana -FR) la cuenta llega a 90% de los votos. Los otros 4 juntos sumaron alrededor del 10% restante.
Las reglas importan: la competencia en 2013 repartía cuatro bancas para el Congreso Nacional. La fórmula de distribución determinó que fueran en partes iguales para el PJ y la UCR a pesar de la ventaja de 12% (casi 110mil votos) del primero sobre el segundo.
¿Acortando distancias?: Más allá de la victoria del PJ, si se observa la serie de elecciones para la categoría de Diputados Nacionales posteriores a 2003, las últimas elecciones muestran su peor performance (casi 15% menos que las elecciones anteriores, cuando la brecha con el radicalismo — que había salido en segundo lugar- fue de casi 45%).
Protagonistas: Juan Manzur (vicegobernador electo en uso de licencia al hacerse cargo del Ministerio de Salud de la Nación) y José Cano (quien ocupara la vicepresidencia del Comité Nacional de la UCR y la banca de senador por la minoría de Tucumán en el Congreso de la Nación) fueron quienes encabezaron las boletas partidarias ganadoras y son los principales candidatos para disputar la gobernación en 2015.
En ambos casos se verifican estrategias de coordinación para maximizar sus chances electorales, ocupar espacios de poder, y dar visibilidad a potenciales candidatos. Mientras desde el PJ en el 2013 se utilizó la candidatura “testimonial” de Manzur– quien ya había sido electo vicegobernador en 2011 para luego tomar licencia-, el radical Cano renunció a su mandato como Senador Nacional permitiendo el ingreso de quién le seguía en la boleta de 2009 para el Senado y lo secundó en la de Diputados de 2013, Silvia Elías de Pérez, logrando así que Juan Casañas — que había ingresado en la Cámara de Diputados también en 2009 y estaba en tercera posición en 2013- lograra la reelección por la segunda banca radical.
2013–2015: En Tucumán se eligieron sólo Diputados Nacionales durante el año 2013. La actividad será mucho mayor en las elecciones de 2015, por la cantidad de candidatos y cargos a repartir: los ejecutivos a nivel nacional, provincial e intendencias; renovación de 5 de las 9 bancas de Diputados Nacionales; la totalidad de la Legislatura Provincial (49 escaños) y los concejos deliberantes comunales. Además será una de las 8 provincias en las que se eligen Senadores Nacionales, generando mayor expectativa nacional sobre lo que sucede en la Provincia.
FPV (PJ)
Es el gran jugador de la política tucumana: una “organización desorganizada”, al decir de Steven Levitsky, que protagonizó toda la política provincial de 1983 a la fecha. Con la salvedad de la victoria de Fuerza Repúblicana en 1995, ganó el resto de las elecciones para Gobernador.
En esta oportunidad el oficialismo tucumano llevará como principal candidato al (ahora) vicegobernador en funciones, Juan Manzur; pero existen divergencias.
No es novedad que hay tensiones (y rupturas) entre distintos sectores que se alinean detrás de la presidenta. Entre ellas se destacan en este contexto electoral las posiciones alternativas del intendente capitalino Domingo Amaya- de un peso relativo amplio en las encuestas- y la del secretario de Obras Públicas de la Nación, José López -quién recibió el apoyo de La Cámpora. No obstante, no parecieran poder modificar la estrategia oficial sobre quien encabezaría la boleta para el cargo de Gobernador.
Esta relevancia numérica del amayismo, sin embargo, sí constituye un riesgo potencial a la línea oficial. La ruptura con el alperovichismo-plasmada en su alejamiento de la estructura partidaria-, amenaza un dominio de 12 años ininterrumpidos sobre la política tucumana. Todo dependerá de la estrategia de alianzas de cada una de las fuerzas.
Hay, además, por lo menos un par de elementos que merecen ser tenidos en cuenta: en primer lugar, cuál será el lugar que ocupará el gobernador saliente en la campaña. El segundo, el hecho de que las elecciones locales y las nacionales no son concurrentes — van desdobladas. Y quizás también una tercera variable, el efecto interactivo entre las dos anteriores; a saber: ¿Cómo influiría en la/s campaña/s que la segunda boleta de la elección nacional del FPV estuviera encabezada por Alperovich ?
ACyS (UCR)
El frente liderado por José Cano es el principal challenger del peronismo. La posición del diputado fue perdedora en la reciente convención radical de Gualguaychú, donde el partido definió el marco de alianza para las elecciones presidenciales que proponía Ernesto Sanz, presidente del Comité Nacional de la UCR. El candidato radical para la gobernación de Tucumán bregaba, como Cobos, Morales y Alfonsín, por un marco de alianzas más amplio que el PRO y la Coalición Cíviva, que incluyera al Frente Renovador (FR) , para maximizar sus chances en el distrito, siguiendo la lógica de su acercamiento anterior con los “renovadores”. En su discurso en la Convención, Sanz hizo alusión directa a las fotos que Cano y Morales se sacaran con Sergio Massa (FR).
Más allá de este revés en la estrategia del tucumano resta ver qué pasará, cómo reaccionarán y qué peso final tendran en la definición el resto de los jugadores. El resultado de la convención le otorga, sin embargo, un fusible: la posibilidad de celebrar acuerdos más amplios a nivel local que la decisión establecida sobre las elecciones nacionales. Es a partir de esta posibilidad que Cano hace un llamado a la incorporación del PRO a su confirmado acuerdo con el Frente Renovador de Sergio Massa.
El cruce de alianzas posibles que se manejan desde la óptica del radicalismo tucumano excede a la opción binaria que se discutía a nivel nacional. Falta definir, por un lado, especificidades sobre el acuerdo y las candidaturas con el FR: porque si bien Cano apoyó a Vargas Aignasse del FR y viceversa, varios dirigentes radicales se postulan tambien por la intendencia capitalina (Romano Norri, Elías de Pérez). Además, el autodenominado “grupo de los 7” massista pretende negociar más posiciones con el radicalismo.
Por otro lado, la posibilidad aún abierta de un frente más grande que incorpore a parte de la interna (hasta hace poco) oficialista: Amaya, enfrentado con el gobierno provincial, mantiene su postulación a la gobernación aunque manifiesta vocación frentista (a partir de especulaciones sobre un tándem con Cano).
Cano, como principal referente opositor, va a tener que negociar con posiciones en listas y candidaturas a sus potenciales aliados entre macristas y peronistas disidentes para poder armarse bien antes de los cierres de listas y conformación de alianzas.
Fuerza Republicana (FR)
Como ya señalamos en el capítulo dedicado al partido de Bussi, las últimas elecciones mostraron un leve repunte de una trayectoria que venía en declive luego de protagonizar la política tucumana por más de 15 años. De confirmarse una nueva candidatura de Ricardo Bussi a la par de Raúl Toppa (quien acompañó al padre del primero en las únicas elecciones que no triunfó el PJ), el destino de esos 70mil votantes que lo acompañaron en las elecciones de 2013 serán valiosos si la lucha por la gubernatura es pareja. Desde el bussismo sostuvieron que a nivel nacional, aunque sin definiciones, tenían conversaciones con operadores massistas. Esta hipótesis, más allá de ser poco plausible por quien lidera el espacio en Tucumán — como se verá a continuación- sería una jugada riesgosa también para el acuerdo impulsado por Cano y Massa.
La convención nacional de la UCR y los otros interesados
Más allá de imponerle condiciones al radicalismo, la reunión de Gualguaychú generaba expectativa en otros dos polos del arco opositor: los liderados por Mauricio Macri (PRO) y por Sergio Massa (FR). Ambos dos tienen capítulos locales, sobre los que nos detendremos brevemente:
EL PRO
El partido de Mauricio Macri, gran ganador de la Convención radical, no ha logrado hacer pie firme hasta el momento en el sistema político tucumano.
El germen de la pata local del partido en la provincia puede ubicarse cuando Pablo Walter (electo Senador Nacional por Fuerza Republicana en 2001) terminara su vínculo con el bussismo para sumarse a la campaña de Ricardo López Murphy para presidente en 2003. Desde allí se constituyó en el principal operador de RECREAR en el norte del país, bajo la órbita del ahora Ministro de Educación de la C.A.B.A., Esteban Bullrich, a quien acompañaría en la aventura macrista.
Pero, más allá del peso propio que puede haber logrado dentro de la estructura partidaria del PRO a nivel nacional (¿significará algo la posición del único legislador en la provincia en la asamblea del PRO?), los resultados electorales no hablan de grandes victorias: su mayor logro hasta el momento fue el tercer lugar en las elecciones para diputados nacionales en 2009 con cerca de 70mil votos que representaban poco menos del 10% del electorado. Dos años después (sin presentar candidatos en las elecciones para Gobernador — donde apoyo a Cano-, ni para Diputado Nacional), compitió bajo la etiqueta del PRO solo en las categorías de legisladores y concejales, cosechando cerca de 10mil votos (1,4%), consiguiendo algunos pocos sillones (1 legislador y 2 concejales).
EL (otro) FR
El Frente Renovador, que comparte en Tucumán siglas con el partido fundado por Bussi, se ordenó en la provincia alrededor de la figura de Gerónimo Vargas Aignasse. Su currículum marca que fue primero diputado provincial (1999–2003) y luego nacional por el Frente para la Victoria en 2003 -2011 (tras perder por muy estrecho margen la intendencia capitalina a manos de Bussi, quién fue condenado luego por la desaparición del padre de Vargas Aignasse). En 2011 es electo nuevamente para la diputación provincial, y desde 2013 es el referente de Sergio Massa en la provincia.
Entre varias de las dificultades y decisiones con las que este espacio deberá lidiar, me quedo con dos aristas; una externa y otra interna:
Hacia afuera Vargas Aignasse tiene el desafío explícito que se desprende de las declaraciones de Ricardo Bussi. El candidato republicano estuvo entre quienes más defendía a su progenitor y fundador del partido, Antonio Bussi, durante el proceso judicial por el secuestro y desaparición del senador peronista Guillermo Vargas Aignasse, padre del primero.
En el frente interno (y sus alrededores) tienen que administrar las tensiones que genera en parte de los peronistas disidentes el impulso del candidato radical como gobernador, entre los cuales se encuentran quienes presentarían propias referenciadas en el partido de Massa, contradiciendo los mensajes de los armadores del Frente Renovador.
¿EL CAMBIO DE SIGNO?
Venimos sosteniendo que el radicalismo tucumano se encuentra en un momentum; esto es cuando las campañas electorales cobran impulso, acá ilustrado en la serie The West Wing.
Horas después de la derrota de la posición de Cano en la convención, los polos opositores (de menor peso en la disputa local que en la competencia nacional) comenzaron a tirar dardos. El intercambio entre Pablo Walter — quien sentenció que los acuerdos no pueden incluir ex oficialistas- y Gerónimo Vargas Aignasse — quien le recordó el “prontuario” bussista a Walter- es ilustrativo de esto.
Las partes menores del amplio arco opositor local coquetean con Cano, que es el único que tiene posibilidad de derrotar al oficialismo en las elecciones para gobernador y, de yapa, que el radicalismo gobierne por primera vez en su historia la provincia.
La apuesta del massismo tucumano es acompañar a Cano a la gobernación mientras da la pelea por la intendencia de la capital, posiciones en las listas y algún que otro municipio del interior. Esto último no podría ser traccionado con la figura de Vargas Aignasse sino sumando otros aliados del PJ, como “el melli” Orellana de Famaillá -tierra de la empanadas y del Operativo Independencia.
La reciente convocatoria de Cano para lograr el apoyo del PRO no se para sobre territorio firme. En primer lugar porque el partido de Macri anunció hace muy poco varios de sus candidatos en la Provincia (entre los que se destacan el ex presidente de la Sociedad Rural, Manuel Avellanada, para Gobernador; y el entrepereuner Facundo Garretón -fundador de InvertirOnline.com- para la intendencia capitalina). Cierto es que estas podrían ser bajadas como prendas de negociación en una alianza mayor. Pero, por otro lado, las ya citadas declaraciones de Pablo Walter reducen las chances de esa posibilidad:
“El PRO viene manteniendo diálogo con muchos dirigentes que buscan un cambio real también para la provincia. Tenemos que ser coherentes entre lo que decimos y lo que hacemos, porque al igual de lo que sostuvo ayer en su discurso Ernesto Sanz respecto de que no se puede construir una alternativa al kirchnerismo privilegiando acuerdos con quienes fueron protagonistas de su gobierno (en alusión a Massa), no se puede tampoco en la provincia hablar de alternativa al alperovichismo privilegiando acuerdos con quienes fueron actores protagónicos de su lamentable gestión”, expresó Walter, en clara alusión al ex kirchnerista y actual legislador massista, Gerónimo Vargas Aignasse.
“No es lógico promover alianzas con ex kirchneristas” — LA GACETA 16 de Marzo de 2015
Hasta acá un breve repaso por cada una de las fuerzas políticas (relevantes?) que competirán en las elecciones 2015. Desde los resultados de las últimas elecciones, pasando por sus estrategias y algunas perspectivas posibles.
El juego parece planteado de una manera en que el oficialismo se encuentra más ordenado pero con potenciales perdidas de sectores que históricamente lo acompañaron. La unidad del partido, con su estructura y las alquimias electorales, pueden llevar al FPV(PJ) a seguir gobernando la provincia, está vez con Manzur liderando las listas.
En la orilla opositora, aunque con un claro liderazgo en la cabeza del jefe del radicalismo, podemos observar una multiplicidad de posiciones que juegan un ajedrez de alianzas. Estas difieren por las aspiraciones de cada uno de los actores y las distintas arenas de negociación y competencia.
Pero el juego ya comenzó. Unos tendrán estrategias defensivas y los otros más ofensivas. Las negociaciones producen novedades diarias. Y el año electoral será largo y con muchos cargos a definir. Queda un mes y medio para celebrar elecciones internas (o presentar lista de unidad) para los cargos provinciales. A partir de ahí le seguirán las Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias para cargos nacionales el 9 de agosto; las elecciones generales provinciales dos semanas después; finalizando con las elecciones nacionales generales el 23 de octubre.
