Recaída — En silencio Por: Miguel Alejandro Hayes

Recaída

Vi el comercio de objetos
que no pavimentan heridas
y la yerba techando
un antiguo infierno.
Luego doblé en la esquina
y me detuve en el árbol
desde el que no se ve su balcón.

El pasado

Debí llegar antes y esperarte
sentado.
Tenía que haber estado adentro
cuando abriste la puerta,
o debí ser el cerrojo,
cualquier objeto,
el…

Excepción

Llevo dos días preguntándome
a qué juegan esos poetas
que no usan puntos ni comas.

Pienso en lo que se oculta
tras la chispa de agua
que comenzó a salir
en la losa que siempre miro.

Miguel Alejandro: He desarrollado una nueva perversión

Padecimiento

He desarrollado una nueva perversión,
la de responder
negando que poseo
cierta hidalguía insular.

El encargo

Se multiplicaban las pausas
que me alejaban
de cada traducción que le hacía
a una obra original prestada
con páginas de más.

Sustantivo

Por primera vez
alguien me dijo poeta.
Fue ella.

Balance anual

Hay más cerdos
para engordar al pánico de futuro,
que al cuerpo del día acabado.

El peso de la isla

La isla venció al molino,
pero perdió contra ella misma
mientras culpaba al agua,
de no poderse amar completa.

Premonición

Siento que envejezco
porque empiezo a extrañar cuerpos
y todos los precipicios ensangrentados
dejan de saber igual
(algunos terminan por dibujarme a otros)
Estoy anclado a recuerdos de carne
por eso me obligo a pensar
que Girón necesita pintura
pero todas las contraseñas
tienen el mismo contenido
Regreso…

Interrogatorio

Esos versos los escribí yo.
Lo sé porque pocos implicados
se darían cuenta
de que aquella mancha de humedad
en realidad es una fábrica
y que hay cajones con más hielos que otros.
Se necesita mi sobredosis de cobardía
para aceptar desde una puerta
que lo único subreal somos nosotros.
Me confesé…