Qué rápido me olvido,velozmente me desprendo de una vida(aunque imaginada ni vida sea).¿He aprendido a ser pacienteo la paciencia me ha aprehendido?
Sentí el agobiante peso de la humillación. Me tumba la mirada al suelo. Los hombros al suelo. Y un par de fantasmas escoltándome. Con sus afiladas manos. La impotencia y la rabia — la rabia que ya me estaba matando de por sí — eran relegadas ante la vergüenza de perder mis…
Una noche mixtade cuerpos invisibles que penetran la piel.Lo putrefacto y lo verde confabulanpara terminar la noche:la primera noche.