Las universidades son uno de los alimentadores más importantes del ecosistema. Como mínimo, generan un volumen de talento constante a la comunidad. Pero además de eso pueden generar mucho valor al utilizar sus recursos para fomentar el emprendimiento (entendido como infraestructura, talento, influencia).
En el 2005, se inició en Boulder una iniciativa llamada Silicon Flatirons Center. Inicialmente estaba enfocada en ver temas de legislación sobre tecnología e innovación, pero eventualmente fue migrando hacia el emprendimiento. Este cambio se dio cuando sus fundadores notaron que las actividades de innovación eran magnificadas por los emprendedores.
En lugar de crear un centro de emprendimiento dentro de la universidad, se buscó que la comunidad viera el centro como un recurso que podía utilizar libremente y como espacio para eventos. Además, se expandió la ‘clínica de derecho’, un programa para incorporar a estudiantes de derecho en la comunidad por medio de asesoría legal gratuita. Finalmente, se creó un grupo interdepartamental de todo el campus, que creía enteramente en la promoción del emprendimiento por medio de la universidad.
Este grupo no solo juntó en el centro a cabezas de departamentos y facultades diferentes, sino que por medio de su trabajo, logró que los programas de varias carreras incluyeran temas de emprendimiento. De esta forma se creó un plan que involucrara a estudiantes de distintas carreras entre sí, y los preparara de una forma más completa.
Retos de los programas de emprendimiento en universidades
Mundialmente, muchas universidades tienen el objetivo de convertirse en centros que aspiran a promover y ser referentes del emprendimiento. Comúnmente se le llama a estos planes, ser el MIT o Stanford de X país. Para lograrlo se requiere una serie de factores, pero pocas veces se entiende cuáles son.
El camino para ser una universidad líder en emprendimiento debe tener 3 cosas:
- Un catalizador de la comunidad: un foco central donde la comunidad de emprendimiento se pueda reunir y ocurra polinización cruzada de información.
- Un imán, un maestro, y una canalización de proyectos para la próxima generación de talento emprendedor de la región.
- Una fuente de perspectivas nuevas, que vayan desde nuevas ideas que pueden ser comercializadas, hasta un conocimiento fundamental de lo que hace que funcionen los emprendimientos, startups y su comunidad.
Pero en la academia, hay muchas barreras para esta visión idealizada de una universidad emprendedora. Hay 3 retos fundamentales que afectan generalmente en el entorno universitario los cuales se presentan a continuación con sus respectivas soluciones:
1- Participar en temas de emprendimiento no suele ser retribuido en los incentivos de pago de las facultades
En otras palabras, no hay dinero para estos proyectos. Según el enfoque de la mayoría de académicos, es meramente una ‘distracción’, y un profesor serio no debería perder tiempo involucrándose.
La forma de solucionar esto es no tratar de empezar por lo más difícil. Románticamente se piensa que se pueden modificar los incentivos para que el emprender cuente dentro de una carrera académica, y por lo tanto se obtengan más profesores que sean empresarios. Esto es sumamente irreal.
El enfoque debería ser perseguir oportunidades con las que la institucionalidad no pueda entrometerse. Por ejemplo, la iniciativa de Silicon Flatirons. En la universidad hay excelentes y muchas veces subutilizadas instalaciones. Aprovechando esto, lanzaron una serie de eventos públicos que conectan y celebran la comunidad de emprendimiento junto al campus de la universidad. Se creó un eje central de actividades, pero que no requería aprobación o financiamiento del campus, de los rectores o de otro cuerpo administrativo. Simplemente se necesitó un grupo de individuos cometidos dentro de la universidad para lograrlo.
2- Falta de recursos para ‘asuntos’ de emprendimiento
Usualmente esto se ve como falta de profesores para enseñar, dinero para financiar iniciativas, y espacios para albergar programas.
La solución es no tratar de generar todo, sino ser participe en conjunto con otros actores para lograrlo. Se mencionan ejemplos de programas como: Clases que se dan en conjunto con un profesor de universidad y otros mentores externos, ser anfitriones de eventos de emprendimiento abiertos.
Similarmente, se tiene un programa de una clínica legal que ayuda a formar y lanzar 20 emprendimientos al año. Esto es posible gracias a una red de 15 abogados voluntarios, que trabajan de cerca con estudiantes de leyes para supervisar el trabajo de la clínica. Este emparejamiento entre un profesor de tiempo completo y un experto práctico es muy desaprovechado por la academia, y permite que esfuerzos universitarios de emprendimiento puedan despegar sin necesidad de ser autosuficientes o autofinanciados.
3- Colaboración entre facultades del campus no suele estar en el ADN de la universidad.
El emprendimiento atraviesa transversalmente varios departamentos de la universidad. Frecuentemente las facultades que se involucran con el emprendimiento quieren beneficios directos e inmediatos por sus esfuerzos. Se encierran en sus propias actividades y no se preocupan por incentivar el trabajo interdisciplinario. Para empeorar este escenario, usualmente se ve a miembros de otras facultades como competidores en esfuerzos similares.
Para resolver esto, se debe escoger un mejor rival. En enfoque del campus y los partidarios debe ser con la competencia real… no la facultad de al lado, sino una universidad distinta.
El verdadero valor — integrar participantes
Las universidades le dan algo vital a la comunidad: un flujo continuo de jóvenes inteligentes. Algunos de éstos van a ser emprendedores, otros van a trabajar en emprendimientos. De cualquier forma, si el ecosistema puede atraer a estas personas, gana la universidad, la comunidad y los estudiantes. Hay muchas formas de conectar estudiantes con emprendimientos, se van a presentar dos a continuación:
1- Startups2students
Un estudiante en Boulder preocupado por ver su camino futuro laboral únicamente en mega corporaciones, decidió pedirles ayuda a profesores para evitarlo. Para su sorpresa, le informaron que estaba en una de las universidades con mayor actividad de emprendimiento del país. Lo instaron a crear un grupo de estudiantes que intentara acercarse más a la comunidad de emprendimiento.
El grupo de estudiantes pensó en varias ideas, y finalmente llegaron a la conclusión de que para iniciar esta relación con el entorno, debían hacer un evento que fuera llamativo. Así fue como organizaron un evento en el campus donde los estudiantes pudieran hablar y discutir con emprendedores locales sobre sus empresas. Quizás algunos estudiantes podían realizar pasantías o incluso conseguir trabajos a partir de esto.
En lugar de plantear el evento como una charla magistral, se buscó el diálogo entre los estudiantes y los emprendedores (tras charlas de máximo 3 minutos). El objetivo era que los estudiantes hablaran con quien sentían mayor afinidad e interés.
Esa primera experiencia fue muy exitosa, 13 empresas estuvieron junto a 50 estudiantes, y el ambiente fue emocionante. Personas introvertidas tuvieron la oportunidad de conocer y hablar con empresas que admiraban, sin importar que en otras circunstancias fuera atípico para ellos hacerlo. De ese evento salieron varias relaciones laborales, y se mantiene hasta la fecha.
2- Computer Science Field sessions
Este es un curso de informática, donde el proyecto final consiste en aplicar todo lo aprendido trabajando 6 semanas en una compañía real. Los estudiantes trabajan en grupos de 2 a 4 personas, y se espera que trabajen 40 horas por semana durante el proyecto. Al final, deben haber analizado un problema, desarrollado e implementado una solución.
Los mismos estudiantes escogen las empresas y los proyectos en los que quieren trabajar. ¿Hacer una migración de COBOL? Nadie se va a apuntar a eso… solamente los proyectos y compañías más interesantes logran captar el interés de un equipo.
La propuesta de valor para las dos partes es muy sencilla. Los estudiantes logran tener una experiencia en el mundo real de trabajar en una compañía con entregables además de la oportunidad de impresionar a un potencial empleador, mientras que la empresa logra una inyección de talento joven por un período de tiempo, un entregable funcional, y la posibilidad de evaluar talento.
El programa ha sido un éxito, los estudiantes forman parte activa de las empresas durante la duración del proyecto, prácticamente como empleados regulares. Muchos de los estudiantes se quedan en las empresas para hacer una práctica laboral y en ocasiones han sido contratados directamente tras su graduación.
El poder de los egresados
Además de eventos y pasantías, se debe mirar a los egresados de la universidad como una posibilidad más de integrar la comunidad. Se les debe ver como líderes que le pueden aportar al ecosistema al incluirlos.
Algunas de las alternativas en que pueden participar son:
- Preparar una especie de seminario donde los egresados hablen de la experiencia que han tenido.
- Organizar mesas redondas donde emprendedores y egresados de áreas similares puedan conversar en grupos más pequeños.
- Crear un programa de mentoría donde los egresados son emparejados con estudiantes interesados. No hay dinero de por medio, y el mentor se compromete a al menos un almuerzo por trimestre.
- Destacar a los egresados públicamente con los estudiantes. Se toma a un emprendedor de un perfil no tan alto, y se le hace una entrevista. Al concluir los estudiantes tienen el espacio para hacer preguntas.
Todas las universidades públicas del país tienen una incubadora de negocios. Sin embargo, como vimos en este capítulo, esto no debería eximir a la institución de contar con un programa de emprendimiento a lo interno.
Las incubadoras son un componente necesario, pero es un error que una universidad simplemente le deje la tarea de organizar y promover todos los programas de emprendimiento de la institución. Más aún si no se encuentran dentro de la universidad, ni tienen una relación directa con los profesores o funcionarios.
La oportunidad es muy grande, particularmente en universidades como la UCR, donde existe una población sumamente extensa y diversa. No se aprovecha la cantidad de carreras y talento que hay, ni se trata de mezclarlo o instruirlo en temas de emprendimiento. Difícilmente se ve el tema durante las lecciones, y por lo tanto es aún más difícil que se fomente el emprendimiento.
Esto no solo es particular a las universidades públicas, sino que las instituciones privadas se enfrentan a retos similares. En general no hay una tradición fuerte de emprendimiento en el mundo académico, y se debería tratar de acoplar mejor estos dos mundos para el beneficio de los estudiantes y del país.
Programas como los mencionados en este capítulo, que logren que la universidad y sus estudiantes sean parte de la comunidad de emprendimiento, no son particularmente difíciles de iniciar. Requieren del esfuerzo y voluntad de varios individuos, pero como se expuso, no es necesario contar con fondos o esfuerzos institucionales y burocráticos, que tengan que generarlo siguiendo jerarquías.
Así como la comunidad no va a mejorar sin que los emprendedores tomen un rol importante, dentro de las universidades no se va a presentar un cambio a menos que los estudiantes y los profesores con mentalidad emprendedora decidan hacer un esfuerzo por crear estas conexiones con el ecosistema. Desde afuera pueden existir buenas intenciones, pero el proceso se debe originar desde adentro.
Puede encontrar el siguiente artículo de esta serie aquí.
