Mitos de las comunidades de emprendimiento

Raúl Martín
Lanzando en Costa Rica
5 min readJun 8, 2017

SUC#13

Esta es la penúltima parte de una serie que analiza el libro Startup Communities de Brad Feld. Puede encontrar la primera parte aquí.

Anteriormente, se había publicado en el blog una nota sobre este tema, que estaba basada en ese capítulo justamente. En ella se trataron 6 mitos específicos en lo que respecta a Costa Rica. Este capítulo del libro de Feld, al tratar de ser un poco más genérico para varios ecosistemas, únicamente menciona 3 fundamentales. A continuación se exponen cada uno de ellos, según Feld:

1- Se necesita más inversión local

Hay que eliminar la concepción de que una comunidad de emprendimiento y el hecho que existan fondos de inversión son equivalentes. En muchos entornos emergentes parece ser un pensamiento recurrente. No solo es incorrecto pensarlo, sino que a veces es aún peor, se piensa que es necesaria la existencia de fondo para poder llegar a crear una comunidad. Es un mito muy conveniente de creer, y simplemente ayuda a perpetuar el statu quo.

Nadie va a negar que un negocio necesita capital. Es importante al igual que lo es la ayuda legal, contable y de diseño. Pero el tener capital no crea un negocio, así como la falta de, no impide que nazca. Pretender que es necesario, no tiene fundamento.

No es tan relevante que la inversión sea local, como recibirla del todo. Hoy en día es más sencillo debido a servicios como Angelist y Kickstarter. Si hay negocios que no consiguen capital de un medio específico, lo importante es mostrarles que se equivocaron por dejarlo pasar, no quejándose de que algún inversionista dejara pasar una inversión particular.

En Estados Unidos, menos de un 20% de las empresas que crecen más rápido, reciben inversión. Aproximadamente un 0.5% del total de negocios que se crean, reciben inversión. ¿De dónde sale el dinero para iniciar? De ahorros propios, familiares, amigos, y por supuesto, de clientes.

La inversión privada ayuda mucho, sin embargo no es necesaria ni suficiente, para crear una comunidad de emprendimiento. Los emprendedores necesitan capital eventualmente, pero eso viene en función de las oportunidades que ellos crean, no antes.

2- Necesitamos ser como Silicon Valley

Muchas comunidades intentan ser como Silicon Valley. Es lo que los políticos quieren, es lo que los inversionistas buscan, y es lo que emprendedores exigen. No se puede replicar, a pesar de que muchos lo intentan. No está mal buscar mejorar la comunidad, el error es pensar que se puede crear un ecosistema exactamente igual, cuando el hecho de que exista es una combinación de muchísimos factores que no se pueden emular de una forma sencilla.

Además, fuera de la cantidad de inversión, mejora de universidades, reconocimiento a startups, se tienen que copiar muchas cosas que no suceden a simple vista, tales como: la libertad con la que se mueve el talento entre empresas, la masa crítica de personas jóvenes que vienen y van, el valor que se le da al fracaso, y en general el factor cultural.

El mensaje no es que hay que resignarse a no tener un ecosistema sano. El mensaje es que ese ecosistema no se puede crear a partir de políticas que simplemente traten de hacer una versión local de lo que funcionó en otra ciudad.

3- Los inversionistas ángeles se deben organizar

No está en discusión la importancia que tienen los ángeles en el ecosistema (un ángel es un individuo con conocimiento y/o dinero que invierte en empresas). El mito es referente al nivel de organización que tienen los grupos de ángeles. La queja principal de algunos de los tratan de participar, es que simplemente son muy lentos y tienen muchos procesos.

Al igual que el resto de mitos, no se trata de restarle importancia a una organización de ángeles. Lo que es vital entender, es que aunque NO exista la organización, de igual forma puede existir una comunidad de emprendimiento.

Muchos ángeles son emprendedores ellos mismos, entonces no les gusta depender de lo que un grupo específico les indique hacer. A fin de cuentas también pueden querer llevar la contraria, ser más o menos aversos al riesgo, o incluso brincar sobre oportunidades en las que creen mucho. De cualquier forma, ya sea de manera individual o como grupo, la comunidad debe apreciarlos por lo que pueden brindar, y no por la ‘estructura’ con la cual están organizados.

LCR: Los mitos que se mencionan en la nota redactada tiempo atrás en el blog eran:

· El gobierno no apoya al emprendimiento

· La cultura tica serrucha pisos afecta a los emprendedores

· No hay inversión en el país

· No hay suficientes proyectos buenos para financiar

· Más inversión sería el catalizador del ecosistema

· Tenemos que tratar de ser Silicon Valley

A fin de cuentas los mitos que compartimos en Costa Rica, con los mitos a nivel global son los de la percepción de falta de inversión, y esa visión de querer ser Silicon Valley. En la nota referenciada pueden leer un poco más al respecto.

Un punto interesante es que no creo que tengamos la percepción de que es necesario tener grupos de ángeles organizados para poder crecer como ecosistema. Irónicamente, probablemente esto se deba a que no tenemos la madurez para entender por qué esto sería un problema. (Tenemos un par de grupos que están organizados de esta forma en el país, por lo que no percibimos un faltante)

A la conclusión que se puede llegar luego de todos los mitos, es que el dinero e inversión siempre parece estar en el centro de todo. Dichosamente, en las últimas semanas se han anunciado programas gubernamentales que van a otorgar fondos como Scale-Up y PITTs. La mejor de las suertes a sus participantes, ojalá veamos proyectos exitosos salir de estos esfuerzos.

Pero no se le debe restar la importancia a la comunidad de emprendimiento como el verdadero catalizador del ecosistema. La inversión va a ayudar al entorno y a los proyectos, pero si no trabamos en crear comunidad, es posible que el flujo de capital no marque una diferencia por sí misma.

Aquí puede leer la siguiente nota de esta serie.

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