Te dejo libre.
Porque el soltarte a ti, me libera. Porque sé que es para mi bien. Porque debo comprender que me amo más a mi. Te agradezco, si. Te agradezco cada momento, bueno o malo. Cuando reíamos, cuando llorábamos. Los momentos de silencio y aquellos en los que no había tiempo para quedarse callados.