Decir que no se es ni maitra ni maitrenial es un invento de hace un par de años que he de explicar en breve. En mi país, El Salvador, le decimos maitra o maitro a personas que ya alcanzaron cierta edad y cumplen ciertas características que la acompañan. Nada peyorativo, aunque más de alguno podría ofenderse. Se trata, pues, de personas no necesariamente jóvenes cronológicamente. Y resulta que habemos personas nacidas en la generación milenial que, si bien apenas estamos en la treintena de años, asumimos con cierto placer y sin culpa muchas de esas características de los “mayores”. Por ejemplo, la tecnología es nuestra amiga, crecimos mientras iba evolucionando y aprendimos sin perder el paso. Las relaciones cara a cara son cada vez más selectas. Nos gusta la fiesta los viernes por la noche, porque necesitamos sábado para recuperarnos y domingo para descansar. Asumimos que la terapia es parte de nuestro presupuesto y si no nos alcanza para pagarla, escribimos. En fin, somos una extraña, pero bonita mezcla de un montón de influencias generacionales. Bienvenidos a leer y a expresarse, maitrenials.