Me pides que te lo diga¿para qué lo he de decir?¿Para qué darte mi vidaSi no la…
¡Rescatarme!
Mientras le golpeaba algo atravesó su cabeza fugazmente, si hubiera tenido alguna vez remordimientos lo hubiera reconocido. Sorprendido se detuvo, apenas era consciente de la sangre que manaba de su mano.