poema
Con tu rostro entre mis manos me dormí,
Sumergiéndome de repente en un profundo sueño
Para entender,
Que en ese instante, te quería para siempre.
El disparo resonó en la hueca habitación. Locura. Nada más podría describir el suceso.
Incandescente. Así se tornó la luz.
Las llamas volvieron sobre sus párpados. Rojas, azules, violetas.