La coexistencia de las diferencias
María Fernanda Ramírez Ardila
Susana Valderas Puertas
Según los temas que hemos ido desarrollando a lo largo de las conversaciones y publicaciones anteriores en el blog, hemos visto que, aunque cada uno ha ido por una vertiente diferente todos conjugan en un mismo tema que es la situación actual de nuestra sociedad.
Vivimos en una sociedad cambiante, que se adapta a las circunstancias que la rodean, de mejor o peor manera. Esto nos permite tener diferentes puntos de vista, la diversidad cultural permite no solo nutrirnos de un tipo de pensamiento, de un país a otro la cultura juega un papel decisivo en la forma de pensar, comportarse e incluso interpretar una frase. Llegando incluso a un punto más profundo en un mismo país, un ejemplo de esto es España, tenemos una multiculturalidad que enriquece a su sociedad, pero que de la misma manera la separa y fragmenta.
Durante las diversas conversaciones han surgido temas tan polémicos como el sistema social, económico y político de las diversas sociedades que a día de hoy se encuentran en nuestro mundo. De igual manera, hemos tocado temas actuales como los desastres naturales que pueden asolar a una población, la pandemia que vivimos y sus consecuencias a nivel mental, sanitario, de infraestructura y derechos individuales y colectivos. Asimismo, nos hemos acercado a una realidad, un poco desconocida sobre la infancia a la que se enfrentan niños y niñas, en algunas culturas que a día de hoy considerábamos erradicadas.
De esta manera podemos observar como la sociedad, en la actualidad varía notablemente, teniendo territorios con un sistema político unipartidista basado en el modelo marxista, como es el ejemplo de Corea del Norte. Este tipo de sociedad mantiene un hermetismo respecto a los aspectos sociales, políticos, comerciales y culturales bastantes rigurosos, impidiendo que las demás poblaciones tengan acceso a información respecto a estos temas. Esta inaccesibilidad obliga a que temas de actualidad como son la pandemia que vive el mundo y los efectos que está teniendo sobre la población, no pueda ser medido. Esto obliga a que se realicen especulaciones respecto a la virulencia, la tasa de vacunación y los efectos sociales, psicológicos, económicos y sanitarios en la población. En sistemas sociopolíticos de este tipo, la especulación e hipótesis son la única fuente de obtener información, debido a que los informes ofrecidos a los demás entes de gobierno son unidireccionales, juzgados y valorados por un único partido político, eliminando de este modo la objetividad y transparencia.
A día de hoy conocemos tan poco sobre como se desarrolla la sociedad en este gobierno, su situación económica, sanitaria y de calidad de vida, se podría intuir que la calidad de vida puede llegar a ser baja, obligando a su población a tener un retroceso tanto social como evolutivo, en relación con el resto de la población. En este aspecto no tenemos nociones de las catástrofes naturales que se presentan en este territorio, ni como la población se enfrenta a ella; de igual modo no podríamos definir el tipo de infancia a la que están expuestos los menores y las dificultades, vejaciones o trasgresiones de sus derechos se producen.
Luego tenemos sociedades que también poseen un sistema político unipartidista, pero que ha realizado una apertura comercial y cultural, este caso lo podemos observar en China, un territorio que posee un sistema político de tintes comunistas, socialistas, autoritarios y corporativos. Una combinación que sus ciudadanos suelen llamar comúnmente como un sistema socialista con características chinas, en este caso, aunque sus limitaciones y hermetismo se mantienen, su rigurosidad es menor, permiten que la población externa a ellos pueda acceder y tener conocimiento sobre su cultura, su sociedad y sus costumbres. Aunque a nivel económico, político y de ordenamiento jurídico su transparencia y veracidad posee un nivel bajo, las especulaciones que se ejecutan sobre ello, suelen ser más acertadas. En este territorio donde temas de actualidad como el Covid-19, se tratan de una manera semitransparente, el hecho de que fuera el lugar donde se inició y detectó por primera vez este tipo de virus, provocó una desconfianza a nivel global, donde la sociedad exigía una investigación rigurosa, pero se encontró con una serie de restricciones y hermetismo; esto originó todo tipo de especulaciones.
Nos encontramos con un escenario donde el virus se apoderó de la sociedad, rompiendo récords de contagios cada día. Pero, aunque las cifras en el mundo no hacían más que crecer, los datos que este país ofrecía sobre sus contagios se detuvieron y en la actualidad sólo se tiene una estimación del número de contagios que ha tenido el país más sobrepoblado del mundo; de igual manera sólo podemos estimar la tasa de vacunación, las leyes que se han generado en torno a ella y los efectos que la pandemia ha tenido en la sociedad. Únicamente podemos estimar que problemas como el matrimonio infantil y el embarazo en menores de edad, que se venía presentando en zonas rurales; los cuales no estaban sometidos a un contrato o presión familiar, pero si, influenciados por la presión social propiciada por la ley del hijo único. Estos matrimonios se basaban en la falsa creencia de que existe una desigualdad poblacional respecto a hombres y mujeres, debido a la preferencia que existía porque el primogénito fuera varón, provocando el abandono de muchas niñas o la no inscripción en el registro. Esta falsa creencia provoca que los hombres se casen en edad escolar y formen familias, propiciando un ciclo de pobreza e ignorancia que se repite entre generaciones.
Otro tipo de modelo lo podemos encontrar en países comúnmente conocidos como occidentalizados, donde se maneja un tipo de modelo socioeconómico de tipo capitalista. Dentro de estos países podemos encontrar dos niveles; de esta manera los dividimos en países desarrollados y en vías de desarrollo. Esta división provoca una serie de diferencias en diversos ámbitos, como son la educación, la sanidad y la economía. En la actualidad vivimos aún a día de hoy los estragos que nos sigue dejando la pandemia, pero en los países en vía de desarrollo la detección, prevención y vacunación se ha desarrollado de una manera diferente a los países desarrollados.
Podemos apreciar como en países de Latinoamérica, Centroeuropa y Asia, la pandemia se desarrolló de manera tardía, se esperaba que en muchos sitios el clima tropical propiciara una baja transmisión, pero la lenta actuación gubernamental asociada a limitaciones económicas, propiciaron un despliegue del virus y a esto podemos sumarle una baja tasa de vacunación debido a la poca cantidad de vacunas que suelen llegar a estos países. La brecha económica que suelen sufrir estos países, que ha propiciado una desigualdad de clases que se acentuó aún más en este escenario; en temas económicos, la pobreza se incrementó, son países que el sueldo depende de las horas diarias trabajadas, es decir, que un día trabajado es un día pagado, esto provocó casos donde las personas tuvieron que elegir entre su salud y su trabajo, decantándose por poder comer un día más, aunque el riesgo de conseguir estos alimentos fuera muy elevado.
En temas educativos vimos como la pandemia ocasionó que el mundo se detuviera y las escuelas cerraran y tuvieran que integrar las nuevas tecnologías, permitiendo de esta manera que los menores no se retrasaran en su desarrollo escolar. Sin embargo, esto no ocurrió para todos de igual manera y muchas familias tuvieron que recurrir al ingenio para intentar minimizar el retraso académico de los niños. Esto provoca un retroceso en el desarrollo académico e intelectual de la sociedad de estos países, propiciando que se produzcan procesos psicológicos como la frustración, que pueden desencadenar en abandono y fracaso escolar.
En estos países que aún existe un nivel de pobreza elevado, sumado a las diversas carencias y dificultades sociales, propician que la infancia se encuentre en riesgo; desencadenando en muchos casos la violación y vulneración de los derechos infantiles. Esto provoca que, a día de hoy el trabajo infantil, los matrimonios infantiles y los embarazos en menores de edad presenten tasas muy preocupantes.
En contrapartida encontramos países desarrollados como España, Alemania, Estados Unidos, Japón, entre otros; donde los problemas sociales, sanitarios y económicos son afrontados de manera diferente, propiciando un nivel de calidad de vida aceptable y afrontando problemas sociales como la pandemia, la vacunación o las catástrofes naturales de manera pública y preservando en la mayoría de los casos el respeto de los derechos individuales y colectivos de los sujetos que los conforman.
Vemos como las diversas sociedades coexisten de una manera sosegada, respetando las peculiaridades de cada una de ellas y nutriéndose de las interacciones que sus individuos perciben con sus vivencias. De esta manera, percibimos como no existe un modelo socioeconómico perfecto o imperfecto, es decir, no son ni mejores, ni peores; cada uno posee ventajas y desventajas que sus ciudadanos afrontan y de esta forma crean su identidad de grupo, asociándose a estas características. Esto nos permite plantearnos una serie de preguntas ¿esta diversidad que radica en la sociedad puede perjudicar a sus individuos?, ¿puede un individuo que ha crecido en un determinado modelo socioeconómico adaptarse a vivir en otro modelo?, ¿estamos evolucionando como sociedad o solo estamos arrastrando los problemas del pasado?, ¿en un futuro confluirán los diversos modelos o estamos a las puertas de la aparición de un nuevo arquetipo socioeconómico?
Bibliografía.
https://medium.com/psicolog%C3%ADa-del-lenguaje-ugr/el-volc%C3%A1n-de-las-cenizas-456ec22a7af5
https://medium.com/psicolog%C3%ADa-del-lenguaje-ugr/comunismo-vs-capitalismo-parte-i-339343d6114
