Runner herida, pero no vencida
El sábado 04 de julio me levanté, fui por café, volví a mi cuarto, y en un segundo todo cambió. Cuando iba a abrir la ventana me tropecé con la pata de la cama. Lo único que escuché fue un gran ¡CRASH!. Sentí un dolor agudo, no muy profundo, pero el ruido fue suficiente.