DesignOps, la filosofía de trabajo en Secuoyas
Para que una organización desarrolle con éxito un producto o servicio necesita configurar equipos de trabajo altamente integrados y eficientes. Un equipo de estas características es aquel que consigue coordinar de manera óptima el esfuerzo de sus componentes obteniendo el máximo rendimiento. Esto además, le permite funcionar fluidamente, de forma compenetrada, alcanzando las metas propuestas. La esencia, por tanto, de estos equipos de trabajo, consiste en crear un producto o servicio a través de un esfuerzo colectivo que supere la calidad del esfuerzo individual.
Cuando pensamos en eficiencia, al igual que cuando pensamos en términos de calidad, cada uno puede interpretarlo de una manera diferente y tener una versión distinta al respecto. En Secuoyas, ambos términos (eficiencia y calidad), forman parte de nuestra filosofía de trabajo, por eso hacemos mucho hincapié en que tanto el equipo como nuestros clientes entiendan cómo lo hacemos y cuál es el inmenso valor que hay detrás de ello.
“Buscamos obtener el mejor resultado para los objetivos de nuestros clientes y obtener la satisfacción que dan las cosas bien hechas.”
Daniel Serrano. CEO en Secuoyas.
Hay muchas formas de medir la calidad de un producto o servicio. Para Secuoyas, la calidad tiene mucho que ver con la satisfacción. Por un lado, la satisfacción de resolver los problemas de nuestros clientes, y por otro, la satisfacción de tener retos interesantes y poder llevarlos a cabo dentro del equipo.
Para alcanzar esta satisfacción, nos apoyamos en otro de los pilares fundamentales de la compañía, que es poner el foco en el proyecto. Cuando iniciamos una colaboración, nos comprometemos con el éxito del proyecto y no escatima esfuerzos. Tenemos un proceso riguroso y un equipo plenamente dedicado a dicho proyecto.
Tener a cada equipo dedicado a un único proyecto permite, desde un punto de vista de gestión, simplificar mucho las cosas. En primera instancia, tener una visualización de la ocupación del equipo sin tener que hablar continuamente con las personas, lo cual elimina costes de coordinación. En segundo lugar, y no menos importante, cuando hay que presupuestar un nuevo proyecto se puede hacer una estimación mucho más precisa del tiempo y los recursos que van a ser necesarios para llevarlo a cabo.
Si el equipo no está dedicado al 100% en el proyecto, la duración de éste se puede volver muy elástica.
Asimismo, arrancar un proyecto con personas que están trabajando en varios proyectos a la vez puede generar problemas de coordinación con el cliente desde el inicio, y es muy probable que estos problemas se arrastren hasta el final. Pero no sólo eso. Además de los desajustes que pueden ocasionar este tipo de situaciones, está en juego el nivel de satisfacción del cliente, y si esta es muy baja o desaparece, también disminuirán las posibilidades de recurrencia del cliente.
En Secuoyas creemos en la recurrencia, no en la retención. Y la recurrencia sólo depende de la satisfacción del cliente.
El área de no cargabilidad
Durante la vida de un proyecto, y especialmente cuando llegamos al final del mismo, pueden descubrirse aspectos no contemplados en la planificación inicial del proyecto que conlleven la necesidad de aumentar las horas de trabajo. Si este desajuste se repite en el tiempo, los equipos terminan quemándose.
En Secuoyas, cuando se detecta este sobreesfuerzo, y, con la finalidad de que el equipo descanse y pueda iniciar un nuevo proyecto en plenas condiciones, se deja un espacio de tiempo entre un proyecto y otro.
A esta franja la denominamos “área de no cargabilidad”, y su buena gestión es igual de importante que la de un proyecto, pues aunque este tiempo no sea monetizable directamente, sí lo es indirectamente, ya que son tiempos que dedicamos a proyectos internos, mejora de procesos, a hacer retrospectivas… Que no dejan de ser aprendizajes e inversión para el futuro.
Si este “área de no cargabilidad” se reduce o desaparece completamente, se generan una serie de situaciones que rompen con el buen ritmo de trabajo de una compañía. Veamos algunas de ellas.
La curva de estrés
Cada proyecto lleva asociada una curva de estrés con diferentes picos y cargas. Como ya hemos comentado anteriormente, es completamente humano que surjan imprevistos que no teníamos contemplados al comienzo del proyecto, pero hay otro tipo de problemas que van asociados a la mala gestión del proyecto y éstos sí son los desencadenantes de que el equipo sufra.
El coste de oportunidad
Un retraso en la entrega de un proyecto, además de generarte problemas con el cliente, genera un coste de oportunidad para la organización, pues no terminar dicho proyecto a tiempo va a impedir o retrasar la entrada de nuevos proyectos a la compañía.
En estos casos, lo que sucede en la mayoría de las organizaciones es que suelen solaparse unos proyectos con otros, con la esperanza de poder “robar” horas de unos a otros. Pero lo que realmente ocurre es que el nivel de estrés del equipo aumenta.
Alta rotación de personas
Este círculo vicioso termina por realimentarse a él mismo, y provoca que los miembros del equipo se frustren y/o marchen de la compañía. Así que, en lugar de mejorar la eficiencia de la organización, que era el objetivo, se produce una alta rotación de personas y eso implica dos cosas:
- Que se pierde un montón de know how.
- Que es necesario contratar nuevos perfiles con talento, lo cual no es sencillo y supone un coste elevado. Asimismo, mantener perfiles con talento no es sólo cuestión de salario.
El trabajo en cascada
Si pensamos en un sistema de trabajo en cascada, la situación puede ser aún peor. Ya no sólo es un equipo el que está trabajando, si no que son distintas personas trabajando en cascada de manera unitaria.
Todos los retrasos que se van produciendo se atomizan a nivel persona, y éstas van saltando de un proyecto a otro haciendo que esa pérdida sea cada vez más grande. De modo, que no sólo se pierden tiempo y recursos, si no que en este modelo se pierde lo que más valor tiene en estos procesos: el conocimiento.
DesignOps by Secuoyas: un sistema con cerebro y corazón
El conocimiento del sector y, sobre todo, de las personas que integran los diferentes equipos, nos han permitido diseñar un flujo de trabajo totalmente adaptado a las necesidades (nuestras y de nuestros clientes) y cultura de empresa de Secuoyas.
Secuoyas es lo que es gracias a la buena orquestación de las personas, procesos y herramientas que tenemos dentro de la compañía.
Nos organizamos en equipos de dos o más personas, con perfiles complementarios y con dedicación exclusiva, porque tenemos la creencia de que para que las cosas salgan bien, hay que centrarse en ellas. Y nada nos complace más que el trabajo bien hecho.
Asimismo, una de las principales ventajas de nuestro sistema de trabajo es que se trata de un proceso completamente vivo, lo que significa que continuamente vamos introduciendo mejoras operativas que no sólo sirven para ser más eficientes internamente, sino que también se aplican cuando trabajamos con cliente.
Descubre más sobre nuestra filosofía de trabajo:
Momentos de cambio: la adaptación al full remote.
