Hoy me desperté de un sueño en donde uno de los personajes, en un contexto que no recuerdo bien, decía a través de un parlante de forma muy calmada “Sálvese quien pueda”.
Ok. Salí de la cama y vi las noticias.
La creación es constante. Cada momento es efímero, y en su evanescencia engendra inmediatamente un nuevo momento.
Y es en este momento en donde, como caminando sobre el filo de una navaja, entre la muerte del pasado y el nacimiento del futuro, vivimos.
La arena fría abrazaba los pies en cada zancada. El cuerpo se movía sin deliberación. La corrida se transformaba en vuelo rasante. El corazón bombeaba sangre. El pecho se abría. La risa surgía. El cielo negro contenía todo.
El cuerpo rendido.