Eso sugirió (aunque quizá lo instruyó) él.
Llevo meses resumiéndome a lo que siento y ya no lo quiero. Lo he cuidado en mi pecho como una flor que aún no…
El amor pupilas te abraza, te dice: “qué azul más cielo”. Y tú lees entre las líneas. Se derrite la carne. Tú no. Te piensas…