¿Para qué sirven realmente los talleres de co-creación?

Stephanie Montalvo
Uncommon Design Strategy
4 min readMay 29, 2018
Prototipo de ATM para remesas
"To make your mind more innovative, you have to place it inside environments that share that same network signature: networks of ideas or people that mimic the neural networks of a mind exploring the boundaries of the adjacent
possible."
- Steve Johnson

Los talleres de co-creación, son una herramienta que tiene como fin que los stakeholders clave junto con el equipo de diseño, generen un cúmulo de posibles ideas que respondan a la resolución de un problema. Dicho de otra forma, los talleres nos brindan la oportunidad de reunir a personas con diferentes perspectivas involucradas en el negocio, para participar conjuntamente en la creación de una solución que impacte de forma positiva en la vida de las personas y en el negocio.

Estos talleres tienen lugar en la segunda etapa del proceso de diseño: Diseñar. Esta consiste en transformar los insights obtenidos en la etapa previa, en ideas que sufrirán un proceso de conceptualización y prototipado.

Dan Nessler

En Uncommon continuamente estamos explorando y desarrollando nuevos métodos y herramientas. Los talleres de co-creación si bien son una herramienta recurrente en nuestro proceso, la reinventamos en cada proyecto con ayuda de diferentes dinámicas. Las dinámicas responden a cinco momentos: warm up, empatía, ideación, priorización y refinamiento.

A continuación me gustaría brevemente describir estos cinco momentos.

Warm Up: Esta fase prepara la mente de los participantes para un mejor rendimiento a lo largo del taller, ejercita la creatividad y fuerza a pensar diferentes maneras de resolver un problema. En mi opinión, 100 maneras de exprimir un limón es la dinámica que mejor funciona por su sencillez y flexibilidad que da a los participantes y facilitadores. Consiste en que cada participante dibuja por 5 minutos en una hoja blanca, diferentes soluciones a un problema: exprimir un limón 😆. Lo interesante es que mientras las ideas más obvias y racionales surgen al principio, las más interesantes y creativas son las últimas.

Empatía: momento fundamental para la generación de ideas centradas en el usuario. Los participantes con ayuda de formatos o dinámicas, logran entender las necesidades, sueños y estilo de vida de las personas para las cuales diseñarán. Estos formatos o dinámicas van desde tarjetas con microhistorias hasta focus groups de pequeñas entrevistas, entre los participantes y los usuarios.

Ideación: el momento divergente del taller. En nuestra experiencia las dinámicas de ideación gamificadas son las que mejor funcionan, pues lo hace una actividad divertida, con orden, objetivos y reglas claras. Logramos que los participantes se diviertan y tengan clara la actividad por medio de un juego de mesa que se diseña específicamente para cada proyecto. El objetivo de este momento es crear el mayor número de ideas sin importar la calidad de ellas. Y las reglas son simples, no juzgar las ideas de los demás, construir sobre ideas de otros, apoyar las ideas atrevidas y trabajar visualmente.

Los participantes crearan ideas con ayuda de diferentes oportunidades de diseño (HMW), señales de tendencias a modo de tarjetas de inspiración de otros sectores y la dinámica del juego.

Priorización: momento de debate y consenso grupal. Las ideas se agrupan por temas con ayuda de una matriz de priorización, esta matriz usualmente se compone de 2 ejes: valor para las personas y valor para el negocio, — los ejes pueden variar dependiendo el objetivo del proyecto — y entre los equipos deciden que grupo de ideas, desarrollaran para crear la idea final.

Refinamiento: momento de desarrollar y bajar la idea. Aquí es cuando el conocimiento de cada stakeholder es clave para aterrizar la idea en un plano real y factible para la organización. La idea tomará los atributos más importantes de todas las pequeñas ideas que salieron en la ideación. Se le dará personalidad gracias al estilo de comunicación y tomará realismo con las fases de implementación que el equipo tenga contemplado.

Así, podemos llegar a la conclusión de que los talleres de co-creación no son un evento aislado, una fiesta de post-its, o peor aún, la solución/parche a un reto de diseño que necesitaría ser abordado en un sprint o full project.

No existe una fórmula fija de cómo hacer un taller, pues el diseño de estos necesita pasar por diferentes procesos y entendimientos. Cada taller se diseña bajo necesidades puntuales y por tanto, no existe una guía de pasos establecidos para hacerlos, pero sí, muchas herramientas que nos ayudan a lo largo del proceso.

Para saber más de nuestras herramientas favoritas da clic aquí.

¿Qué opinas?, ¿qué impacto crees que tengan los talleres de co-creación dentro de las organizaciones?. Escríbeme a steph@noescomun.com o déjame un comentario aquí abajo, estaré muy contenta de leerte y que descubramos nuevos puntos de vista :)

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