La familia de Pascual Duarte
Venía de Por quien doblan las campanas y Los santos inocentes y quería seguir leyendo sobre España y una vez más mi actual consejera literaria acertó con una buena recomendación.
Lo empecé a leer sin saber nada más que eso, que trataba sobre la España de aquella época (de antes, durante o luego de la guerra civil), y ya desde el principio, por las propias palabras del autor y del personaje supe que la historia terminaría mal y sería complicada.
Y así fue, me hundí en la turbiedad del relato y pude vislumbrar esa casa y esa familia. Pude imaginar a Pascual andando por ahí, tomando las decisiones que tomó.
Me teletransporté a sus vidas y -al igual que ell*s, no comprendí cosas que hicieron o que no hicieron. No entendí porqué las cosas no podían ser más sencillas. Aunque en realidad eran sencillas, directas, violentas. Esa enfermedad que en realidad no es enfermedad, sino símbolo de sanidad, de hacer exactamente lo que se esperaba que hagas.
En realidad no es raro lo que pasa, es oscuramente normal en una sociedad donde toda desgracia venía de arriba y todo el tiempo se pensaba en los malos presagios. Qué difícil vivir con tranquilidad cuando todo es un mal agüero.
Es llamativo que aún estando en la mente del personaje no podamos saber lo que piensa, bueno en realidad ni el lo sabe. Decide algo y se arrepiente, pero se dice a sí mismo que ya no puede dar marcha atrás. Acto seguido decide dar marcha atrás, pero ante un ruido, ante un movimiento, gana el impulso, y lo hace.
Ya la escena que grafica la tapa, me parece que nos adelanta este tema. Debería buscar ese momento para analizarlo, pero decidí que las reseñas que escriba sean así, a mano alzada sin pensarla demasiado. No intento expresar un análisis del libro, por el contrario, busco sencillamente expresar lo que me generó así tal cual lo recuerdo al momento de terminar el libro.
Y esto fue lo que me generó. Desconcierto ante las acciones de Pascual Duarte y su familia. Un desconcierto en el marco de una sociedad “creyente” profundamente violenta y supersticiosa.
- Reseñas relacionadas: Los santos inocentes, Sostiene Pereira y Por quién doblan las campanas.
