Por dignidad.
Y lo sé, lo supe siempre, que se acuesta con cualquiera, pero la conocí hace mucho tiempo y, desde entonces, se convirtió en mi refugio, mi salvación. Es el cimiento sobre el que se asienta mi vida, fuerte, inamovible. Es mi oxígeno para respirar. Es la brújula que me señala el Norte y que hace recto mi camino. Es mi cura en la…