DOS DEDOS DE FRENTE
Hacía un día de perros. Llevaba toda la semana anunciando lluvia pero no acababa de caer, el cielo estaba encapotado y yo seguía en el paro. Llevaba el periódico bajo la sobaca cuando empujé la puerta del bar. Después de dos intento leí el cartel que ponía “tire”, entré y me dirigí a la barra…