La ansiedades aquella soledadinternaque penosamentesolo se compartecon un mismoo cuando ya esdemasiado tarde
Llegué y me senté a su lado. Ella recostó su cabeza en mi brazo derecho y dejó ir su soledad.
Hola, rosa súbita, pequeña subsistencia.
Ya no quiero ser superwoman. Antes no quería ser mediocre y busqué sobresalir en todo hasta que me agoté. Pero…
He sentido raro, de nuevo... intenso.